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¿Qué vino primero, el sueño o la vida? | Por Juliana Mateu

¿Qué vino primero, el sueño o la vida? | Por Juliana Mateu

Hemos pasado de experimentar una realidad a otra metaverseada en nuestro presente sin cuestionamiento alguno, nos despertamos con un teléfono en la mano y creamos nuestros discursos sociales y humanos a través de la virtualidad, cada día nuestra vida se acerca más a una realidad dentro de otra. Entonces, desde esta experiencia empírica que llamamos vida ¿deberíamos validar a los sueños como un pilar generador de nuestra experiencia de vida? 

Al igual que se genera una experiencia en el puente que vivimos entre la virtualidad y la presencia, existe una en el puente entre la consciencia y el subconsciente. 

“American Journal of Psychology” por Mary Whiton Calkins,  fue una de las primeras investigaciones que decidieron adentrarse en el mundo de los sueños desde una perspectiva moderna, porque si vamos para atrás encontraremos siglos de comunidades que han estado estrechamente relacionadas con el mundo onírico pero han sido silenciadas para el beneficio del mantenimiento estructural de nuestra composición de la realidad y por ende, nuestro sistema de existencia, que pone como centro del conocimiento a la Europa Occidental y su influencia después de la revolución industrial, ó sea, la época moderna.  

En estos estudios Calkins demostró que la mayoría de los participantes encontraban conexiones entre su mundo onírico y lo que experimentaban despiertos. Básicamente la definición de pewma en el lenguaje mapudungún, que simplificado al castellano significa “sueño”, y en el pueblo mapuche a la persona encargada de la interpretación de los sueños se le llama pewmatufe, lo cual habla de una clara consciencia humana de la importancia del vínculo entre nuestra realidad onírica y la vigilia.

Al igual que Mary Whiton Calkins, me he elegido a mí misma como objeto de estudio para probar esta construcción que compone nuestra realidad. La primera vez que experimenté con la realidad onírica de forma consciente no había ni terminado la adolescencia y los últimos 5 años de mi vida me he dedicado a analizar y anotar todos mis sueños, lo cual me ha llevado a observar como constantemente lo que pude haber soñado hace 4 años puede cumplirse hoy ¿por qué? Puede ser porque mi cerebro dormido reconoce patrones de pensamiento y acciones y sus resultados mucho antes de mi yo consciente, hoy este concepto en la neurociencia se llama “nextup” y menciona esto mismo, que explorar nuestros sueños nos abre a posibilidades evolutivas o no, infinitas.

“A diferencia de los músculos, el cerebro y la mente nunca descansan, funcionan sin parar noche y día. Tal vez sea una ironía definitiva que, al fin y al cabo, la mente nunca duerme de verdad, siempre sueña.” – Antonio Zadra y Robert Stickgold

Lo que voy a mencionar a continuación tiene base científica y pueden encontrar un buen resumen en libros como “Cuando sueña el cerebro” de los autores citados.

¿Qué he descubierto en sueños? De primeras lo básico que debe saber cualquier persona que quiera llevar su yo despierto a este mundo que la mayoría de las personas experimentamos dormidas es que todo se sentirá como realidad, las sensaciones en este mundo no físico permiten sentirse como físicas igual, que son catalogadas como sensaciones ilusorias, porque en realidad eso no le está pasando a tu cuerpo pero sí lo sientes, puedes sentir el sudor, el nudo en la garganta, hasta puedes llegar a orgasmos ilusorios en un sueño y al otro día despertarte como si esas sensaciones físicas hubieran ocurrido a la vez que estos sueños pueden estar cargados de simbolismos que están avisando caminos en tu mundo consciente. 

Experimentar este puente es algo que puedes empezar siempre en el tiempo presente de tu realidad a ojos abiertos. Por ejemplo, si a partir de mañana quieres hacer consciente tu inconsciente puedes empezar con poner un diario de sueños debajo de tu almohada para registrar de inmediato lo que recuerdas del sueño. También puedes mirar un tatuaje con frecuencia, o dibujar lo mismo en tu mano todos los días, porque de seguro en los sueños haya algo ahí sí donde te dibujaste o donde tienes tatuado, pero no será lo mismo y eso te ayudará a darte cuenta que estás experimentando la otra parte de tu realidad, tampoco van a funcionar lo relojes ni el tiempo de igual forma, ni vas a poder apagar y prender luces, y en el caso del uso de tecnología, nunca va a ir bien, algo raro va a suceder con la foto de perfil, o los mensajes no se van a mandar. Hablar de los sueños es un tema infinito, repleto de información y podría dar varios ejemplos, pero hoy la pregunta es: ¿Qué vino primero, el sueño o la vida? 

Me encuentro en situaciones en la que sueño con objetos que perdí y los encuentro meses después exactamente con la misma imagen visual que tuve en el sueño y al final es artístico creer que podemos relacionar un lugar que existe en la construcción del tiempo con uno en el que no. Podemos creer o reventar, pero sí es verdad, que podemos llevar un registro y comprobar como nuestros patrones mentales pueden predecir qué escenarios construyen las experiencias que nos preocupan al estar despiertos. 

No se puede entender al sueño y la vida como cosas separadas, porque ambos se componen de estos supuestos que siempre estamos manejando, pero sí podemos prestar atención a la influencia de este aspecto de nuestra vida para evitar caminos que no corresponden con nuestros verdaderos deseos y las emociones que queremos mantener y proliferar. El puente entre el sueño y la vida va menos de cuestionarnos y más de entregarnos a la experimentación de ser generadores de nuestro destino.

«En vibraciones escondidas te abracé. Me dijiste que buscabas lo que estás corriendo siempre, confesé que de caminar despacio brotan posibilidades, lo entendiste mirándome de reojo. Ofrecí calor con sonrisas y compresión, entonces la pureza atravesó. Con sorpresa, la recarga de frecuencias olvidadas nos puso de nuevo en pie. En lo onírico no te pierdas, no te espero, te invito a ver.» – resultado de escritura automática luego de un sueño, 2019.

Les invito a despertar mientras están dormidos para no dormir lo que pasa cuando están despiertos. 

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