A veces, ¡Y digo a veces! | Artículo de opinión de J.M. Enriquez
A veces, ¡Y digo a veces! A veces, nos detenemos en nuestro mundo imperfecto.
A veces nos revelamos por que se invade nuestro espacio: ese mundo creado al margen del resto.
A veces, negamos el saludo el abrazo, el momento que nos hace más humanos.
A veces, compartir parece algo extraño en este mundo de caminar rápido.
A veces, solo a veces parece que primero somos nosotros y no los que están a nuestro lado.
A veces, el medio solo es el fin para lograr lo ansiado, dando igual el daño ocasionado.
A veces, ¡Y digo a veces!
El grifo no echa agua y nos encolerizamos.
A veces, ¡Y digo a veces! Con la nevera llena, resulta que no tenemos nada que a la boca llevarnos.
A veces, ¡Y digo a veces! No hay sitio para quien llama a la puerta en busca de refugio y amparo.
A veces, ¡Y digo a veces! Abría que echar la vista atrás, de pie o sentados y hacer un acto de contrición, parar por un momento, detener el tiempo y todo lo enchufado a nuestras vidas de dioses en un Olimpo imaginario.
A veces, ¡Y digo a veces! Sería bueno, dar las gracias a quienes con muy poco y mucho, mucho esfuerzo, amor, entrega, cariño y lo puesto. Compartieron cada rincón, pequeño, desangelado, oscuro, mal oliente y rancio con cada uno de los que ahora, si, ahora… todo nos parece un mundo si no estamos conectados. Un mundo, en el cual estamos perdiendo lo humano, lo que nos hizo avanzar: capacidades de las que solo él está dotado.
A veces, ¡Y digo a veces! no parecemos nosotros, ni nos parecemos a quienes con nada nos sacaron adelante, sin quejarse siquiera, sin pronunciar una sola palabra que maldijera la falta de todo, todo lo que no hacía falta y de lo que ahora estamos sobrados. A veces, negamos hasta la vida que nos viene dada, solo porque nos da la gana.
A veces, nos ahogamos en nuestros excesos, por la falta de lo que no nos es necesario ni tenemos falta. A veces, y solo a veces, me doy lastima.
A veces, ¡Y digo a veces!
JM.Enríquez
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