Descubrimos al escritor Pablo Llanos, autor de la obra “Manual de Modelado de Corazones para Hombres de Hojalata”
Para quién no te conozca, ¿quién es Pablo Llanos?
Cuando alguien te pide que te presentes, en general, tendemos a decir dónde nacimos, qué edad tenemos, a qué nos dedicamos y de dónde venimos. Probablemente nos defina mejor a dónde vamos, a qué pretendemos dedicarnos y dónde queremos morir. Pero todas estas cosas son algo cambiante. La identidad es algo que cambia, que no podemos meter en una vitrina de museo y que sin embargo permanece. Hace un tiempo pensaba que soy lo que hago par a cambiar lo que soy (cómo sugería mi admirado Eduardo Galeano). Pero de un tiempo a esta parte creo que soy lo que hago para evitar que otros cambien lo que soy. Así que supongo que en realidad no sé quien soy y por eso escribo, lo que me ha llevado a publicar poemarios que a su vez me han llevado a hacer esta entrevista y meterme en este jardín sobre la mi identidad.
¿A qué edad empezaste a escribir? ¿Cómo nace esa necesidad de plasmar en un papel lo que se te pasa por la cabeza?
Creo que como todo el que escribe, sentí esa llamada desde muy joven. Probablemente fue un arma contra la timidez, una herramienta para expresarme sin tener que hablar. Viéndolo así, la escritura era mi zona de confort, últimamente tan infravalorada.
En mi primera infancia estudié en un colegio de monjas con mayoría de alumnado femenino. Yo era un niño muy obediente y tímido. Cuando íbamos a las clases de manualidades nos sacaban del aula y nos llevaban en fila a la sala de manualidades. Pero esa sala era muy pequeña y solo entraban la mitad de los alumnos. Así que íbamos por turnos, un día la mitad de la clase y otro día la otra mitad. Así que, a medio camino, la fila se dividía en dos y la mitad restante iba a la biblioteca a leer libremente. Yo odiaba el punto de cruz, así que empecé a escabullirme y quedarme siempre en la fila de la biblioteca. Mi odio al punto de cruz se transformó en un amor incondicional por los libros de Julio Verne, Emilio Salgari y Asterix y después, por todo la lectura en general.
Hablemos de tus obras. ¿Cuántos libros has publicado ya?
He publicado dos poemarios, primero autopubliqué “Causa y Defecto” un proyecto experimental al que quizás regresé en un futuro ya que la idea era hacer un poemario que cambiara con el tiempo.
Después llegó mi primera publicación editorial tradicional “Manual de Modelado de corazones para hombres de hojalata.
¿Qué es lo que más destacarías de “Manual de Modelado de Corazones para Hombres de Hojalata”?
Es un poemario sobre relaciones sentimentales, o más bien, sobre nuestra relación con el amor. Sí, ya sé que, a priori, no suena muy original.
Entonces, ¿Por qué creo que merece la pena leerlo? Porque está dividido en cinco partes que son cinco etapas, en la que se percibe como el paso del tiempo afecta a nuestra forma de ver las cosas en lo referente al amor, las relaciones y la búsqueda de la felicidad. Esto le da al poemario diversas tonalidades entre la comedia y la tragicomedia. Si esto no fuera suficiente, además hay diferentes voces, diferentes puntos de vista para tener una visión, quién sabe si más objetiva o con más subjetividades de lo que son las relaciones.
En cuanto a la técnica y al estilo también hay un intento de que la técnica de cada poema esté en consonancia con cada etapa y perspectiva. He tratado de que los poemas superen mi propia voz para representar diferentes puntos de vista de algunos sentimientos qué todos hemos gestionado alguna vez, pero que no son siempre los mismos, porque cada persona es diferente e incluso no sentimos lo mismo al momento que con el paso del tiempo. Tampoco si somos jóvenes mayores, o hombres o mujeres. Y me gustaba la idea de que todo esto pudiera reflejarse en el poemario. Pero puede ser que quizás solo trate de protegerme.
¿Hay alguna anécdota sobre el proceso de documentación o de escritura que puedas contarnos?
Mis primeros textos fueron relatos. El relato ha sido el género que más he practicado. Pero me planteé presentarme a un certamen de poesía y algunos de los poemas que presenté eran la esencia de algunos de mis relatos. Cuando William Goldman (guionista de Dos hombres y un destino y Todos los hombres del presidente) escribió la novela “La princesa Prometida” lo hizo a partir de los cuentos que les contaba a sus hijas por las noches. Cuentos de princesas, espadachines, piratas y acertijos. Pero sus hijas siempre le querían “las partes buenas” y él aprovechaba el paréntesis entre noche y noche para ir directo a las partes buenas: “las aventuras”. Eso hizo que cuando fue a escribir la novela se bloqueara ya que solo tenía las partes buenas y era incapaz de enlazarlas. De ahí nacen los personajes del abuelo y el nieto al que le cuenta la historia. Volviendo a mi poemario, creo que en un principio estaba compuesto por “las partes buenas” de mis relatos y quedó finalista en el certamen al que lo presenté. Pero cuando me decidí a hacerlo manuscrito me faltaba la forma de unir los poemas para darles un sentido. Y ahí volvió mi alma de cuentista para dar al libro una estructura narrativa que cuenta una historia que creo que se aprecia de forma clara al leerlo. Y no puedo decir más ni del poemario ni de la película de Goldman sin caer en el spoiler.
Hablemos ahora un poco sobre ti. ¿Crees que ahora los escritores lo tenéis más fácil para triunfar gracias a las redes? ¿O que precisamente eso hace que haya más competencia y cueste más diferenciarse?
Ambas son correctas. Las redes son un conjunto de herramientas y espacios que cómo las librerías, o las bibliotecas o los recitales te dan la posibilidad de llegar a más gente. Pero por sí solas no te hacen triunfar, ni siquiera tener más eco. Creo que vivimos unos tiempos en los que el libro es una bicicleta que sigue rodando mientras el autor pedalea.
En cualquier caso, no creo que el resto de los escritores sea mi competencia, aunque entiendo por qué lo preguntas ya que a veces da esa sensación. Yo la he tenido. Pero mi competencia es la gente que no lee.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Escribe más. Todo el tiempo. No vayas a tantos talleres de escritura y escribe, escribe y escribe. Y no leas tanto. Y después de haber escrito, escrito y escrito, ve a talleres de escritura y lee más. Pero por encima de todo, no esté solo, encuentra a otros escritores, comparte con ellos, colabora, diviértete y no te avergüences de lo que haces. Sé tenaz.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Creo que soy más de obras en concreto que de autores en general. Claro está que me gustaría escribir con la técnica de Cortazar, la sensibilidad de Eloy Tizón, la sabiduría de Umberto Eco, la garra de Gata Catana, el corazón de Eduardo Galeano o el humor de Nick Hornby. Pero para ser sincero, supongo que lo que más me gustaría es que quienes me lean a mí lo hagan como yo les he leído a ellos.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
Online precitamente en cualquier sitio. También se puede comprar en la web de la Editorial Cuadranta. Pero yo aconsejaría ir a encargarlo a las librerías de fondo. Decía Sharon Ods que escribir poesía es hacer árboles con muebles viejos. Y las librerías son los viveros a los que deben ir a parar esos árboles. Lo que más me gustaría es que la gente comprara mis libros en las pequeñas librerías y a que los libreros lo encargaran y lo pusieran en sus escaparates.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
La verdad es que estoy inmerso en la promoción de “Manual de Modelado de Corazones para Hombres de Hojalata” pero tuve la previsión de, en cuanto la editorial me comunicó que iban a publicar este poemario me puse a terminar el otro que tenía entre manos y que quedó listo antes de salir a la venta “Manual”. Espero que esos versos que ahora reposan en el congelador de mi disco duro tengan la misma suerte que sobre los que ahora pedaleo.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
No sé si me atrevo a recomendar o no recomendar alguna lectura en concreto. Pero si me atrevería a recomendar a todos los lectores que no se dejen llevar por las recomendaciones. Vivimos en un mundo lleno de publicidad en lo que hasta lo que no parece publicidad lo es. No te puedes fiar ni de las críticas ni de las recomendaciones. Así que mi recomendación es que cada uno se atreva con cualquier lectura, incluso desconocida o autopublicada. Que no tenga prejuicios. Y de la misma manera, que se atreva a dejar lecturas a medias si no le llenan. Puedo decir que últimamente con esta filosofía ha descubierto poetas invisibles que me han gustado mucho como Margalida Gari Font, Myriam Soteras, Nerea Mg o Pilar Cámara, novelas autopublicadas de gran calidad narrativa como Domitila de Verónica Avilés o los libros de relatos de Emma Prieto.
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