Descubrimos «Los años sin rumbo», de la escritora Mª Cristina Grau Sánchez
- ¿Qué te inspiró a escribir tu segunda novela, «Los años sin rumbo»?
El pensar en cómo la desidia existencial puede llevar a ciertas personas a tomar decisiones indignas y a cometer actos indeseables.
- Gretel, la protagonista de tu novela, parece ser un personaje complejo y lleno de matices. ¿Qué te llevó a crear un personaje así y cómo fue el proceso de desarrollo de su personalidad?
Quise indagar en la sociopatía de alguien aparentemente normal a ojos del mundo que le rodea, era un reto para mí. En cuanto al proceso para el desarrollo de su personalidad fue, más bien, permitirme un ejercicio imaginativo en el que recrear, desde mi interior, “las justificaciones” que podría buscar una persona como Gretel para mantener el rumbo de vida elegido.
- ¿Hay algún elemento autobiográfico en «Los años sin rumbo» o en el personaje de Gretel?
Más que elementos autobiográficos, sí ciertos sentimientos que, en algún momento de la vida, he podido experimentar en determinadas situaciones o frente a personas concretas. Todos somos sensibles a las circunstancias o palabras tanto positivas como negativas que nos afectan, pero cada uno las afronta de una manera diferente y, en el caso de Gretel, lo hace de una forma particularmente extraña.
- ¿Cómo ha influido tu formación y experiencia como doctora en Historia del Arte en tu escritura?
Al igual que en mi otra novela, La beluga sin nombre, en la observación y recreación de las personas y las cosas que me rodean ya que, en la especialidad de Historia del Arte, la contemplación y la percepción son dos caminos para entender la obra en cuestión y la sociedad del momento y, en el caso de Gretel, mi formación me ayuda a dotarla de las singularidades que considero, como lo haría un pintor sobre su retrato.
- ¿Qué tal ha sido la experiencia publicando nuevamente con la editorial Círculo Rojo?
Como siempre, estupenda. Hasta el día de hoy, su equipo me ofrece eficiencia, puntualidad, organización, prontitud, amabilidad, profesionalidad, libertad, un profundo respeto a mi obra y una inconmensurable paciencia.
- ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste al escribir «Los años sin rumbo»?
El mayor desafío fue conseguir la existencia de un personaje de dudosa moralidad, incluso diría que de una ética truculenta, sin que, necesariamente, las escenas más abyectas rebosen de una ferocidad sanguinaria.
- ¿Cómo ha sido la respuesta de los lectores y la crítica a tu novela?
Hace unas dos semanas y media que salió, más o menos, por lo que todavía es pronto para saber la dimensión de ambas cosas, aunque puedo decir que estoy viviendo un buen comienzo con Gretel y los demás personajes de “Los años sin rumbo”.
- ¿Puedes contarnos sobre tu proceso de escritura? ¿Tienes algún ritual o rutina que sigas?
Mi proceso de escritura se basa en sentir una gran pasión por relatar historias que bullen dentro de mí y dejar aflorar libremente el nacimiento de nuevos personajes. Y como rutina, intento escribir todos los días, pese a que mis otras actividades no me permitan siempre dedicar todo el tiempo que quisiera a la de narradora.
- ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario actualmente? Si es así, ¿podrías adelantarnos algo sobre él?
Sí, tengo otra novela en construcción. Lo único que puedo decir es que será muy diferente a las dos anteriores en el contexto en que se desenvuelve la trama.
- Para terminar, ¿qué consejo le darías a los escritores que están comenzando y sueñan con publicar sus propias novelas?
Que acudan a Círculo Rojo. Sea el que sea la valoración del departamento de lectura, siempre contestarán al escritor y, eso, es muy de agradecer; esa es otra de las maravillosas características de esta editorial, no hacen perder el tiempo. Además, aunque es autoedición, sus propuestas para ir a ferias son de una gran ayuda al igual que los servicios que ofrecen para promocionar la obra. Yo, desde luego, apostaría por ellos. También les aconsejaría que, pase lo que pase, es decir, al margen de las posibles ventas, no dejar de escribir lo que uno quiere decir y cómo lo quiere decir. En mi opinión, debe primar la autenticidad personal por encima del éxito comercial, eso es lo que, realmente y con el discurrir de los años, colma el alma de satisfacción.
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