Blas Infante para no iniciados | Por Francisco José Chaparro
Abordar desde cualquier óptica la figura de Blas Infante, merece para este autor, la necesidad de calibrar las palabras que sobre él vierto en el papel, por el mucho respeto que tengo a su figura y al trabajo de los intelectuales y estudiosos que han dedicado parte de trayectoria a su vida, obra y legado.
Sobre ese legado van estas líneas, sobre la importancia de lo que fue su ejemplo de vida y su extensa obra. Y lo hago dirigiéndome a esos lectores que tras leerme habitualmente, me escriben para comentarme tal o cual cosa sobre mis artículos; muchos de ellos no son andaluces, así que a ellos y a los andaluces que aún no sean conscientes del papel de este insigne intelectual, quiero dirigirme.
Sobre su biografía, solo daré unos retazos, pues es fácil encontrar datos más profusos en cualquier publicación; nacido en Casares (Málaga) en 1.885, estudió Derecho en Granada y obtuvo plaza como Notario, ejerciendo esta profesión en Cantillana, Isla Cristina y Coria del Río. Intelectual comprometido con las causas de su tiempo, participó de la política, fue un activista en temas culturales y sociales, con especial foco en el Ateneo de Sevilla, siendo autor de cuantiosos artículos de prensa, revistas y obras literarias. Con el estallido de la Guerra Civil Española, fue asesinado sin juicio ni sentencia, a las afueras de Sevilla, el 11 de agosto de 1.936.
Para los no iniciados, su figura fue ensalzada en Andalucía al máximo nivel institucional cuando el Parlamento Autonómico lo nombró “Padre de la Patria Andaluza”, las razones para ello se encuentran en la exposición de motivos de la norma, pero lo que hoy yo pretendo hacer llegar, es como de relevante resultó la vida y obra de este insigne andaluz, hasta el punto de que cualquiera que no sea de aquí, debe saber que no encontrará en esta tierra, una localidad en la que no haya una calle, una plaza, una biblioteca, un centro cultural, etc… que no lleve su nombre.
Lo que Blas Infante hizo a lo largo de su vida, su legado escrito y especialmente su obra “Ideal Andaluz”, sentó, ya en su tiempo, las bases del concepto Andalucía; qué es, de dónde venimos, porqué somos así, cómo deberíamos ser, a qué aspirar, cuál debería ser nuestro lugar y demás; nos identificó a todos con una especie de gen andaluz, que él llamó el “genio andaluz”, algo propio de la gente de esta tierra.
Su vida de esfuerzo y sacrificio en post de su visión de lo que debía ser Andalucía y la vida de los andaluces, tuvo recompensa muchos años después y a él se le debe mucho de lo que Andalucía es hoy y de cómo se concibe.
En ese tránsito han colaborado muchos hombres, mujeres y su propia familia, que no permitieron que los años de dictadura enterrasen el legado de este insigne andaluz. Hoy día, la Fundación Centro de Estudios Andaluces de la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía y sobre todo, la fundación que lleva su nombre, “Fundación Blas Infante”, se encargan de estudiar, mantener vivo, y engrandecer, la figura de este andaluz de talla universal que con su visión de lo que debía ser esta tierra, contorneo a principios del siglo xx, la Andalucía que conocemos en la actualidad.
Si hay otros territorios o países del mundo que tienen a su George Washington, su Mahatma Gandhi y similares, Andalucía tiene su Blas Infante y se siente orgullosa de ello.
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