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Una charla con la autora María Alabau Juventench, que nos cuenta todo sobre “Climatología de emociones”.

Una charla con la autora María Alabau Juventench, que nos cuenta todo sobre “Climatología de emociones”.

Tu hermano, autor de cuatro poemarios, influyó en tu camino hacia la escritura. ¿Cómo fue esa influencia y cómo descubriste que la poesía era la forma perfecta para expresarte?

La verdad es que siempre me ha gustado escribir. Supongo que es porque en casa somos más de letras que de números y por supuesto, mi hermano ha tenido mucho que ver en esto. Él ha sido mi gran referente y mentor. No solo en la poesía. En todo. Es indiscutible que no sería la persona que soy ahora sin Lau. Por lo cual, cuando vi que a él a los quince años la poesía le servía para expresarse, encontré muy lógico intentar hacer lo mismo. Especialmente yo que soy una persona muy introvertida y reservada con mis sentimientos. Así que, mi hermano, sin ninguna duda, me abrió las puertas no solo de la poesía, sino también de la expresión emocional. Aparte de esto, sin embargo, desde el punto de vista poético, mi hermano y yo tenemos estilos muy diferentes. Él, por ejemplo, ha sido muy influenciado por Federico García Lorca y yo, en cambio, más allá de compartir aniversario con el autor granadino, poco tengo que ver con él. Mi poesía es más directa y escueta. 

• Escribir poemas ha sido una terapia importante para ti. ¿Cómo crees que la poesía puede impactar positivamente en la salud mental y por qué decidiste compartir tus reflexiones e inquietudes en “Climatología de emociones”?

Con respecto a la primera pregunta, en más de una ocasión he dicho que la poesía me ha salvado la vida. Esta me ha permitido no solo expresar mis sentimientos más profundos, sino también conocerme más a mí misma. Explorar mis límites, conocer mejor mis virtudes y mis debilidades, y, sobre todo, ha reforzado mi osadía. En mi opinión, no existe un ejercicio de valentía mayor que el de abrirte y explicarle a alguien o a algo lo que nos sucede. Por todos estos motivos, creo que escribir poesía puede impactar positivamente en nuestra salud mental. Y en cuanto a la decisión de compartir mis reflexiones e inquietudes, es una pregunta que me hago con frecuencia. Sinceramente, en la vida, pensé que acabaría compartiendo mis poemas tan directamente. Supongo que fue un arrebato de confianza.

• En “Climatología de emociones” utilizas fenómenos meteorológicos para describir experiencias personales como la frustración artística y la lucha contra la ansiedad. ¿Cómo surge la idea de relacionar estas vivencias con la climatología y qué esperas transmitir al lector con esta metáfora?

En “Climatología de emociones” describo las fases de un ataque de ansiedad mediante cinco fenómenos meteorológicos distintos que representan cada una de las partes de este proceso. La idea surgió por el hecho de que siempre he considerado el clima en sí como una metáfora del estado de ánimo y como el libro está muy relacionado con la salud mental, lo encontré adecuado. De modo que, lo que pretendo transmitirle al lector, a pesar de que haya poemas muy tristes, es optimismo. Quiero demostrar que todos podemos encontrar en nuestra fuerza interior la manera de salir de situaciones difíciles. Porque por muchas tormentas que existan, siempre acaba saliendo el sol

• El libro revela tu cara más honesta y sensible. ¿Cómo fue el proceso de abrirte y compartir estas experiencias personales a través de la poesía?

Honestamente, fue un proceso largo y complicado por el hecho de que soy una persona muy introvertida que rechaza hablar de sus emociones. Siempre intento guiarme por la razón y no por mis sentimientos. Por ello, aunque mis primerospoemas fueron escritos durante mi adolescencia, por el miedo de mostrar lo que sentía a mis amigos y a mí misma, durante mi época universitaria, dejé la poesía por la prosa y empecé a escribir historias sobre personajes de mis series favoritas. De esta forma, podía sacar mi cara más honesta y sensible a través de estos personajes sin la necesidad de exponerme tanto. Sin embargo, a lo largo de los años me di cuenta de que lo que hacía era contraproducente. La vida de un personaje ficticio comienza y termina en un libro y, por muchos giros de guion que pudiera hacer, no podía cambiar su esencia. Estas historias ya no podían satisfacer mis inquietudes y lo dejé. Allí es cuando me di cuenta de que quizás no era tan malo mostrarme tal y como soy. Entonces, tras un largo período de sequía poética y con la experiencia de todas estas historias que había escrito, volví a escribir poemas y, por primera vez, los compartí sin miedo de lo que podían pensar los demás. 

• En la sinopsis mencionas la búsqueda de serenidad y armonía vitales. ¿Cómo encuentras esa serenidad a través de la escritura poética, y qué consejo le darías a aquellos que buscan la misma calma en sus vidas?

Cuando la gente oye la palabra “poesía” suele imaginarse un género literario muy complejo que solo unos pocos virtuosos pueden dominar. Yo, en cambio, pienso en estas dos palabras, porque es lo que la poesía me da cuando escribo. Me regala equilibrio mental y satisfacción. Por esta razón, en “Climatología de emociones” hay muchas referencias a la propia poesía, así como a otros elementos que están relacionados con esta, como los poetas, las plumas, las figuras retóricas, etc. No obstante, encontrar la serenidad y armonía vitales es algo complicado y muy personal. Cada uno conoce sus límites y sabe lo que le otorga paz mental. De todas formas, yo siempre animo a la gente que escriba. Sea poesía o no. Esto es indiferente. Escribir puede ser una terapia muy fructífera para muchos. Así que, recomiendo que lo intenten a aquellos que buscan la misma calma, aunque no quieran compartir lo que escriben. 

Climatología de emociones. Obra de María Alabau Juventench.

• ¿Cómo seleccionaste los veinte poemas que componen “Climatología de emociones”? ¿Fue un proceso intuitivo o seguiste algún criterio específico?

No sé si definirlo exactamente como un “criterio específico”, pero quería que el libro tratara determinados temas. Quería hablar de la falta de inspiración, de lo que significa la poesía para mí, de mis inquietudes más profundas, etc. Pero también quería hacer crítica social e incorporar un poco de humor y fantasía en el libro. Así que, elegí los poemas más idóneos para ello. 

• La obra aborda temas cotidianos y reflexiones personales. ¿Cómo encuentras inspiración en lo ordinario para crear poesía, y qué importancia tiene para ti conectar con el público a través de experiencias compartidas?

En relación con la primera pregunta, la sociedad tiende a relacionar lo ordinario con algo aburrido, pesado y superficial. Para mí es justo lo contrario. Todas las emociones y sentimientos que me empujan a escribir poesía tienen su origen en mi cotidianidad. Porque en la cotidianidad también hay malestar. Por ello, encuentro inspiración cuando, por ejemplo, discuto con alguien que me importa, cuando veo o leo una noticia en los medios que me indigna, o simplemente, cuando el estrés que provocan mis estudios y mi trabajo pueden conmigo. Y en cuanto a la segunda cuestión, simplemente, quiero que la gente que lea “Climatología de emociones” se dé cuenta de que todos tenemos días buenos ydías malos, que nuestras fuerzas no son ilimitadas y que no, por ello, hay que dejar de luchar. Si consigo que el público sienta eso, independientemente de la cantidad de gente que lea el libro, podré decir que lo he logrado.

• Hablas de la importancia de dar visibilidad a la salud mental en el momento histórico actual. ¿Cómo crees que la poesía puede contribuir a esta conversación y generar conciencia sobre la importancia de cuidar la salud mental?

Yo opino que la poesía, igual que los otros géneros literarios, puede utilizarse como un medio divulgativo para visibilizar determinadas situaciones y lanzar mensajes positivos. Obviamente, cuando escribí los poemas que conforman “Climatología de emociones” por primera vez no lo hice con la intención de dar lecciones de gestión emocional o de cómo vencer el estrés o la ansiedad. Yo hablo solo de mis experiencias personales. No obstante, ya sea por la educación que he recibido o por mis propias creencias, siempre he intentado aportar mi granito de arena para tratar de mejorar la sociedad en la que vivimos y creo que hablar de la salud mental sin tapujos es algo muy positivo para todos. En el libro hay poemas que hablan de temas tabú como el alcoholismo o el suicidio. Temas que son problemas reales para muchísima gente y que, en numerosas ocasiones, no se les presta la atención debida. Creo que compartir mis experiencias con estos temas de una forma sana y respetuosa puede no solo dar visibilidad a aquellos que han pasado por situaciones similares, sino también concienciar a aquellos otros que no lo han sufrido. 

• ¿Cuál fue tu experiencia al publicar “Climatología de emociones” con la editorial Círculo Rojo? ¿Cómo ha sido el proceso de llevar tus reflexiones a un público más amplio?

Mi experiencia con la editorial Círculo Rojo ha sido fantástica. La edición del libro es espectacular y el trato que he recibido ha sido inmejorable. Desde aquí quería agradecerles su gran profesionalidad, su paciencia y la confianza que han puesto en mí. Y en relación con el hecho de llevar mis reflexiones a un público más amplio, tal y como he dicho antes, fue un arrebato de valentía. Fue algo tan simple como que cuando terminé de escribir el libro, casualmente, encontré la página web de la editorial y vi en ella una oportunidad. La aproveché enviando el manuscrito de mi libro. Afortunadamente, les gustó. Y un año después, nació oficialmente, “Climatología de emociones”.

• Finalmente, como estudiante de Derechos Humanos, ¿cómo influye tu formación académica en tu perspectiva como escritora y en la elección de los temas que abordas en tus obras?

Me considero una persona idealista y reivindicativa, y debatir sobre temas controvertidos con mis amigos o familiares es algo muy habitual en mi vida. Sin embargo, es cierto que desde que estoy estudiando Derechos Humanos, siento la obligación moral de contar muchas de las cosas que estoy aprendiendo y la poesía es uno de los medios de que utilizo para ello. Paso una gran parte del día leyendo y analizando grandes atrocidades y, aunque, probablemente, mis acciones no sirvan de mucho, creo que denunciándolas a través del arte es una forma de contribuir a crear un mundo mejor. De ahí que haya escrito numerosos poemas que hablan de conflictos bélicos pasados y actuales, así como de otros contextos deplorables en los que se cometen graves vulneraciones de Derechos Humanos. Uno de estos es “Namasté”, el cual forma parte del libro y que habla sobre los crímenes de guerra y de lesa humanidad que cometió el ejército de Mao Zedong cuando invadió el Tíbet en 1950. La gente tiene que saber lo que está sucediendo en el mundo y yo, que tengo ciertos conocimientos, siento que debo explicárselo. 


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