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DIA 11 DE AGOSTO | Por Francisco José Chaparro Díaz

DIA 11 DE AGOSTO | Por Francisco José Chaparro Díaz

Fecha que todo andaluz debería tener presente, pues en la misma, allá por el año 1.936, fue ejecutado Don Blas Infante Pérez, a la sazón y con los años, reconocido institucionalmente como el Padre de la Patria Andaluza.

Este acontecimiento histórico puede valorarse desde varias ópticas, la primera evidentemente, desde el punto de vista humano. Arrancado de su domicilio en la localidad sevillana de Coria del Río, en presencia de su familia, en esos primeros días de desorden y confusión intencionada de la Guerra Civil Española, en la que se cometían atrocidades en base a antiguas rencillas, intereses personales, cuestiones económicas y actos de manipulación; al margen, de las acciones bélicas que apenas estaban comenzando. En esos días de desazón, de incertidumbre, de miedo, Infante es sacado de su bonita villa, Dar al-farah, casa de la alegría, y puesto a disposición de las personas que ejercían la autoridad en tan convulso momento de nuestra historia. 

El resto, para los que lo sepan y para los que no, cualquiera puede imaginarlo, días de tensión, incertidumbre, solicitudes y hasta ruegos de libertad a cuenta de su esposa y personas allegadas, para finalmente y tras una decisión injustificable, ejecutarlo de forma sumaria, sin juicio ni sentencia y de forma vil, la noche del 10 al 11 de agosto, sin que su cadáver haya sido localizado posteriormente, como el de tantos otros.

A nivel humano, no tiene la vida de Infante más valor que la que habría tenido en aquellos tiempos la de cualquier otra persona, pues el sufrimiento personal y emocional que se padece no se puede medir, ni comparar; pero dejar constancia de la situación personal de su familia en esos días, se me antoja imprescindible para entender el surgimiento y el devenir posterior de la figura histórica que nace tras la muerte de la persona.

Pero es precisamente ello, la muerte de la persona, lo que hace surgir al personaje histórico. Tras décadas de olvido, más allá del esfuerzo de su familia por mantener vivo su recuerdo, por fin, tras el declive y caída del régimen franquista, surge una nueva España, con una nueva clase política, donde la altura de miras y los intereses generales parecieron anteponerse a los intereses de partido, para entre todos construir una nueva sociedad, moderna, constitucional, relacionada internacionalmente y con hambre de cambio en todos sus estratos.

Es en ese escenario, donde la figura de Mª Ángeles Infante, hija de Don Blas, es capaz de llevar a cabo la titánica labor de poner en valor la figura de su padre, de darle visibilidad, extender el conocimiento de su figura; y por último, obtener el ya citado reconocimiento institucional como Padre de la Patria Andaluza. Pero no terminó aquí su labor, tras ese sin duda exitoso hecho, llegó el momento de dar a conocer su obra y es en este apartado, donde el papel de su Fundación, la Fundación Blas Infante, instrumentaliza esta difícil tarea de dar difusión y conocimiento de la vida y obra de este insigne andaluz.

La composición de la misma, con patronos de diversos ámbitos y personas de reconocido prestigio intelectual, sus esfuerzos en la permanente labor divulgativa con premios literarios, ciclos de conferencias, publicaciones y estudios de todo tipo, que tienen como punto de referencia su sede en la sevillana calle Sol, hacen de esta institución, la herramienta necesaria para que la labor que en su día inició Doña Mª Ángeles, se continúe y engrandezca con el papel de sus actuales y nuevos patronos, su nueva dirección, con la figura de Don Javier Delmás Infante, nuevo presidente en sustitución de su madre y por tanto nieto de Don Blas, para seguir haciendo llegar a todos los rincones de Andalucía cual fue la importancia de Infante, para que no se olvidé lo que le ocurrió, lo que su familia debió padecer y sobre todo para que en la medida de lo posible se alcance a comprender su ingente labor intelectual, reflejada en su obra, que constituye historia reciente y viva de Andalucía.

Es precisamente parte de esta intensa actividad, organizar cada año el día 10 de agosto, el acto de homenaje en el día de su ejecución y en el lugar en el que las fuentes cuentan que se produjo. Este emotivo homenaje cargado de simbolismo, en el que se elevan al cielo discursos por parte de los miembros de su Fundación, que se acompañan con detalles musicales, no es más que un sencillo, pero sin duda sincero y sentido homenaje a tan importante andaluz, que con su vida y obra alumbró el camino de lo que debía ser la Andalucía moderna y que gracias a la labor de su hija, Mª Ángeles, del resto de su familia, de instituciones públicas y privadas y de su Fundación, nos hace llegar la sublime importancia del legado de Infante.

Sean estas líneas, y precisamente aprovechando esta fecha, que repito, todo andaluz debería conocer, mi personal homenaje a la figura de Infante y mi reconocimiento a la labor que su Fundación desempeña.


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