Inmediatez | Por Jesús Gallardo Sanz
Hoy, mientras buscaba en internet un vídeo que me diera las claves para arreglar una cisterna que gotea, he reparado en un pequeño detalle. Sin importancia, pero trascendente.
Introducidos los términos de búsqueda, san google vomita ante mí un buen surtido de resultados. De entre todos los posibles, a ver si son capaces de adivinar qué vídeo elegí.
En efecto, el más corto. Poco más de 3 minutos de visualización y problema arreglado (o no).
He tomado la decisión de consumir un contenido con inmediatez para quitarme de encima un molesto problema.
Inmediatez. En el consumo de contenidos. Es algo que, a día de hoy, marca la diferencia.
Véase la moda que se ha desarrollado: series que son en realidad miniseries, leemos los diarios digitales en detrimento del papel, leemos los titulares y parte de la noticia <<en diagonal>>, programas más cortos para todo (lavadora inclusive), y, lo más importante: novelas cada vez más cortas.
Cuántas veces hemos visto en nuestra biblioteca de cabecera un lustroso ejemplar de bello lomo y magnífica portada que llama nuestra atención por su título o autor, y cuando lo tenemos en la mano y decidimos destripar una de sus páginas al azar, y nos llevamos una sorpresa: nos han vendido la piel del oso. Fuente times new roman sobredimensionada, triple espaciado y márgenes ultra extendidos… esto es, mucho arroz para tan poco pollo. Es decir, un manuscrito que originariamente ocupa 200 páginas escasas, tras ser editado y preparado para su publicación se convierte en un best seller de 500.
Se busca la inmediatez. Otras veces nos hemos encontrado con un libro que ha escrito una figura de relevancia pública y nos planteamos la pregunta: ¿Pero esta persona escribe?
Ya sabéis a lo que me refiero. Y luego lo cogemos por curiosidad y al abrirlo vemos que son 200 páginas, pero la portada es muy atractiva y el gancho del nombre muy eficaz.
En resumen, es cierto que los libros que se ven en los estantes cada vez son más delgados. Parece que están sometidos a un régimen estricto y cantidades ingentes de ejercicio. Es lo que demanda el consumo, es lo que se produce, es lo que se comercializa.
Deseamos consumir con inmediatez.
Resumir es vivir.