NO ES FÁCIL SER POETA | Por Javier López Cazalla
Lo que hay detrás de cada obra de arte, solamente lo sabe el que es artista.
Nadie entiende que mi entrenamiento para ejercitar la mente y mantener el nivel de creatividad es leer libros, y cuando quiero leer o estoy leyendo, a la gente le da la sensación de que no estoy haciendo nada o de que no quiero estar con ellos por estar leyendo un libro que puedo leer en otro momento, pero no es así, es como si a un deportista le dices que entrene otro día para poder estar con sus amigos o que deje de entrenar porque no está haciendo nada.
No leo solo para entrenarme sino también porque me gusta, como a cualquier deportista le puede gustar entrenar y luego competir, pero cuando alguien me ve leyendo no entiende que es un ejercicio sentimental y mental muy importante para mi conocimiento y mi superación poética y personal, e incluso algunos piensan que prefiero estar leyendo antes que estar con ellos, pero a un deportista de élite no le dicen que prefiere entrenar a estar con su gente, porque entienden que forma parte de su vida y su dedicación, pues la misma situación es cuando estoy leyendo un libro, y esto me ha llevado a la obligación de explicarlo con comparaciones deportivas para que la gente lo pueda entender.
Al igual que cuando estoy escribiendo o simplemente estoy a solas para poder pensar (aunque luego no escriba nada) nadie entiende que estoy trabajando y me interrumpen numerosas veces o dicen que tampoco estoy haciendo nada, es como si a un jugador de fútbol que está apunto de meter un gol le interrumpe su gente más allegada saltando al campo y parando el partido porque dicen que no está haciendo nada.
Habrá escritores que ejerciten su mente de otra manera o no necesiten entrenar para escribir, pero yo sí lo necesito y esa es mi forma de hacer las cosas para lograr todo lo que he conseguido, y además aunque no lo parezca, someterme a niveles altos de lectura y escritura me dejan muy cansado mentalmente y físicamente, llegándome en ocasiones a doler la cabeza y los ojos, y la única manera de descansar mi mente y relajarme es poniéndome a dormir porque aunque no esté leyendo ni escribiendo y esté haciendo cualquier otra cosa, en mi mente no paro de pensar y trabajar. Y por estas cosas me es muy difícil ser comprendido como poeta a la hora de escribir un poema sin contar con la parte profunda y sentimental que hay detrás de todo esto, porque tener ese tipo de cansancio sobre mí y añadirle el ponerme a escribir llorando por que mi corazón así lo siente, aunque es un alivio soltarlo todo, me deja mucho más cansado todavía, y eso sin hablar de las noches que me he tirado sin dormir solamente escribiendo teniendo que madrugar al día siguiente para ir al trabajo. Y la gente pensará pues haberlo escrito al día siguiente o en otro momento, pero lo que no saben es que solo en ese instante se puede escribir ese poema porque si no es en ese momento ya jamás puede ser escrito. Y aunque esto último que acabo de decir solo lo entendamos los poetas, no quería dejarlo sin contar.
¿Te gustaría conocer las apasionantes historias de escritores modestos, pero no por ello menos buenos?
Únete a nuestro canal de Telegram (es gratis) para ayudarnos a darles voz a esos escritores que necesitan un empujón. Sus vivencias e historias para publicar sus libros, su pelea para hacerse un hueco y su mensaje es igual o mejor que el de cualquier top ventas. Únete a nuestro canal para descubrirlos y apoyarles.