«La idea del mal», nueva obra de Damián Ubide Díaz
¿Quién es Damián Ubide Díaz?
Considero que, si algo soy realmente en esta vida, es un curioso. Considero que solo soy otro ser humano, entre los millones y millones que hemos sido durante la historia, observando las condiciones vitales que me acontecen. Tal y como soy, he descubierto que me gusta analizar el comportamiento de la persona, conocer cómo y por qué actuamos de cierta forma y en frente a qué condiciones. Es por ese mismo motivo que inicié mis estudios de psicología, claro está.
¿En qué momento te sale tu vena escritora?
Ya desde pequeño siempre tuve el afán de estar siempre creando todo tipo de historias, me daban una hoja de papel y un lápiz y yo comenzaba a escribir, dibujar, ¡incluso ambas! (sí, también probé a hacer cómics). Disfrutaba también creando juegos de mesa, de cartas, relatos, y en general todo este tipo de menesteres humanistas. Me encantaba acudir a la gente de mi alrededor para exponer mis obras y que me diesen sus opiniones para poder mejorar en lo que hiciese. Supongo que siempre he tenido en mi interior ese sentimiento que querer presentar estas historietas al público, cosa que, de cierto modo, estoy haciendo ahora. Podría decirse que comencé a aficionarme a la escritura de forma más asidua durante mi época de colegio e instituto, ya que recibía buenas opiniones en mis escritos, me animé a esforzarme en este arte de la narrativa. Ya que se me daba bien la ortografía, la gramática y contaba con una (creo yo) creatividad constante, he probado a, en cuánto he cumplido dieciocho años, autopublicar una de estas creaciones.
Hablemos de tu obra: «La idea del mal».
Empecé a escribir “La idea del mal” durante mi estancia en bachillerato, una época en la que el estudiante sufre estrés proporcionado por la presión a la que se tiene que someter. Cosa normal teniendo en cuenta el título académico que está en juego, la incertidumbre del futuro y demás divagaciones que la mente de uno mismo crea y que conllevan al sufrimiento propio, lo que se conoce popularmente como ansiedad. Fui entendiendo como cuando nuestros pensamientos se tornan enrevesados y pesimistas, sea por intentar confrontar una posibilidad que podría terminar llevándose a cabo o por otras motivaciones, este tipo de cavilaciones llegan a mermar la salud mental del afligido. Esto es exactamente lo que encarna la entidad de la historia, es el propio concepto de todo lo que está mal con el ser humano, todas esas inclinaciones que consideramos dañinas e indeseables y que ciertamente minan nuestra psique por obra del sufrimiento, pero que todos tenemos en nuestro interior, más o menos censuradas, pero latentes. Me pareció un auténtico argumento de horror el hecho de poder ser acosado día y noche por algo que está metido en tu propio pensamiento y que no te suelta ni en un plano metafísico; un enemigo que no puede ser destruido, y que acecha con lo peor que tienes que ofrecerte a ti mismo.
¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura?
Siguiendo con el tema de la pregunta anterior, esta Idea del mal fue inspirada por «la idea del Bien» de Platón, siendo, irónicamente, su antítesis. Mientras que la idea del bien representa la virtud y la forma ética en la que se debe actuar, la idea del mal sería un ente que va a por todo lo contrario; el vicio, la destrucción, la pulsión de muerte. En esta historia he querido plasmar la lucha más antigua y popular de la humanidad, la del bien contra el mal. Esto es lo que quería encapsular en el monstruo, es el mismísimo concepto de lo que conocemos como maldad, cada uno tiene su propia versión de lo que esa palabra significa le suscita, siendo, por ende, la máxima expresión de lo desagradable para la persona. En la novela hago un doble paralelismo con la agorafobia, ansiedad crónica y los ataques de pánico que pueden desencadenar. El protagonista, Andrew Manner, desde que comienza a ser mancillado por la idea del mal, sufre su influencia en todo momento y vive atormentado por ese constante, teniendo que ocultar sus síntomas y este problema a los demás, actuando de forma errática y sospechosa, temiendo sus designios y cuestionándose si lo que está haciendo está contribuyendo en sus planes.
¿Eres un escritor ambicioso de los que quiere llegar lejos, o te conformas con escribir lo que quieres y publicar a tu ritmo, con diferencia del éxito que puedas conseguir?
Al responder esta pregunta me gustaría primeramente aclarar lo que yo considero éxito; para mí este libro ya es un éxito en tanto ya cumple con el cometido que le asigné, y es el de haber creado una historia con la que compartir una trama que trata ciertos temas desde mi perspectiva, y haciéndolo, si es que es así, de forma entretenida. El hecho de ver la ilusión que le hizo a mi abuela hasta el punto de emocionarse que le proporcionó el hecho de que le dedicase mi primer relato ya me enorgullece lo suficiente. Claro está que, por otro lado, también me gustaría que llegase al mayor número posible, pero sin importar la cantidad, aunque solo fuese una única persona la que la leyese dentro de años y años, si le aportó algo o le inspiró, ya vale la pena. Eso sí, si se diesen las condiciones y por algún casual este servidor pudiese dedicarse de forma profesional, aceptaría la oferta ya que me podría ganar la vida con lo que más me gusta hacer; crear.
¿Hay algún consejo que puedas dar a los que ahora están escribiendo algo con la idea de publicarlo algún día?
Si puedo, y siempre he dado cuando ha salido el tema, dar un consejo a quién quiera que tenga ganas de dar a conocer una obra suya es que la dé a conocer. Ojo, esto no significa que la tenga que publicitar a bombo y platillo para que la lea el país entero, no. Como ya he dicho, el «éxito» es ambiguo, y el mero hecho de compartir tu creación con quién estimes necesario ya es todo un éxito porque creo que ha cumplido con su objetivo, entretener y transmitir algo a alguien.
Cada ser humano conlleva una opinión, y para mí, la mejor obra de la literatura universal puede ser horrible, mientras que el tomo de un escritor perdido de la mano de Dios que realizó su obra hace eones me puede aportar una visión única sobre el tema que trate. Lo que quiero expresar es que, la cantidad no es consecuente con el triunfo personal del autor, que es, al fin y al cabo, el que importa desde la perspectiva propia. Claro que alguien dedicado y realmente apasionado le gustaría dedicarse profesionalmente a ello hasta el punto de poder ganarse la vida creando, pero no todo el mundo necesariamente. Toda historia y escrito puede aportar algo, cada personaje puede ser icónico para otra persona y cada trama puede inspirar a los demás a crear las suyas propias. Por lo que, si estás pensando en brindar una pieza de tu colección al resto, por supuesto, hazlo, sobre todo teniendo en cuenta los medios que te gustaría usar y estimes oportunos.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Mi autor predilecto es, sin duda, el maestro de Providence, Howard Phillips Lovecraft. Lo comencé a leer desde los catorce años y desde entonces, el horror cósmico se ha convertido en mi género favorito ya que considero que es el mayor exponente del terror, simplemente por el hecho de que los conceptos como lo desconocido y los peligros que se ocultan en algo tan primal como la oscuridad o la insignificancia humana ante el universo, cuando topamos con nuestra propia mortalidad y futilidad, nos atemorizamos todos. Otros autores cuyas obras disfruto son el terror gótico de Edgar Allan Poe (siendo mi favorito la original y desesperada ambientación de “La máscara de la muerte roja”), o las magníficamente dirigidas peliculas de John Carpenter, del cual también me llamó la atención su forma de ilustrar al icónico asesino de Michael Myers, al que se le describe como “La Forma”, siendo simplemente un recipiente con forma de hombre del mal puro. “Halloween” de 1978 es una obra de terror psicológico que explota muy bien el miedo que puede dar una persona maligna, siendo Myers una máquina homicida que no responde a la naturaleza sentimental de alguien cuerdo. Aunque de Carpenter, considero que su obra maestra es “In the Mouth of Madness”, una película que mezcla la ficción con la realidad en la que viven los personajes, y como se dan cuenta de que su existencia también entra en esa ficción, una carta de amor al horror lovecraftiano que tanto me gusta.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Principalmente a través de Amazon, tanto en físico como de forma electrónica en el siguiente enlace: https://amzn.eu/d/ffl3ozY
Además de otras plataformas de distribución de libros como la Casa del Libro, Libros.cc, La Vanguardia etc.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Pues me gustaría recomendar la que considero es, la mejor obra de Miguel de Unamuno, un gran filósofo español que tiene una forma narrativa de ir contando una historia que al principio parece ser una simple historia de desamor, celos y engaño para luego convertirse en una curiosa reflexión metafísica (algo parecido al estilo de la ya mencionada “In the Mouth of Madness”) en la que los personajes ficticios deben afrontar su falsa realidad, que son creaciones de un superior. Es entonces cuando Unamuno se cuestiona si nosotros somos eso mismo, juguetes inventados por Dios. Cuestión interesante, qué duda cabe.
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