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Luis Miguel Mourareu Torres, autor de “Tu año…”, nos cuenta todo sobre su obra publicada con la editorial Círculo Rojo.

Luis Miguel Mourareu Torres, autor de “Tu año…”, nos cuenta todo sobre su obra publicada con la editorial Círculo Rojo.

Cuéntanos un poco sobre tu variada trayectoria profesional y cómo llegaste a la escritura. ¿Cómo influyeron tus experiencias anteriores en tu obra “Tu año”?

Mi trayectoria profesional se resume en pocas palabras: siempre haciendo cosas. Me hice ingeniero químico cuando faltaban ingenieros; al acabar la carrera comenzaron a sobrar. Como el mundo del más allá siempre me atrajo, me hice tanato-esteticista. Fue una experiencia enriquecedora, ciertamente. Luego vino la radio. Pero eso de la escritura, viajaba conmigo.

Se podría decir que la escritura ya me vino de fábrica. De pequeño, con 3 años, desarrollé una tartamudez brutal, de aquellas que hacían que necesitase 45 minutos para leer apenas 2 líneas de texto. Es por ello que, para sacar todos aquellos pensamientos y la batalla que mantuve durante años, hasta que me corregí el problema por mí mismo, lo de escribir era algo balsámico, relajante y vivificador, que mecía mi mente. Fruto de ello escribí y publiqué un libro: “El Gran Viaje: de la tartamudez a las estrellas”, que está todavía en Amazon. Lo mismo me sucedía con la radio. Delante de un micrófono todo fluía bien. Eran válvulas de escape sencillamente maravillosas. 

“Tu año” es un libro lleno de mensajes inspiradores y motivadores. ¿Cuál fue la inspiración detrás de la idea de enviar mensajes semanales a tus contactos?

Me pareció que era una manera extraordinaria de comenzar la semana, no solo para mis contactos sino también para mí. Imagínese: despertarse a las seis y media de la mañana, coger el móvil, cerrar los ojos y…, lo que salga. De buena mañana. La primera “inspiración de vida” del día. No es que fuera a conseguir milagros con ello, lo sé. Pero, cuanto menos, no podía ser malo. Así que fui perseverando semana tras semana. Muchos de los contactos me respondían diciéndome que les parecía una muy buena forma de iniciar la semana. Por tanto, seguí con ello. La base que inspira todos estos mensajes, es la más simple y sencilla de la humanidad: ayudar, si puedes. 

Y como suelo decir: hay gente, de todas las partes del globo, que me ha dicho que mis mensajes, efectivamente, les han ayudado mucho en el discurrir de su vida. Y, dado que no soy una croqueta, es decir, como no puedo gustar a todo el mundo, también hubo gente que me dijo que eso no le gustaba, que no iba con ellos, y que no se los enviase más. El mundo es muy grande y hay más de ocho mil millones de seres humanos por aquí. Tiene y debe de haber de todo. Y lo hay, por fortuna.

En tu libro, mencionas que no estamos solos y que hay una conexión entre la ciencia y la espiritualidad. ¿Puedes profundizar en esta idea y cómo influyó en la creación de tu obra?

Respecto a lo de que “no estamos solos”, la verdad es que no descubro nada. Hoy en día ya es muy evidente que no somos los únicos moradores del Universo. Y no hacen falta siquiera todas las miles y miles de evidencias que, a lo largo de la historia de la humanidad, hemos recibido de otros seres que no pertenecen a nuestra raza. Podrán decir que algunas, acepto incluso el término “muchas”, de esas evidencias, a nivel de fotos, vídeos, testimonios, pinturas y demás, pueden ser falsas. Es cierto. Seguro, segurísimo, que hay testimonios falsos al respecto. Pero no es menos cierto que basta con que solo UNA de esas miles y miles de evidencias sea cierta, para tener entonces que dar el fenómeno como válido. Y que, de entre todas esas miles de evidencias (pueden decir millones), no exista NINGUNA que sea cierta…, eso no se sostiene.

Por otro lado, piense que vivimos en un Universo, me refiero al observable, en el que se calcula, a groso modo, que hay unos “cinco millones de trillones”, o “cinco quintillones” de planetas. Yo no soy capaz de conceptualizar ese número. Pero, piense por un momento: semejante cantidad de planetas…, ¿y sólo vamos a estar nosotros? Eso…, tampoco se sostiene.

La conexión entre la ciencia y la espiritualidad, es cada año más y más obvia. La cuántica ha abierto las puertas a lo aparentemente “mágico e imposible”, transformándolo en armonía universal. El mero experimento de la doble ranura ya comenzó a informarnos del carácter “cocreador” de nosotros los humanos. Nuestros pensamientos “crean” la vida que vemos, sin duda. Lo que hemos llamado comúnmente “materia”, ha sido y es en realidad “energía”; y sabemos que ésta, ni se crea ni se destruye: se transforma. ¿Cómo? Con el sentimiento, que te lleva al pensamiento, que te lleva a la acción. La espiritualidad no es más, ni menos, que energía al servicio del ser humano, de la vida. Los átomos están vivos, forman y componen todo, absolutamente todo lo que podemos ver; y lo que no podemos también. Surgen aparentemente de la nada, pero en realidad nosotros los dirigimos en virtud de cómo pensemos. Hay un mundo impresionante “detrás del muro de Planck” que muchas veces ignoramos porque, sencillamente, escapa a nuestra mente que tengamos tanto poder. Con la espiritualidad, el ser humano tiene una guía espectacular para moverse a través de la vida, el Universo y las diferentes realidades que hay. 

Mi obra, por descontado, no es ajena a todo esto (y las obras de los demás tampoco). Cada vez que escribo uno de esos mensajes, incluidos los desenfadados que, aparentemente, puede pensarse que carecen de esa espiritualidad, en realidad no hago otra cosa que poner mi parte espiritual al servicio de todos y pensar: “esto es lo que me dicen”. Luego me limito a plasmarlo en forma escrita. El ser humano, que es capaz de lo mejor y lo peor, acabará aprendiendo que tiene un poder inmenso para modelar el Universo de forma y manera armoniosa. Lo que tardemos en ello no importa, puesto que eso de “el tiempo”, como medida del paso y sucesión de acontecimientos, es algo que nos hemos inventado nosotros, para tener una referencia más a la que agarrarnos para tratar de seguir entendiendo el Todo.

Luis Miguel Mourareu Torres, autor de la obra. Tu año…

¿Cómo describirías el enfoque espiritual de tu libro, y cómo crees que puede ayudar a los lectores en su búsqueda de significado en la vida?

El enfoque es simple, bello y devastadoramente poderoso a poco que se tome consciencia de la fuerza que cada uno tiene en su interior. ¿Por qué? Porque, y esto es una cosa que se remarca mucho en el libro, cada persona hará su propia interpretación de lo que en cada mensaje les digo. Yo hago lo más sencillo: escribirlos. Pero el verdadero enfoque espiritual es cosa de cada uno. Es decir, nadie tiene por qué creerse lo que lea. ¡Faltaría más! Yo no soy un “gurú” o cosa similar. Soy tan espiritual como el que me está leyendo. Lo que hago con el libro es “invitar” al lector a que sea él mismo quien experimente lo que lea. Ese es el enfoque básico y principal. Será el que lee quien descubra por sí mismo qué significa eso de “VIVIR”. Yo sólo doy una serie de visiones del día a día que quizás el lector puede no haber caído en ellas, o bien, sabiéndolas, hacía tiempo que las enterró, por aquello de la vorágine del día a día. 

“Tu año” contiene 365 mensajes, uno para cada día del año. ¿Cuál fue el proceso de selección y escritura de estos mensajes? ¿Tienes algún favorito?

A lo mejor alguien se decepciona por lo que voy a decir a este respecto. Pero así fue: el “proceso de selección” fue muy simple. De los aproximadamente 450 mensajes que había guardado tras 10 años de enviarlos (el resto los perdí), hice 450 hojitas de papel con ellos escritos…, y fui sacando hasta llegar a 365. 

Y no, no tengo ninguno favorito. ¿Por qué? Porque todos ellos salieron de la nada, fueron creados a partir de sentimientos, que modelaron los átomos formando pensamientos. Esa magia no tiene favoritos. Simple y hermosamente, ES.

Has mencionado que tocas el piano y la guitarra y que tienes composiciones propias. ¿Cómo influye la música en tu escritura y en tu vida en general?

La música es energía, como todo. Sonidos con lo que reímos, otros nos hacen llorar, aquellos nos emocionan y los de más allá incitan al desenfado. Música es explicar un estado de ánimo, tocando la fibra de nuestros átomos, los cuales tintinean en nuestro interior como señal de “¡estamos aquí!, ¡lo notamos todo!”. Mis composiciones, y las que haga todo humano, son energía dirigida específicamente a un momento, que es lo único que siempre tenemos seguro: el momento, aquí, ahora. Mi música da forma a mi vida, la cual da forma a los sentimientos que generan los pensamientos, que luego, aparentemente de la nada, escriben un pensamiento, que acaban siendo 365 en total, los cuales se plasman en otra reunión de átomos, energía, llamada “libro” y titulada “Tu año”. 

Cambiando de tema, ¿qué tal ha sido tu experiencia publicando con Círculo Rojo? ¿Puedes compartir algunas de las lecciones aprendidas y consejos para otros escritores que consideren esta editorial?

La verdad es que he quedado encantado con ellos. Destaco, sobre todo, aparte de su profesionalidad, la extrema amabilidad con la que me han tratado. Verdaderamente excepcional. 

Te guían paso a paso, responden a tus dudas y son un vehículo inmejorable si quieres editar tu libro. Lo que más he aprendido es que esto de editar tiene sus tempos, que no hay que correr y que hay que dejar hacer al profesional. Sin duda. 

Luis Miguel Mourareu Torres con Roger Hodgson

Los lectores a menudo se sienten atraídos por las historias personales de los autores. ¿Qué elementos de tu propia vida se reflejan en “Tu año” y por qué decidiste compartirlos?

“Tu año” es el reflejo de la evolución de mi vida y pensamientos, a lo largo de muchos años. Dado el problema de la tartamudez que tuve, del que te he hablado en la primera pregunta, hubo un momento de mi vida, con 10 años, en los que una tarde, sin comerlo ni beberlo, estaba sobre una cornisa. La presión era demasiada. Hoy lo llamarían “bullying”. En aquella época no se llamaba de ninguna forma.

Tenía puesta la radio en el comedor, alta. Estaba solo. Y cuando iba a tirarme, escuché la canción “Rosie had everything planned”, de Supertramp, cantada por Roger Hodgson. No sé por qué, pero fue escuchar esa melodía y, cogerme a la barra de la cornisa (estaba ya en el aire). Curiosamente esto dio lugar a una bonita historia…, 40 años después. Conocí a Roger Hodgson en persona. Como he dicho en esta entrevista, las energías transforman la vida paso a paso. Y como digo varias veces en el libro, la CAUSAlidad rige el Universo, no la CASUAlidad. Recuerdo que, al respecto del libro que escribí sobre la corrección de mi tartamudez, el periodista Emilio Pérez de Rozas me hizo una entrevista en la contraportada del El Periódico en el 2010.

Tras la experiencia del balcón, todo cambió. El chip se disparó. Si todo lo vivido era lo previsible, entonces es que debía de haber otra forma de vivir: lo imprevisto, lo que “no tiene por qué ser así”. Y la única forma que encontré para ello fue “confiar”. Abandonarme a maneras de pensar que se salieran de lo mentalmente oficial. Comenzaron a llegar a mis manos libros de escritores y personajes como Elkhart Tolle, Elisabeth Kübler Rose, Buda, Lorna Byrne, JJ Benítez, libros de física cuántica… Y, sencillamente, un mundo impresionante se abrió ante mis ojos. Mis pensamientos fueron cambiando, modelándose…, y finalmente los he plasmado en este libro titulado “Tu año”.

Lo de compartirlos era el paso que se da sin pensarlo. Lo tienes. ¿Puede ayudar? Pues publica…

Tu libro está dedicado a tu esposa, Begoña. ¿Cómo ha influido ella en tu obra y en tu vida como escritor?

Mi esposa ha sido y es “el reposo del guerrero” para mí. Fue conocerla y, aparte de enamorarme, sentir que toda ella era y es paz, armonía, paciencia, saber hacer y estar. En definitiva, todo aquello que yo nunca tuve en mí y que, a día de hoy, voy teniendo. Todavía queda. Aprendo de lo que me enseña y trato de ser un buen alumno. 

Siempre me ha animado a escribir. Y todo lo que escribo se lo doy para leer. La foto de portada del libro la escogió ella (y sin duda acertó). 

¿Tienes planes para futuros proyectos literarios? ¿Puedes adelantarnos algo sobre lo que los lectores pueden esperar de tu próxima obra?

Pues la verdad es que sí. Yo voy escribiendo cosas, ideas, pensamientos. Y en concreto, calculo que para dentro de medio año aproximadamente, tendré acabada una novela cargada de humor y espiritualidad, que discurre en el siglo siguiente, en mi pueblo, Cortes de la Frontera (Málaga). Creo que la espiritualidad y el humor hacen una mezcla muy bella…, y con mucha energía. 


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