¿Hacemos demasiados regalos a nuestros pequeños para los Reyes Magos?
El otro día mi amigo Chema compartió algo en Facebook que me hizo pensar:
«Pertenezco a esa generación que escribía con toda su ilusión la carta de los Reyes Magos, para que luego ellos me trajesen lo que les saliera de los cojones».
Post viral de Facebook
Yo también soy de esa generación. Podía escribir lo que yo quisiera en la carta a sus majestades, que al final me regalaban lo que se podía. Me he criado con la idea de que lo normal era recibir juguetes al principio, un videojuego para mi Playstation 1 cuando era más mayor, y algo de dinero para comprarme directamente lo que yo quisiera cuando ya era un adolescente.
Y estos días, en plena resaca de los regalos de Reyes de estas atípicas navidades, no paro de darle vueltas a la sociedad consumista y egocéntrica en la que nos estamos convirtiendo. Durante el cinco de enero, creo que hablo por todos si digo que el noventa y cinco por ciento de los perfiles de redes sociales de mis amigos y conocidos estaban colapsados de fotos presumiendo de regalos bajo sus árboles de navidad. Como si estuvieran enfrentados los unos con los otros para ver quién tiene más. Como si el hecho de no subir ese stories significase que no tienes regalos y que nadie te quiere. Como si fuese obligatorio subirlo. Y eso por no hablar del día seis, cuando la gente muestra los regalos transmitiendo la misma idea: parecen competir por ver quien tiene los regalos más caros y exclusivos. Por ver quién es más feliz con ellos.
Yo a raíz de esto me pregunto varias cosas:
¿Es necesario regalar un iPhone o una Playstation 5 a niños y adolescentes? Lo más preocupante es que es algo que se esta normalizando porque los demás lo hacen, y claro, no vas a ser tú menos con tu hijo. La sociedad nos empuja a ello. Y, partiendo de la idea de que cada uno puede hacer lo que quiera con sus retoños, creo que es muy importante pararse a pensar si la mejor manera de educar a nuestros pequeños es regalándoles cosas tan caras a personas que no han trabajado ―y que por tanto no saben el valor real del dinero, ni tienen idea alguna sobre lo que hay que sudar para ganarlo―. Así lo único que se consigue es malcriarlos y devaluar su percepción sobre el mismo y sobre lo duro que hay que trabajar para conseguir un sueldo.
Además, hay que pensar que si este año les has hecho un regalo de entre 500-1.000 euros, el año que viene vas a tener que hacerles algo a la altura, porque si sólo les regalas un jersey y unos calcetines, ya te aseguro yo que vas a ver la decepción reflejada en sus caras. Y a lo mejor el año que viene te van peor las cosas y no te lo puedes permitir… ―ojalá y no―, pero entiende lo que te quiero transmitir.
Y hablando de estar en un mal momento económico, eso es otra cosa que me preocupa bastante: ¿Nadie se para a pensar en cómo le hace sentir el ver tanta foto de montañas de regalos a alguien que está pasando un momento personal complicado y que no tiene un duro para hacerle un regalo a un ser querido? Esta es la problemática que tienen las redes sociales a día de hoy. Que al final causan infelicidad. Y no digo que no compartas lo que quieras en tus redes sociales ni mucho menos, pero sí que te replantees si lo haces porque te apetece, o si lo haces inconscientemente empujado por el comportamiento de la sociedad que tanto se está enquistando en nuestra manera de pensar ―lo hago porque los demás lo hacen― y del yo más ―mira fulanito, que a ver qué se cree por tener cuatro regalos. Voy a subir los míos, que tengo el doble―.
Y si tú no eres participe de eso ―ojalá que no lo seas―, detente un segundo y observa el comportamiento de la gran mayoría de personas que nos rodean y verás que sí lo son. Las redes sociales son una droga; una droga legal y muy blanqueada, pero a fin de cuentas una droga que ha estudiado nuestras emociones para convertirnos en adictos a ellas. Y te aseguro que no hay que buscar mucho en Google para encontrar estudios que demuestran que causan infelicidad. Con el comportamiento del yo más y de la obligación no escrita de compartirlo todo, al final lo único que hacemos es crear una sociedad infeliz y unos estándares altísimos con los que compararnos de manera inevitable en cualquier ámbito.
Por favor, haz lo que quieras, comparte lo que quieras en tus perfiles y disfruta mucho de la navidad, de preparar regalos y de la mañana de reyes. Pero piensa si todo lo que haces, lo haces porque quieres y te apetece, o simplemente porque lo que ves a través de la pantalla de tu móvil te ha convencido de que lo normal es regalarle cosas mega-caras a niños o a que si debajo del árbol no hay tropecientos regalos, tus navidades son una mierda.
La felicidad ni está en las redes sociales, ni se puede comprar con cosas caras. Y hay regalos, como la compañía, el amor o cualquier manualidad hecha con cariño, que no se pueden conseguir ni con todo el dinero del mundo.
No puedo estar más de acuerdo!
Muchas gracias, Cris 🙂
Estoy de acuerdo contigo.. Piden cosas porque lo tiene su amigo o porque tal lo ha comprado… Y total que luego ni los utilizan o se aburren a los dos días porque quieren siguiente modelo…. Compres lo que compres siempre quieren más porque su amigo o vecino tiene más cosas… Puro materialismo y aparentar.. No hay más..
Tengo 4 nietos 2 adolescentes de 16 y 13 años Héctor de 10 años y Alma de 5 años, parece raro, Héctor al principio no quería nada, después dijo que una Diana, a tenido una Diana un cepillo de dientes eléctrico y unas botas de fútbol, el encantado. Alma unas brujita buenas que dice ella y un carrusel de nenuco. Los mayores un pantalón y sudadera. No a sido mucho, pero no por mucho les hace más ilusión
Totalmente de acuerdo contigo, Victoria. Más cantidad no equivale a más ilusión 🙂
Totalmente de acuerdo 👏 alfinal los niños solo recordarán los buenos momentos que les hicimos pasar no los juguetes mas caros….
Tal cual, Patricia 🙂
Totalmente de acuerdo Fran.
Yo, que soy de una generación bastante más mayor qe la tuya era totalmente distinto todo.
Yo esperaba con gran ilusión el regalo de mis» reyes»que con gran esfuerzo podian hacernos ya que somos cuatro hermanos.
Y que ilusión me hacía!!
El muñeco del año, los patines, un juego de mesa…
Y algo que recordaré siempre como muy entrañable y que aún recuerdo cada reyes, es un collar de caramelos hecho por mi abuela a la que no olvidaré nunca.
Al final regalos como el de tu abuela son los que perduran en la memoria 🙂
Me ha gustado mucho. Tienes toda la razón y estoy totalmente de acuerdo. Un beso
Muchas gracias, Encarna 🙂
Soy de esa generación perdida que tú mencionas al principio de tu columna, es una auténtica pena que prácticamente todos los padres y aquí me incluyo yo, que las nuevas generaciones de hoy en día no sigan tradiciones tan bonitas como escribir una carta a sus majestades de Oriente y que esa ilusión por «esos calcetines» que hubiera traído Baltasar los llenase de ilusión tanto como lo hacia conmigo. Los reyes magos desgraciadamente se han ido devaluando en el tiempo…..una pena…..
Totalmente de acuerdo contigo, Isabel 🙂
Lo que has escrito es totalmente real y es una pena…una competición entre padres y se olvidan los valores.
Pienso igual que tú, Lourdes 🙂
Estoy a favor de lo que has escrito…pero quizás piense algo más profundo que tú porque tengo más años que tú…
Yo viví toda mi niñez y adolescencia un día de Reyes con un solo juguete y si lo había!!! Mis padres no eran ricos pero tampoco pobres; ellos daban prioridad a otras cosas…
Y resulta que a día de hoy, tengo una hija con 30 años y otra con 23, que a pesar de tener sus vidas independientes, todavía pasan la noche de Reyes en casa con nosotros para vivir juntos la emoción de despertar y ver qué han dejado!!
Soy de las que compro muchos regalos para satisfacerme a mi misma…por esa infancia tan atípica que viví y que no he querido que mis hijas tuvieran…
Si estoy de acuerdo en que no los regalos más caros son los que más ilusión hacen!!
Vivo durante meses buscando el regalo apropiado para cada una; pensando qué dirán cuándo lo vean, etc etc
Y esa ilusión me mantiene el corazón alegre año tras año!
Y que no se pierda nunca esa magia en tu familia, Silvia.
Un abrazo bien grande 🙂
Pienso lo mismo que tu fran..las redes sociales han echo mucho daño..todo el mundo esta pendiente del otro para ser mas…y ahi gente q publica hasta loq come cada dia…por dios donde vamos a llegar..pero pensando en los regalos tu tienes que regalarles a tus hijos loq tu veas q es lo mejor pa ellos .no un iphone 12 porq ellos te lo pidan..vamos no me lo conpro ni para mi.jajaj.
Asiq me gusta tu comentario estoy total.e te de acuerdo
Muchas gracias por leerme y por el comentario, Beatriz.
¡Un abrazo! 🙂
Totalmente de acuerdo contigo… soy de la generación de los 70 y me crie con mis abuelos, lo difícil era tener un regalo para Papa Noel o Reyes.
Con los años hemos cometido el error de querer darle a nuestros hijos lo que nosotros no podíamos tener, pero también la sociedad te empuja a ello ya que nos hemos convertido en consumistas…
Es muy lamentable pero lo bueno está en darnos cuenta de ello y tratar de explicarles que eso está muy mal. Yo este año ya lo dije q seria un detalle para cada uno se acabó x q luego no les dan el valor del sacrificio que se hace para darles un buen regalo… que sepan lo que vale un peine. Un abrazo y feliz 2021!!!
Muchas gracias, Silvia 🙂
¡Un abrazo!
Yo no soy madre, tampoco tuve muchos regalos para Navidad. Yo soy partidaria de pocos regalos. De hecho, suelo hacer regalos a la gente cuando me apetece. Que salgo a comprar con mi hermana y me apetece invitarla a comer en su restaurante favorito, pues lo hago. Que dando un paseo veo un jersey que es ideal para mi abuela, pues se lo compro y se lo doy al llegar a casa, no hace falta que sea fecha señalada. Para mi los regalos son el hecho de pensar en un ser querido y la verdad es que pienso en ellos bastantes días al año, no solo en Navidad o en su cumpleaños.
¡Esos sí son regalos bonitos e inolvidables! 🙂
Toda la razóna tu escrito. Naci en el año sesenta y uno y los Reyes tardaron dos años en traerme la Nanci, mi querida muñeca y la ilusión que me dio al verla, un juguete y unas pinturas para colorear y feliz. Las cosas han cambiado mucho, pero dentro del cambio todos podemos poner nuestro granito y ser cabales con los juegos que se ponen en el árbol, hay niños quien lo primero que hace es contar los paquetes que hay y eso es muy triste. Esta en nuestras manos que valoren y disfruten sin gastos escandalosos.
Totalmente de acuerdo contigo, Ange 🙂
¡Un abrazo!