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¿Leer en verano? ¡Por supuesto! | Por Lourdes Justo Adán

¿Leer en verano? ¡Por supuesto! | Por Lourdes Justo Adán

Ha llegado el verano y para muchos, las vacaciones. Para disfrutar del sol, la mayoría planea irse a la playa o a la piscina. Seguro que tú ya habrás escogido el protector solar más adecuado, el bañador más favorecedor y la toalla más llamativa… Vaya, que ya lo tienes todo.

¿De verdad?

Tal vez has olvidado incluir una de las mejores compañías: un libro. ¿Tienes ya seleccionado alguno? Lee este artículo. No, no te voy a proporcionar un listado. Haré algo mejor. Voy a ofrecerte algunas sugerencias para elegir tu próxima lectura. No tienen carácter prescriptivo pues, a fin de cuentas, eres único/a y la elección final debe ser exclusivamente tuya.

Supón que entras en una heladería. ¿Cuál es tu preferida? Piensa… ¿Ya? Pues esa. Ya estás dentro. El aire fresco acaricia tu rostro. Te encuentras rodeado de infinidad de variedades, cada cual más tentadora. Es parecido a entrar en una librería: tus ojos se iluminan de curiosidad, ¿o no? En fin, que quisieras catarlos todos, pero no puedes. Tómate tu tiempo para explorar. Investiga la bibliografía de los autores de renombre cuyo estilo te atraiga. Sin embargo, nunca subestimes los insólitos sabores que aportan los escritores emergentes: te pueden sorprender. Todos los consagrados comenzaron siendo unos completos desconocidos. Algunos escribieron y publicaron profusamente antes de alcanzar la fama. La notoriedad no es un requisito para la creatividad o la producción. Estas son cualidades internas que no dependen del reconocimiento público. Muchos optan por senderos alternativos en lugar de seguir las rutas convencionales. Lo más importante es que su mensaje llegue a los lectores y tenga un impacto significativo en ellos. Esa es su verdadera satisfacción. Asimismo, los autores galardonados ciertamente podrían resultar una apuesta acertada, ya que han sido reconocidos por su calidad, pero, insisto, no te sorprendas cuando descubras que un premio no garantiza una degustación satisfactoria. 

A pesar de que las críticas tampoco deberían obligarte a descartar nada de inmediato, analizar las reseñas puede ser una manera excelente de obtener una perspectiva más amplia. Es parecido a leer los ingredientes de un helado: te da una idea de lo que puedes esperar, aunque, sin duda, el verdadero reto está en comprobarlo por ti mismo. 

Pide asesoramiento a tu entorno cercano, pero hazlo también a tu librero de confianza, al igual que se lo pedirías a tu heladero. Consulta la lista de lecturas recomendadas que ofrecen algunas bibliotecas o el ranking de las más populares. No obstante, recuerda: no tienes por qué leer solo bestsellers. Con frecuencia, los verdaderos tesoros se ocultan en las estanterías menos transitadas.

No juzgues al helado por su apariencia, ni al libro por su portada: no comas con los ojos. Escudriña entre aquellos que aborden algún tema relevante para ti. Del mismo modo que puedes repetir sabor, puedes incluso releer alguna obra para disfrutarla de nuevo, con la posibilidad de que descubras algún matiz que en su momento pasó inadvertido.

¿Qué tal si pruebas una opción innovadora? Sal de tu zona de confort: un género inexplorado, un autor exótico, un estilo inusual… Las sinopsis te proporcionan información útil. Confía en tu intuición, en tu paladar, a condición de que sean buenos consejeros, claro. Después de todo, la elección que realices será la que inunde de dicha tus ratitos de asueto. Y a propósito de esto, no olvides considerar el tamaño, inclínate por aquel que sea proporcional al tiempo libre del que dispongas. Sería una verdadera lástima dejarlo a medias, si bien no estás obligado a agotarlo de principio a fin de una sola sentada.

Bueno, finalmente, tienes tu ejemplar. Localizas tu rincón predilecto. Buscas ese ratito mágico en el que te instalas plácidamente. En una mano sujetas tu irresistible gelato, y en la otra, ese libro de minificciones que vibra ansioso por ser leído, como si portaras la balanza que simboliza el equilibrio perfecto entre el placer de la cultura y los caprichos de la vida. Entonces, desenvuelves ambos. Pruebas esa cremosa exquisitez a la par que abres la primera página. Comienza el deleite. ¡Ay!, se escurre una gota. Casi por instinto, le das una lengüetada. Surge un detalle narrativo que, al igual que la gota, pretendía fugarse. Céntrate y continúa. 

Pasas a la siguiente hoja al tiempo que oyes el frágil crujido de la oblea. Cada frase es un sorbo suculento que estimula tus papilas. La trama se enreda, entrelazándose con los aromas que se funden en tu boca. Avanzas. El regusto del argumento te cautiva y te anima a dar otra mordidita más.  Cada párrafo, una textura diferente… 

El marcapáginas progresa con celeridad. Ascender al punto álgido de la intriga es descubrir el corazón de praliné que se derrite y al que rescatas con audacia. Aunque el refrescante helado va desapareciendo más rápidamente, te deleitas con esa breve historia tanto como con él. Antes de que te des cuenta, ya te devoraste las dos cosas. Sin más, te quedas allí, deslizando la lengua por los labios, saboreando las últimas palabras que leíste. Te embarga una satisfacción increíble, similar al deseo de revivirlas…

La lectura tiene el superpoder de hacerte vivir experiencias inimaginables. Una buena narración deja huella en el lector, y aun cuando puedas suspirar al concluirla, experimentas la inmensa alegría de haber podido participar de ella.

En última instancia, el propósito fundamental de la lectura es el disfrute y enriquecimiento personal. No hay reglas estrictas ni caminos predeterminados para elegirla. Puedes sondear los rincones más tenebrosos de un thriller, indagar en la urdimbre de una novela histórica, o dejarte cautivar por la ternura de una historia de amor… De igual modo, puedes libar cada bocado suavemente, o consumirlo con voracidad. Así que, elige tu próximo libro con el esmero con el que elegirías ese delicioso manjar veraniego: con un ávido deseo de disfrutarlo.

Lourdes Justo Adán

Especialista en Educación Infantil, en Educación Primaria y en Pedagogía Terapéutica. 

Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación.

Orientadora Escolar.

Docente.

Escritora. 

Autora de “Algo muy valioso” y “El collar de Borlita”.

Columnista. 

Coach de víctimas de maltrato psicológico.

Bloguera: https://lourdesjustoadan.blogspot.com/

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