Crimen atroz | Por Juan Manuel Sánchez
Ahora que lo has hecho
será mejor que lo calles,
guárdatelo muy dentro,
escóndelo para ti,
no lo cuentes a nadie,
que sea nuestro secreto,
y si alguien, algún día,
ansía saberlo,
¡que pregunte al aire!,
¡que pregunte al viento!,
que un jilguero dulce
se habrá llevado lejos
su alma celeste
para envolverlo.
Déjalo ido, sin sentir,
sin cabeza, despojado
de su ser más íntimo,
sin pecho ni corazón
que lo contenga,
déjalo muerto,
cubierto de yedra,
tápalo como puedas
con las hojas secas,
y no lo compliques,
que nadie comprenda
mi amor asesinado
tendido en la hierba.
JMS