Conoce a Juan Carlos Merino, autor de la novela “La isla de Santa Rena”
Para quién no te conozca, ¿quién es Juan Carlos Merino?
A mis 47 años, me considero una persona muy tranquila, que gusta de tener su tiempo y espacio. Soy un gran aficionado a la historia, el cine (colecciono figuras y otros productos relacionados con este arte) y, por supuesto, la literatura.
Comparto mi tiempo con mi mujer e hija (y mi perro) y vivo en Madrid desde muy pequeño, aunque soy natural de Barcelona. Nada especial (¿o sí?).
¿Cómo nace tu vena escritora?
Comenzó hace unos treinta años, cuando jugaba al rol y tenía que crear las partidas como director de juego o, jugador, cuando me tocaba. Escribíamos el trasfondo del personaje, pasajes para leer durante la historia en momentos clave, etc. En realidad, siempre he gozado de bastante imaginación y supongo que la escritura es un modo de darle salida, porque, entre nosotros, soy un negado para la ilustración (y me odio a mí mismo por eso, créeme, me encantaría saber dibujar).
Fue inevitable que, con el tiempo, comenzara a escribir relatos y en el caso de “La isla de Santa Rena”, siempre he deseado ver la historia convertida en un libro.
Por último, señalaría que hay una vena artística en mi familia que me he limitado a seguir. Mi madre escribe también, mi hermano dibuja…
¿Cuántos libros has publicados ya?
Uno (ojalá fueran más). He publicado varios relatos cortos y algún artículo de opinión para El club de la fábula y la desaparecida Z.K. 2.0, ambas revistas digitales y en la actualidad estoy revisando mi siguiente novela, La médium y la máscara, una historia de suspense y fantasmas ambientada en 1876.
Además, tengo creados dos juegos de mesa, que no comercializados (todavía).
¿Cómo ha sido el desarrollo del libro? ¿Cómo escribías? ¿Tienes algún rincón oculto?
Allí donde encontrara el momento. En ocasiones utilizaba el transporte público, a veces tiempos muertos en el trabajo, pero la mayoría de las veces me encerraba en la habitación y me ponía los cascos, utilizando alguna banda sonora cinematográfica de fondo.
Para mí, lo mejor es ponerte cuando el resto del mundo descansa. Todo está en silencio y se escribe muy a gusto y como, debido a mi trabajo, madrugaba bastante, no eran pocas las veces en que me ponía a escribir a horas intempestivas.
Por cierto, me encantan los días otoñales, de lluvia y niebla, me trasladan al papel con más facilidad.
Háblanos un poco sobre “La isla de Santa Rena”, tu primera novela.
Es una novela de misterio sobrenatural que puede recordar a la obra de Lovecraft en algunos aspectos. De hecho, Hay quien la definió como una mezcla entre Lovecraft y Agatha Christie, esto último por su similitud con Los diez negritos supongo, en cuanto a que se trata de un grupo de invitados que acuden a una isla.
A partir de ahí y obviando que hay un motivo por el que ha sido invitados, este se irá desvelando según transcurra la historia.
¿Qué es lo que más destacarías de “La isla de Santa Rena”?
Aquí entramos en un tema delicado y es que muchos podrían pensar que mi opinión no es objetiva por lo que, siempre que me hacen esta pregunta me remito a las opiniones de los lectores.
Opino pues que he logrado conseguir una trama interesante, que atrapa desde el principio, que los giros son inesperados y sorprendentes y que es un libro muy ameno de leer, muy cinematográfico.
Por otro lado, siempre me han dicho que manejo muy bien los diálogos y que consigo poner al lector en situación con facilidad.
El libro está ambientado en 1920 y según nos has contado, tu siguiente novela está ambientada en plena época victoriana. ¿Qué te lleva a escribir en otras épocas? ¿Por qué no en la época actual?
Vivimos en una época donde lo hemos visto todo (o casi todo), vacía, donde las redes sociales parecen prevalecer y la tecnología manda. Tengo la sensación de que es artificial, falta ilusión, esa magia que se encuentra en libros antiguos o en el cine clásico (incluyo aquí a la maravillosa década de los años ochenta). Fueron épocas en las que existía cierta inocencia.
Me gusta trasladarme a otras épocas donde podías perderte en un barco en busca de un nuevo continente, donde el sable mandaba, donde no había un móvil para pedir ayuda de inmediato (facilita la trama ¿No?) o donde se creía en brujas y demonios.
Es muy posible que esta opinión cambie depende de la generación a la que preguntes. Para la gente joven gozar de la tecnología de que disponen ahora es un privilegio.
Todo lo anterior sumado a que me entusiasma la historia, hace que me resulte fácil trasladarme a otras épocas. Además, opino que la mezcla de pasado y misterio funcionan muy bien.
En el libro aparecen múltiples personajes: un prusiano, una aristócrata, etc… ¿Cómo fue su proceso de creación? ¿Te resulto difícil manejarlos?
Algunos de los personajes los tenía claros desde el principio y otros fueron modificándose con el paso de la escritura. Hay por ejemplo uno que eliminé y otro que no surgió hasta que llevaba la mitad, en una versión alternativa, von Bullow, el prusiano, era un oficial japones, etc…
No puedo hablar mucho de ellos sin desvelar sorpresas, pero, puedo decir que disfrute mucho creándolos y dotándoles de personalidad propia. De igual manera me ocurre con los villanos, disfrute mucho al describirlos y dotarles de trasfondo.
En cuanto al manejo, quizás esta mal que yo lo diga, pero pienso que uno de mis fuertes son los diálogos, o, al menos, eso han opinado. En La isla de Santa Rena aparecen más de veinte personajes y en la siguiente novela que estoy escribiendo, unos doce. Me encanta hacerlos interactuar, que charlen entre ellos, dotarles de vida.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Es curioso como se rompen los bloqueos, como llegan de repente esas ideas que te aportan el factor que necesitas para que la trama termine de encajar, es algo que nunca entenderé. En mi caso, me faltaba por atar un cabo importante, una parte fundamental que se negaba a descubrirse.
Y de repente, yendo en el transporte público, se encendió la luz, sin ningún tipo de hecho que pudiera haber influido, sencillamente surgió de la nada. Y la novela quedó atada.
¿Qué opinas del papel del escritor en las redes sociales?
Quizás habría que darle la vuelta a la pregunta. Hoy en día la cantidad de personas que escriben es tremenda y estoy seguro que de que hay novelas muy buenas y gente con mucho talento por descubrir. Este es un proceso arduo y lento y el escritor encuentra en las redes sociales un gran apoyo. Revistas digitales, YouTube, blogs literarios. Hay casi tantos recursos como escritores, por suerte, y muchos de nosotros tendríamos un camino muchísimo más difícil si no contáramos con las “malditas” redes sociales.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Lo tengo claro: “Sin prisa, pero sin pausa, el camino acaba de empezar”.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Es incontable enumerarlos. Desde la literatura clásica (Kipling, Stevenson, Verne) pasando por los libros de elige tu propia aventura, Agatha Christie y otros muchos.
En cualquier caso, si que hay dos que tengo que destacar: Uno es J.R. R. Tolkien. Su obra me marcó profundamente, me introdujo en la fantasía por la puerta grande. El otro autor es Lovecraft. Me encanta su universo único ficticio, esa forma de unir historias mundanas con seres sobrenaturales. Hay algo de ambos en La isla de Santa Rena y en el caso de Tolkien, le he homenajeado al apellidar así al protagonista.
Debo decir que el cine también tiene mucho que ver. Me ha marcado tanto o más que la literatura hasta el punto de que me he visto cambiando el final de alguna película o reescribiéndolo. Es el otro gran culpable de mi afición por escribir.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Tanto en formato digital o físico se pueden conseguir. Lo pueden solicitar en cualquier librería. Luego dependiendo de la distribuidora con que trabajen, lo podrán traer o no. Y después, por supuesto está disponible en las grandes empresas de venta (Amazon, Casa del libro, Corte inglés).
Por último, tanto en la página web del libro como en la página de la editorial, se puede también comprar.
Para terminar, ¿nos recomiendas algún libro?
Ahora que me estoy releyendo los clásicos (llevo leídos Ivanhoe, El extraño caso de Jekyll y Hide, Secuestrado, Las minas del rey Salomón) os recomendaría cualquiera de ellos o de los otros muchos que hay.
Pero voy a invitaros a descubrir uno en concreto que a mí me encantó: Baltimore, de Christopher Golden y Mike Mignola. Es una novela editada en gran formato con una muy cuidada edición y que continuó a posterior mediante una serie de cómics. Se trata de una historia de vampiros ambientada en la primera guerra mundial.
Y si no, siempre os quedará cualquier obra de Lovecraft o esa joya literaria que es “El señor de los anillos”.
Bien por ti Juancar, adelante sin perder los ánimos. Magnífica tu primera novela. A ver cuando podemos leer la segunda que está en el horno.