Mi niño | Por Juan Manuel Sánchez
¡Qué bonito eras, mi niño,
con tus ojitos abiertos en flor,
ay qué bonito cuando eras yo,
plagadito de estrellas tiernas!
Ahora que recuerdo de veras
el candor de tu flor primera,
a mí se me antoja decirte:
¡niño mío, qué bonito eras!
Ya sólo eres muñeco de cera,
envuelto en un tul
de olvido y pena,
y te preguntas en ti,
a ese niño que yo era:
¿Cuándo volverá la primavera?,
y yo le digo:
espera, corazón, espera,
que aún nos quedan
las infinitas eras.
JMS