Conoce a Paul Seaquist, autor de “Vuelo de rapiña”

Para quién no te conozca, ¿quién es Paul Seaquist?

Paul Seaquist es un joven escritor chileno radicado en España. Comenzó a escribir a un temprana edad publicando su primer libro “Silencios” apenas con veinte años y recibiendo inmediatos elogios tanto de ventas como de la crítica especializada de su país. El diario El Mercurio lo perfila como uno de los poetas jóvenes a quien considerar. En círculos más informales se le consideraba como el Rimbaud chileno tanto por su calidad poética como por su desenfreno.

El año 2000 publica su primer libro de relatos “Cartagena”, una colección de  cuentos sobre perdidos y perdedores.

Paul se radica en Berlín, Alemania a comienzos de los 2000, donde por razones laborales, entre otras, pospone su proceso literario. “No tenía nada que decir, y al no tener qué decir, prefería no decir nada”, nos comenta.

Durante esos años de silencio, Seaquist se convierte en un exitoso empresario artístico guiando las carreras de algunas de las estrellas de la danza y de la música más importantes del planeta. Produce espectáculos masivos alrededor del mundo, abre nuevos mercados y revoluciona la industria discográfica con sus discos de voz hablada.

Hoy vuelve a las letras con su “Vuelo de rapiña”, un libro más maduro, más crudo, y más íntimo.

Después de diez años de silencio vuelvo a tener qué decir -nos comenta con una encantadora sonrisa- ¡para bien o para mal!

¿Cómo nace tu vena escritora?

Creo que de la misma manera como un verdadero músico no tiene una vena musical, o un verdadero escultor no tiene un vena escultora, un verdadero escritor tampoco tiene una vena escritora, lo que sí se tiene es un vena creadora. La música, la escultura o, en mi caso, la escritura, es sólo el lenguaje que se elige para crear y para llegar al mundo. Si Jim Morrison no hubiera cantado hubiera buscado otras maneras para expresarse, es más hizo cine y poesía. Si Rodin no hubiera esculpido seguro hubiera pintado. Si yo no escribiera, seguro hubiera creado de otras maneras, es más lo hice a través de la danza, de la música. Creo que llegar a ser un verdadero creador es a lo que se tiene que aspirar. El no poder vivir si no se enfrenta el proceso creativo cada mañana es lo que me motiva.  Si ese desafío la vida pierde sentido.

La música, la escultura o, en mi caso, la escritura, es sólo el lenguaje que se elige para crear y para llegar al mundo.

Paul Seaquist

¿Cuántos libros has publicados ya?

He publicado dos libros, ambos con la Editorial Universitaria de Chile.: “Silencios” fue mi primer libro de poesía. Me atreví, más por imprudencia que por talento, a asomarme al abismo de la poesía. Me resultó bien. “Silencios” es un poderoso libro adolescente. “Cartagena” que fue mi primer acercamiento a la prosa se publicó unos años más tarde. Luego, se me antologó en México en la Editorial Ficticia junto a algunos de los escritores latino americanos más importantes en un libro llamado “Chile después del once de septiembre”. Yo fui el autor más joven de la colección.  

¿Qué es lo que más destacarías de “Vuelo de Rapiña”?

Vuelo de rapiña fue escrito en tres países diferentes, en dos continentes distintos a lo largo de un poco más de tres años, si consideramos la primera palabra del primer cuento escrito, hasta el punto final del último. Es un libro que enfrento en distintos períodos de mi vida. Lo comencé en La Habana, lo continué en Berlín y lo vine a terminar viviendo como un ermitaño en Extremadura.

Es un volumen que reúne dieciséis cuentos que dentro de su cotidianeidad proponen situaciones y personajes tocados por la violencia y el desconcierto. Las vidas de cada uno de sus personajes cambia por motivos directos o tangenciales para siempre.

Vuelo de rapiña devela el lado oscuro de los seres humanos. Asesinos. Violadores. Asesinados. Violados. Engañadores y engañados. Este es un volumen oscuro, en el que sus personajes además deambulan con soltura entre sus cuentos. Seaquistnos presenta un libro que nos hace pensar en la pluma de Donald Ray Pollock filmada por Quentin Tarantino.

¿Alguna anécdota que puedas contarnos?

No me había dado cuenta hasta que comencé a corregir el libro que en cada relato hay bebedores empedernidos. Fue fortuito. Creo que la vieja fórmula de Dostoievsky, Rimbaud, Hemingway y Bukowski de “literatura y alcohol” está vigente. Lo curioso es que llevo años sin beber. Algunas cosas, me parece, quedan en el subconsciente.

¿Qué opinas del papel del escritor en las redes sociales?

Tengo la impresión de que hoy en día no se puede hacer nada sin tener una presencia fuerte en las redes. Creo que todos debemos considerar las redes sociales como una ventana al mundo. Como los ojos al mundo. Los oídos. Hace algunos años la única forma de promocionar un libro era a través de visitas a librerías, book-tours, tours de medios, que por lo general eran desgastadores y caros. Hoy se puede presentar tu propuesta al mundo sin la necesidad de grandes inversiones por partes de las editoriales. Siento que el acceso a un mercado casi infinito está en la punta de los dedos.

La imagen del autor encerrado entre cuatro paredes, digitalmente iletrado y malhumorado ya no es cool. Hay grandes novelas del siglo XXI que se han escrito en Starbucks o en las salas de espera de los aeropuertos, incluso en el Iphone. Estoy cien por ciento a favor del mundo digital y del segundo aliento que nos da.

¿Tienes algún nuevo proyecto en mente que puedas adelantarnos?

Estoy terminando un próximo libro de relatos que se llamará “Kunitachi”, y estoy intentando escribir una novela que se llamará “Como los peces”. No sé si me resultará. Pero me estoy invirtiendo bastante en ella. Me está tomando tiempo y alguna que otra lágrima. Es una novela íntima. De dolor y perdidas.

¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?

Creo que la calma es importante. El escribir por el placer de escribir, no por el gusto a publicar. Finalmente un escritor lo único que puede hacer es intentar escribir bien, solo intentar. Por lo general no resulta. Pero hay que hacerlo por que no queda de otra. Paul, me diría, goza el proceso, el viaje, no el arribo. Finalmente siempre se llega a alguna parte, y por lo general no es dónde uno quería. ¡Pero se llega!

¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?

¡Hay tantos! Pero presionado por nombrar a algunos diría que Charles Bukowski es un autor fundamental para mi, no tanto por su estilo desenfadado sino por su ternura. Bukowski escribía por que no podía hacer otra cosa, sin aspavientos, ni posturas. Borracho, con resaca o sin dormir, por que era lo que había que hacer, lo que tenía que hacer.

Jackson Ray Pollock. El integrar personajes de unos cuentos en otros me gusta. En especial en su libro Knockemstiff. Intenté hacerlo en “Vuelo de rapiña”.

Me encuentro pensando bastante en Hemingway cuando escribo. El concepto de escribir una frase a la vez, como si se te fuera la vida en ello es importante para mi. Por lo general no me resulta. Pero pienso en ello.

¿Dónde se pueden conseguir tus libros?

Tanto Silencios como Cartagena están agotados. Tengo la impresión que no se pueden conseguir ya. Aunque tal vez se puedan encontrar online. No lo sé. Hay interés por reeditar Silencios. Pero aún nada definido.

“Vuelo de rapiña” sale en un para de semanas y estará en todas las librerías en su forma física y digital. Además de Amazon y Kindle.

Para terminar, ¿nos recomiendas algún libro?

Desde que llegué a España estoy leyendo a bastantes autores españoles que me tienen alucinado. ¡Se escribe bien en España! De eso no caben dudas. Erróneamente había pensado que después del Cervantes, de Góngora y Quevedo no había pasado nada en España. Gratamente asumo mi error y mi ignorancia.

Recomiendo con los ojos cerrados a Kiko Amat. Su última novela “Revancha” es un K.O.

La última novela de José Ignacio Carnero “Hombres que caminan solos” es una belleza.

Álvaro García Hernández con su “Enero y tú desnuda” me deslumbró! Llena de ternura. Dulce.

Por último a todos los aspirantes a cuentistas, y a todos en general ¡Raymond Carver!

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