“Un nuevo amanecer para el año que comienza” | Por Tatiana Marín
Es hermoso siempre recibir el año nuevo, es una de las celebraciones más significativas y valiosas ya que señala un inédito comienzo de lo que hemos vivido y experimentado en el anterior.
Cuando comienza un nuevo año tenemos una lista de sueños, deseos, objetivos a cumplir, sentimos que pueden llegar nuevas oportunidades para un destino mejor, ya que, con firmeza, confianza y con la plena convicción en quienes somos podemos derribar aquellas desfavorables experiencias que nos ocurrieron en el pasado.
El primer paso que debemos dar es aprender a perdonar a aquellas personas que nos causaron daño, lo cual significa ser libres de esa tribulación, esto no necesariamente significa que debemos entregarle nuestra confianza nuevamente a menos que creamos que algunos la merecen, pero perdonar nos hace libre de toda esa opresión mental dejando ir esa huella sombría de nuestra memoria y de nuestra vida, dando paso a un nuevo comienzo con paz retomando nuestras vidas para el año entrante.
Podemos meditar sobre sencillas virtudes que poseemos y de las cuales nos sentimos orgullosos, maravillosamente bien. Trataremos de sacar a la luz la mejor versión de nosotros mismos y realizar buenas obras que nos hagan sentir felices y a plenitud. Debemos hacerlo con fe y nuestra mente se reprogramará de una manera formidable descubriendo cuan extraordinarios podemos llegar a ser.
Por supuesto que debemos animarnos a afrontar ciertos desafíos que nos esperan pero determinados también a recibir estupendos eventos que nos corresponden en nuestro destino.
La clave está en la perseverancia, ya que con destreza, nuestra capacidad se perfecciona porque tenemos opciones de llevar a cabo nuestras metas y objetivos a cumplir y podemos triunfar en lo que nos propongamos.
Entonces podemos resumir que nuestra mente es como una computadora que debemos reprogramar y dar paso a una nueva creación, un nuevo comienzo y ver una transformación en nosotros mismos y nos asombraremos de la suerte y de la gracia que tendremos en el tiempo correcto por medio de la Fe.
Así que esperemos que este año que comienza nos traiga nuevas oportunidades y que sea tan increíblemente maravilloso que nuestra felicidad y amor se sienta no solo en nosotros mismos sino también que la sientan aquellos que nos rodean y contagiar ese espíritu de humanidad, alegría, triunfos y amistad.
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