Vivan, señoras y señores, vivan | por Fran López Castillo

Hoy quiero compartir una pequeña reflexión que no me quito de la cabeza durante estos días.
Actualmente estoy batallando con un cáncer de colon estadio IV y metástasis hepática. Con 33 años y sin tener malos vicios. Es injusto, pero, al mismo tiempo, es la vida en sí misma. Y me gustaría hablar de esto: de las cosas justas o injustas.
Hay mucha gente que piensa que la vida le debe algo y que viven enfadados y frustrados por ello. Algunos vuelcan esta rabia en la política, otros lo hacen en terceros y, la mayoría de los que no hacen una u otra cosa, lo achacan a la mala suerte o a la falta de dinero.
Si algo me ha enseñado esta enfermedad, es que la justicia no existe o deja de existir. Eso es demasiado complejo para lo simple que es la vida.
Hay quien tiene suerte y le toca la lotería echándole un día por casualidad, y hay quien le echa 40 años al mismo número y no le toca nada. ¿Esto es justo, o injusto? Ni una cosa, ni la otra. Simplemente son cosas que pasan.
Quienes me conocen, saben que he sido positivo desde el minuto uno y que, desde el diagnóstico, sólo he pensado en curarme y en disfrutar de mi día a día como si no pasara nada.
Y sí, podría renegarme, patalear, enfadarme con el mundo y destrozar cosas porque no es justo tener 33 años y que te diagnostiquen un cáncer que está peligrosamente avanzado. Pero no. Las cosas pasan, no sé si es porque tengan que pasar, por azar o por mala suerte, pero pasan.
¿Y sabes lo único que te queda ante esto?
Sonreír. Seguir adelante. Tomártelo con calma y con positivismo.
Total, vas a tener el mismo diagnóstico sonrías o llores.
Se nos va la vida debatiendo si las cosas son justas o injustas.
Esta idea hasta nos limita a la hora de tomar decisiones.
Señores, señoras, vivan. Que pase lo que tenga que pasar, al final no depende de ustedes.
De ustedes sólo depende una cosa: la forma en la que se toman las cosas que les suceden.
Y a mí me ha tocado una muy gorda, pero ni esa ha conseguido que deje de sonreír. Y si yo puedo, cualquiera puede.
Sonrían 🙂
Si te ha inspirado esta reflexión, deberías leer mi novela «El problema es pensar que tienes tiempo»: https://www.franlopezcastillo.com/producto/el-problema-es-pensar-que-tienes-tiempo/