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“¡Dios mío! ¡He perdido a mi abuela!”, nueva obra de Luis Chacón de la Torre

“¡Dios mío! ¡He perdido a mi abuela!”, nueva obra de Luis Chacón de la Torre

¿Quién es Luis Chacón de la Torre?

Hola. Lo diré en primera persona, que en tercera suena raro… Pues soy un humilde “mancheguico” de Valdepeñas (Ciudad Real), localidad famosa por sus vinos y por la somanta-palos que mis antepasados les dieron a las tropas francesas en 1808 cuando iban para Bailén a luchar con el ejército español.

Soy Licenciado en Ciencias Ambientales y ejerzo actualmente como Técnico de Medio Ambiente. En el trabajo soy una persona prudente, cabal y modosita, pero en mis ratos de ocio libero al loco que llevo dentro y plasmo mis tonterías y mis ocurrencias en el papel, que son “muchísmas”, como diríamos en La Mancha.

De siempre he tenido mucha imaginación, “de más” dice mi madre, así que inventar e idear situaciones y personajes no solo no me cuesta, sino que me gusta. Para mí es liberador, porque por las mañanas tengo que ser un sieso a la fuerza (por la responsabilidad de mi cargo, de hecho a veces estoy tan serio que parezco un empleado de funeraria), pero por las tardes soy yo mismo y descargo en el ordenador todas las chorradas que se me ocurren, sin censura de nadie.

Es una curiosa dicotomía, pero gracias a ello logro llevar bien cada jornada del día. Suena un poco a binario, la verdad, a persona desequilibrada, jajajaja, pero todo lo contrario, esto me hace ser equilibrado. Mis momentos de “payaso” compensan mis momentos de “mustio”, y viceversa.

Pues ese es Luis Chacón, un técnico por la mañana y un “proyecto de escritor” por la tarde.

¿En qué momento te sale tu vena escritora?

Pues en el cole, de pequeño, y ya marcando un estilo humorístico, fíjate. En las redacciones que nos mandaban hacer ya destacaba por mis textos con connotaciones chistosas. Quizás por eso la profe de Lengua siempre me elegía a mí, además de a otros compañeros/as, para leer la redacción. Con el paso del tiempo intuí que no había tanto “azar” en la selección que hacía, así que siempre me esmeraba al redactarlas porque ya sabía que me iba a tocar leer. El resto del alumnado se partía de risa también con mis historias, así que yo encantado, obviamente. La maestra lo disimulaba más, pero disfrutaba de mis relatos.

También dibujaba, ojo. Me gustaban ambas cosas, y las empleaba mezclándolas, haciendo dibujos con diálogos, lo que derivó también en pequeños cómics… Por eso he conjugado ilustración y narrativa en mis cuentos infantiles. Gracias a ello no he necesitado contratar a nadie para los dibujos, ya los hago yo. Lógicamente no me salen igual de bien que a un ilustrador profesional, ya quisiera yo, los míos son más cutres, jajajaja, pero me defiendo (y de paso me ahorro un pastón).

El caso es que luego dejé de escribir y dibujar, porque uno crece y piensa en otras cosas (chicas, salir con los amigos, conciertos, viajar…), y creo que a todos nos pasa algo similar a cierta edad. Una vez metido de lleno en el mundo laboral, entonces sí que abandoné toda actividad de dibujo y escritura. Un error, por cierto.

¿Cómo retornó entonces a mí la vena escritora, puesto que la había dejado de lado?

Pues bien, te lo voy a contar, porque fue divertido, y además de chiripa… Ocurrió en 2010, en una época en la que me dio por la fotografía y participaba en concursos. De hecho, cada semana mandaba paquetes certificados a sitios distintos de España, enviando fotografías. En esa vorágine de búsquedas de concursos por internet, una tarde di con uno de cuentos infantiles por casualidad. Leí las bases y me animé a participar porque tenía uno ya escrito que se adaptaba a la temática y al número de páginas, así que lo mandé. Se llamaba “La historia de Pepillo de la Torre, el pajarito que no sabía volar”.

Seguí enviando fotos, dentro de mi locura fotográfica de aquel momento, y al cabo de unos meses recibí una llamada un fin de semana que me dejó de piedra. La transcribo tal cual:

– ¿Diga? Hola, sí, soy yo… ¿Que he ganado el primer premio? ¡¿De verdad?! ¡¿Y cuándo es la entrega?! ¡Sí, sí, claro, allí iremos a recogerlo, muchas gracias! ¡Adiós!

Colgué y mi mujer se asomó por la puerta, pues había estado poniendo la oreja y se había enterado de la conversación (lo normal).

– ¿Qué pasa? – me preguntó.

– Que he ganado un concurso… Tenemos que ir a Asturias al acto de entrega. ¡Nos pagan el alojamiento y todo! 

– ¿De qué es el concurso?

– Pues… no lo sé, con la emoción no he preguntado… – le dije. 

– ¿Y en qué consiste el premio? 

– Ahivá, ni idea, tampoco me lo han dicho – musité. 

– ¡Madre mía, no te has enterado de nada! ¡Dame el teléfono, que los llamo ahora mismo! – exclamó ella con aspavientos, aunque luego no llegó a llamar.

Para descubrir qué demonios había enviado a Asturias, que era el único dato útil que tenía, me puse a rebuscar de inmediato entre los albaranes de los certificados de correos. Y cuando lo localicé, descubrí con asombro que no era un premio de fotografía, ¡sino de cuentos infantiles! ¡Menuda sorpresa!

Fuimos a Asturias, obviamente, y al recoger el premio los componentes del tribunal me dijeron algo que me dejó asombrado: el fallo había sido por unanimidad del jurado, caso que nunca se les había dado en los años que llevaban dando el premio. Me comentaron, además, que se habían reído mucho con la lectura de mi cuento, y que valía para eso, por lo que me animaron a seguir escribiendo. Vamos, que me llenaron de halagos.

Entre eso y que luego me emborracharon a sidra después del acto, me lo creí del todo y me vine a mi pueblo más ilusionado que McGiver echando la tarde en un Leroy Merlin.

De aquel viaje regresé con nuevas ideas y proyectos. De hecho dejé a un lado la fotografía y me centré en la narrativa infantil, y de ahí surgió “Las 7 vidas de Mawiwi”, mi primer cuento ilustrado. Esos fueron los orígenes de este entretenimiento que me he buscado y que me ocupa las tardes, los fines de semana, los festivos y las vacaciones… En fin, todo el tiempo libre que saco. Menuda parrafada te he soltado, jajajaja.

¿Cuántos libros has publicado desde entonces?

Pues llevo 4 ya, y en este orden: “Las 7 vidas de Mawiwi”, “¡Dios mío! ¡He perdido a mi abuela!”, “Los jubilados los carga el diablo” y “Peripecias de un niño tiquismiquis”.

Tengo 2 esperando ver la luz, porque ya los tengo terminados, pero no los publico aún porque no hay que saturar a la gente. Hay que ser cansino, pero no tanto, jajajaja.

dios mio he perdido a mi abuela

¿Qué es lo que más destacarías de cada uno de ellos?

De todos ellos el humor, porque es la dinámica o el género que he elegido (por el momento). Me gusta hacer reír, sacar una sonrisa a los lectores, ya sean niños o adultos… Y por las críticas recibidas, creo que lo he conseguido. Los cuentos infantiles muchas veces los leen los padres con los hijos, y se ríen tanto unos como otros. He logrado llegar a ambas edades, pese a la diferencia existente entre ellas. Esto lo sé porque luego me lo trasladan ellos mismos.

Ahora bien, individualmente… de “Las 7 vidas de Mawiwi” destaco su alocada historia de gatetes (a los niños y niñas les ha gustado mucho), de “¡Dios mío! ¡He perdido a mi abuela!”, la intriga que destila el libro, que tiene enganchados a los lectores (además fue finalista en unos Premios editoriales), de “Los jubilados los carga el diablo” destaco que es humor para adultos, algo inédito para mí y todo un reto, y de “Peripecias de un niño tiquismiquis” destaco que está basado en mi infancia (aunque la gente no se cree que hiciera las travesuras tan disparatadas que narro).

Todos tus libros tienen un fin solidario. ¿Podrías hablarnos un poco sobre ello?

Siempre quise colaborar con alguna ONG, pero no me atrevía porque no sabía qué iba a ser de ese dinero. Pensaba por aquel entonces en ADENA, ACNUR, GREENPEACE, UNICEF, SAVE THE CHILDREN, MÉDICOS SIN FRONTERAS… pero yo pensaba: “¿se utilizará bien ese dinero?”, “¿Se usará para el fin que yo quiero?”. Bueno, tenía tantas dudas respecto a la custodia y al uso correcto del dinero que al final decidí que lo donaría a causas de Valdepeñas, porque de esa manera podría comprobar o verificar el buen funcionamiento de las mismas. Siendo causas cercanas, es más fácil ver los resultados.

Pues bien, dándole vueltas al tema de ayudar a ONG´s, de pronto me surgió este sin Dios de la escritura, así que se me ocurrió que sería una buena idea donar los beneficios de los libros a causas solidarias de mi pueblo y pueblos cercanos. Así he hecho desde entonces, y he colaborado con A-down, Pueblos sin Fronteras, Proyecto Lydia, Afibroval, Natividad de María, Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ROSAE (Asociación de Mujeres Afectadas de Cáncer de Mama), Cáritas Interparroquial y AFA (Asociación de Familiares de enfermos de Alzheimer y otras demencias).

También hago visitas a los colegios, con los cuentos obviamente. Los chavales se lo leen, y una mañana acudo al centro escolar y me hacen preguntas (me cojo un día de vacaciones, claro, porque falto a mi trabajo). Luego les firmo los libros y se los dedico, y nos hacemos fotos, y sale una actividad redonda. El alumnado se lo pasa bomba, desde luego. Para ellos conocer al autor es ya todo un acontecimiento, aunque yo no sea nadie en el mundo editorial, pero es lo bueno de trabajar con niños, que son inocentes y se piensan que eres famoso y todo.

Llevo ya mucho dinero recaudado y repartido (ten en cuenta que empecé en 2015), y espero seguir haciéndolo. Otra cosa es que me quede sin trabajo y necesite ingresos, claro, entonces ya cambiaría el asunto, jajajaja. Mi mujer me dice que a ver si triunfo y nos quitamos los dos de trabajar, pero donando los beneficios de mis libros, malas marchas llevo…

Hablemos de tu obra más reciente. ¿Cómo nace la idea de escribirla?

Te refieres a “¡Dios mío! ¡He perdido a mi abuela!”, aunque debo aclararte que es una reedición, ya la publiqué en 2018. Este cuento, por cierto, fue finalista en la categoría Best Seller 2019 en la III edición de los premios Caligrama, porque cosechó muy buena crítica en redes sociales. Compitió en la final con “novelacas”, como yo las llamo, lo que indica el potencial de mi cuento, pues no es normal que un libro infantil compita con narrativa de adultos.

Sobre esta obra te diré que quería escribir una historia cuyos personajes fueran lo más opuestos posibles, pero que al mismo tiempo se pudiera dar en la realidad, así que ideé un encuentro “nieta de ciudad con abuela de pueblo”. Me daban mucho juego las confrontaciones que podían tener, no solo por las diferencias intergeneracionales entre la una y la otra, sino por los distintos modos de vida entre la gente urbana y la rural. Ese fue el germen, por así decirlo. Luego, por supuesto, le incluí personajes secundarios que aportaran “chicha” a la historia, así como mis desvaríos habituales y mis situaciones cómicas y surrealistas.

¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura?

Como he dicho antes, sacarle una sonrisa. Vivimos unos años un poco tensos y tristes, entre pandemias, posibles guerras mundiales (no te creas que es baladí el asunto), el calentamiento global y precios que se disparan, y la gente está preocupada. Hay más personas con ansiedad de las que pensamos. Vivimos el día a día como si no pasara nada pero en realidad no dejamos de tener presente esta situación tan delicada. Por eso un poco de risa no nos viene mal a nadie. Con mis libros logro evadir al lector de los problemas y hacerle pasar un rato divertido.

¡Aunque no es fácil hacer reír, ojo, y menos aún con los tiempos que corren, que se ofende todo el mundo! Nos estamos volviendo un poco paranoicos con tanta “ofensa”. Y en este sentido el humor es muy susceptible, juega en el alambre, pues lo mismo haces reír a alguien que le pones de mala leche porque cierta broma no le ha gustado. Con un drama esto no pasa, por poner un ejemplo. Un drama es un texto triste y el lector/a lo lee y ya está, no va a criticarlo porque le haya deprimido (ya sabía lo que iba a leer, y no se molesta porque le haya puesto melancólico), pero con la comedia no es así, el lector te puede poner de vuelta y media si una gracia no le parece oportuna o si la ve ofensiva.

Por este motivo, de hecho, me planteé (y mucho) publicar o no “Los jubilados los carga el diablo”, porque era un humor para adultos, y por tanto para un elenco con mayor capacidad de discernimiento y susceptibilidad. Le di muchas vueltas hasta que me lancé, porque sabía que podía ofender más que causar risa. Por fortuna ha sido lo segundo, y la gente se lo está tomando a bien, con sentido del humor (y yo respiro de alivio, jajajajaja).

Veo que lo estoy logrando porque mucha gente me compra para regalar a personas cercanas que están depresivas o enfermas, y eso ya dice mucho del efecto de mis obras. Una amiga mía, sin ir más lejos, se lo regaló al padre de una amiga suya, porque se estaba muriendo. Al cabo de un mes, cuando me vio, me dijo que el hombre había pasado sus últimos días en la cama del hospital con una sonrisa en la boca. ¿Sabes lo que eso significa para mí? Eso vale más que vender 1000 libros. Para mí es fundamental que la gente disfrute con mis historias y se ría.

¿Eres un escritor ambicioso de los que quieren llegar lejos, o te conformas con escribir lo que quieres y publicar a tu ritmo, con diferencia del éxito que puedas conseguir?

¿A quién no le gustaría “vivir del cuento”? Jejejeje. Hago este juego de palabras porque escribo cuentos, pero vamos, que todo escritor anhela que sus obras trasciendan y se lean en todas partes. Esto es muy difícil, por supuesto, solo triunfan unos cuantos, pero por supuesto soñar es gratis y ojalá algún día me ocurriera. No por la fama, ojo, a mí me gusta mi anonimato y pasar desapercibido, pero sí porque mis libros se difundieran y llegaran a muchos sitios. Ojalá.

Por otra parte, y como autor poco conocido que soy, es verdad que publico a mi ritmo y sin presión de ninguna editorial, lo que me permite escribir sin plazos ni agobios, controlar mis textos, las cubiertas de mis obras, etc… incluso las temáticas. Escribo tanto para niños como para adultos, y en cuanto a géneros, me sumerjo en el que me apetece. He escrito cuentos infantiles y novela para adultos, y ahora por ejemplo estoy terminando una novela histórica con tintes de ciencia ficción y thriller que nada tiene que ver con mis anteriores libros. Y esto lo puedo hacer porque soy un autor desconocido. Igual si fuera famoso la editorial me decía: “estate quietecico y sigue con tus cuentos infantiles, hermoso”, jajajajaa.

En cualquier caso, prefiero vender solo 500 libros a 100.000 si luego la crítica no es buena. Por ahora es así, y soy feliz. Vendo pocos libros, pero la opinión que recibo de los lectores es tan positiva que con eso me siento satisfecho.

¿Cómo ha sido tu experiencia sobre el proceso de publicación?

Pues al principio fue un caos y un agobio, porque es un “mundo” en el que no me había movido nunca y no comprendía ni los procesos, ni los tiempos, ni los contratos… De hecho tuve algunos momentos amargos con algunas editoriales, discusiones por cómo estaban maquetando mi obra (sobre todo por el encuadre de las ilustraciones), y algunas otras divergencias que no voy a detallar.

Ahora bien, después de publicar 4 libros y varias reediciones ya conozco los pasos a dar y sé más o menos cómo debo proceder. Incluso hay amigos/as que quieren publicar y me preguntan y todo, como si fuera un experto en la materia, ya ves tú, jajajaja.

¿Algo que puedas aconsejarles a los que están pensando en publicar?

Sí, que se dediquen a otra cosa, jajajajajaa. Noooooooooooo, es broma.

Primero, que empiecen auto-editándose, porque así no perderán el tiempo esperando a que alguna editorial les publique gratis. Eso solo le pasa a un escritor de cada mil.

Segundo, que no cojan la oferta más económica, porque al final lo barato sale caro. Ni tampoco la más cara pensando que así lo van a “petar” y/o que tendrán más oportunidades. Es auto-engañarse.

Lo que tienen que hacer es valorar en conjunto: la calidad del producto final, las plataformas en las que se venderá su libro, la publicidad y difusión que puedan darle, el control de las ventas… son varios aspectos a ponderar.

Pero sobre todo, que no pierdan la ilusión. Yo no soy un súper-ventas, pero mira, no pierdo mi entusiasmo y sigo publicando. Esa es la aptitud.

Además, hoy día hay casi más escritores que lectores, hay más oferta que demanda, la competencia es brutal, así que lo mejor es no obsesionarse y escribir porque uno disfrute haciéndolo, no buscando el éxito. Como dice el dicho; “el que juega por necesidad, pierde por obligación”. Pues eso.

¿Cuál ha sido tu experiencia publicando con la Editorial Círculo Rojo?

Por ahora muy buena, y espero que siga así, jajajaja. En general me dan confianza, me dejan trabajar a mi manera, tienen buena difusión, y la plataforma de gestión de ventas es muy fiable. No son los más baratos del mercado editorial, pero como ya he dicho antes, en conjunto por ahora me están convenciendo y gustando. Si siguen así, seguiré publicando con ellos.

Por ponerles un pero, no tienen sección de “comedia” o “humor” en su catálogo, algo que me entristece (en Círculo Rojo y en cualquier editorial, ojo). Hay de todo: ensayo, drama, romance, terror, thriller, histórico… pero nada referente al humor. ¿Es que la gente no tiene derecho a leer algo de risa? Me molesta un poco, la verdad, porque si buscas mis libros en internet, no verás ninguna referencia a “comedia” o “humor”, solo “libro infantil” o “ficción”. Eso limita a los que escribimos en este género, y al mismo tiempo oculta información útil al potencial comprador/a que quiere una lectura para reírse.

¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?

Han sido muchos, porque me gustan diferentes géneros (no me ciño a uno solo), y leo tanto ciencia ficción, como novela, como terror, como comedia… voy alternando siempre, para no cansarme… pero sí es verdad que el que más me ha inspirado por ahora (y en el resultado se ve), ha sido Eduardo Mendoza. Me gustó mucho desde la primera novela suya que leí, con esa mezcla de thriller y humor sarcástico, y algo se me ha pegado, lo reconozco. Para mí ha sido fundamental en mi estilo.

Pero no puedo ceñirme solo a escritores, porque al escribir en clave de humor, como te podrás imaginar me han influenciado también grandes cómicos, principalmente Martes y 13, con los que he crecido. He imitado tantas veces sus gags y sus parodias que llegó un momento en que era enfermizo, porque no paraba. Incluso me disfrazaba de sus personajes y hacía shows en casa delante de mi familia o ante la cámara de mi padre, imitando a Gloria Fuertes, a Joaquín Arozamena, a Gracita Morales, a doña Adelaida, a Espartaco, a Lauren Postigo…

Aún a día de hoy sigo haciendo sus tonterías, lo que pasa que solo en ambientes íntimos (uno ya tiene que guardar las composturas, jejejeje). En fin, que me calaron hondo, pero es que para mí han sido los mejores.

Tengo otras influencias, como Faemino y Cansado, los Chanantes (y Muchachada Nui), Pedro Reyes, Gila… y muchos más, pero de menor calado que los enormes Josema y Millán, a quienes idolatro.

¿Dónde se pueden conseguir tus libros?

En cualquier plataforma de venta online (El Corte Inglés, Casa del libro, Fnac, Amazon, todos tus libros, agapea, libros.cc, central librera, imosver, libelista, popular libros…), y también a través de la web de Círculo Rojo, donde me pueden solicitar el libro a mí directamente. Esta opción, además, conlleva un valor añadido, y es que les puedo dedicar la obra si así me lo piden, ya que el libro lo envío yo.

Te dejo el link directo a mis obras en Círculo Rojo:

https://editorialcirculorojo.com/autores/luis-manuel-chacon-de-la-torre/

Por el momento, ¿cuál ha sido tu libro más exitoso?

Pues “Los jubilados los carga el diablo”, publicado también con Círculo Rojo (¿me estará dando suerte esta editorial? Jajajaja). Ha calado muy bien entre el público adulto, que es al que está dirigido, y creo que por dos razones principalmente: por un lado porque utilizo la jerga de la gente de campo de La Mancha, con sus bruscas expresiones de pueblo y sus miles de patadas al diccionario, y por otro lado porque empleo un sentido del humor gamberro, sarcástico y deslenguado, y eso le encanta al lector (si tengo que usar un taco, lo uso y punto, no como en mis cuentos infantiles, en los que obviamente me tengo que contener).

Fíjate si tuvo buena prensa que en mayo de 2021 me invitaron a la apertura del programa “En Compañía”, de CMMedia, la televisión pública de Castilla-La Mancha, para promocionar el libro junto a Ramón García, el popular presentador.

Te dejo el enlace de la misma: https://www.youtube.com/watch?v=ZQsZeWF7hKQ

Lo bueno de esta novela es que para el público adulto ha sido algo muy novedoso (nadie lee libros de humor, no sé por qué), y les ha sorprendido. Muchos lectores/as me decían, al terminarlo, lo bien que se lo habían pasado, las carcajadas incluso que se habían echado. Una amiga me dijo que hasta su marido, que no leía nunca, se lo estaba leyendo, porque le estaba enganchando y se reía mucho. Un tío mío me compró dos ejemplares (aparte del suyo) para regalar a conocidos que estaban pasando un periodo difícil, para animarlos. Es decir, mis “jubilados”, con sus locuras y sus idioteces, no solo sacan una sonrisa al lector, sino que cambian el estado de ánimo a las personas. Para mí esto ha sido lo mejor de todo. No me interesan tanto las ventas (aunque también, pues llevo ya casi 600 € recaudados para ROSAE), sino el resultado del libro y lo que provoca en los lectores. Que ellos mismos lo compren para regalar por el efecto balsámico o curativo que genera en otros, me agrada.

El boca-a-boca ha sido tan fructuoso con este libro que hasta la Fundación ONCE contactó conmigo el verano pasado para transformarlo en audio-libro, para hacerlo accesible a sus miembros invidentes. Por supuesto, esta noticia me ilusionó mucho. ¡La ONCE! No estamos hablando de un club de lectura de una localidad, no, sino de una fundación de ámbito nacional y con muchos miembros. Para mí es un orgullo que mi novela se encuentre en el catálogo de la biblioteca virtual de la ONCE.

¿Cuál va a ser tu próxima obra? ¿De qué tratará?

Estoy terminando una novela histórica (¡ahí es “na”!) basada en la orden de Calatrava, que nació por cierto muy cerca de donde yo vivo, en Carrión de Calatrava. Dirás… “¿Vaya cambio tan drástico, no?”. Pues sí, efectivamente. ¿Y por qué? Porque quería probarme, tenía ganas de escribir algo “serio”, no solo de humor. Es una forma de demostrarme a mí mismo (y a los demás) que también soy capaz de crear relatos para adultos con rigor y seriedad. Es toda una experiencia, porque estoy acostumbrado a mi género cómico, pero no me ha disgustado.

En resumen, y omitiendo datos para no destripar la trama, te diré que trata de un descubrimiento arqueológico que se produce en el castillo de Calatrava La Nueva, y que genera mucha polémica. Todo ello alternando la historia actual con otra que se produce entre los siglos XII y XIII, por lo que es una novela muy entretenida, o al menos así la veo yo. Veremos luego las críticas…

Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?

Podría recomendar tantas que me faltarían líneas, pero te diré tres y de géneros diferentes:

– “El Perfume”, de Patrick Süskind (thriller).

– “Drácula”, de Bram Stoker (terror).

– “Fundación” (la trilogía), de Isaac Asimov (Ciencia-Ficción).


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