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“La densidad del pensamiento” | Por Patrizia Gaell

“La densidad del pensamiento” | Por Patrizia Gaell

Hace unos días concluí la lectura de una obra cuanto menos sorprendente, bajo mi criterio. El Camino del Jenízaro, se titula.  La leí de manera obligada, pues necesitaba de su contenido para engordar mis conocimientos acerca de la vida y las costumbres de los jenízaros. Dicha obra, escrita por un desconocido J. L. Álvarez, narra la historia de un muchacho secuestrado por mercenarios y vendido como esclavo en el mercado de Estambul en el año 1521. Su destino le llevará a formar parte de las filas del cuerpo militar de élite más sorprendente del momento: los jenízaros otomanos.

Sin embargo, esa es solo la batuta que este magnífico escritor mexicano mueve para tocar la sinfonía de un tema mucho más profundo, místico, enigmático y prácticamente inalcanzable para el común de los mortales. Y es que, a través de este joven muchacho y de las preguntas que se formula, y junto a él, el lector tiene abierta la puerta al examen y la reflexión. Una introspección conjunta sobre dudas existenciales que la obra no resuelve —las deja suspendidas en el aire— y que podrían englobarse, tal vez, en algo llamado filosofía de la existencia. Tal vez la obra pueda resultar algo cargante o incluso producto del delirio, pero es necesario leer las reflexiones del narrador sin emitir juicios de valor y sin dejarse llevar por prejuicios insustanciales que solo sirven para acrecentar la ignorancia que uno posee. Simplemente, hay que escuchar a Nicolai y dejar que despierte la empatía que todo lector lleva dentro.

Cuestiones como ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? o ¿cuál es el sentido de la vida? forman parte de la curiosidad de conocer el porqué de la existencia, lo cual se mezcla de manera magistral con la sorprendente e intrigante historia del joven Nicolai. Dicha historia personal es desarrollada bajo el marco de lo acontecido entre Asia Menor y Europa a mediados del siglo XVI, cuando la batalla librada más importante es la de los egos de sus gobernantes y la desmedida ambición de ambos por alcanzar la dominación sobre los pueblos. Algo que perdura pese al paso del tiempo, si se me permite apuntar.

Una obra donde se realiza un análisis de temas tan sensibles como las religiones, las tradiciones culturales, las creencias y, en definitiva, las dispares formas de ver la vida, vivirla y comprenderla. Cavilaciones que, por su profundidad, tal vez solo unos pocos puedan llegar a entender con exactitud. En cualquier caso, y al margen de esa profundidad, se puede decir que El Camino del Jenízaro es una novela histórica en prosa que hay que tener en cuenta y que, pese a no figurar como best seller, es merecedora de tan noble título como la que más, no solo por su continente, sino también por su contenido.


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