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«Los cuatro cuartos de un tango», la novela de Beatriz Moreno-Cervera Ramírez que te atrapará desde la primera página.

«Los cuatro cuartos de un tango», la novela de Beatriz Moreno-Cervera Ramírez que te atrapará desde la primera página.

¿Cómo fue el proceso de creación de “Los Cuatro Cuartos de un Tango”?

Dediqué más tiempo a pensar la novela que a escribirla. Durante años la trama y sus personajes fueron tomando forma en mi cabeza como una música de fondo. Cuando por fin me lancé a escribir, aquellos personajes me fueron sorprendiendo con más secretos de los que les imaginaba. Fue apasionante conocerlos una vez cobraron vida. Desde el principio tuve clara la estructura de la historia que se va construyendo mediante saltos en el tiempo. Luego, para mi sorpresa, mediante constancia y dedicación, la novela fue de algún modo escribiéndose a sí misma.

¿Qué te inspiró para escribir esta novela?

Siempre me han fascinado los grandes secretos que cada uno de nosotros guardamos dentro, esa especie de doble vida que no le contamos a nadie. Esta novela se adentra en esos secretos, en su inevitabilidad, en las mentiras que nos decimos al esconderlos, en el miedo que nos produce el que puedan ser descubiertos, en las consecuencias que acarrea el querer vivirlos y en el deseo inconsciente que tenemos de destaparlos.

La escritora Beatriz Moreno-Cervera

¿Cómo describirías el tono de la novela?

Diría que es intimista. La historia se va contando sobre todo a través de la voz interior de los personajes, lo que se dicen a sí mismos, lo que piensan, que a menudo es contradictorio y está lleno de matices como nos suele suceder a todos en nuestro pensamiento. Solemos ver a las personas actuar, pero nada es negro o blanco, desconocemos los pasos que les han conducido a emprender esas acciones, sus motivos, sus temores, sus excusas…

¿Cómo es tu proceso creativo al escribir?

Escribir requiere de una alineación de los astros. No hace falta solo un lugar, tiempo suficiente y cierta paz a tu alrededor, también es necesario un estado mental propicio que no se tiene todos los días y que a veces hay que buscar y hasta cierto punto forzar un poco. Lo fascinante de la escritura, o al menos es algo que a mí me sucede, es que, una vez te concentras y empiezas a hacerlo, te adentras mágicamente en otro mundo muy alejado de la realidad en el que las palabras te vienen como si alguien te las dictara desde allí. Es un fenómeno curioso que he hablado con otras personas que escriben y probablemente es la sensación que más me gusta del proceso creativo.

Beatriz posando con su obra, “Los cuatro cuartos de un tango”.

¿Cómo desarrollaste a los cuatro personajes principales de la novela?

Comencé teniendo una idea general sobre cada uno de ellos y las circunstancias que habían envuelto sus vidas, pero no fue hasta que comencé a escribir cuando les conocí de verdad. Me sorprendieron mucho sus peculiaridades, sus pequeñas excentricidades, el hecho de que pudiera comprenderles incluso cuando tomaban decisiones equivocadas o tenían comportamientos injustificables. Creo que al final los personajes que uno ha creado acaban convirtiéndose en una especie de “hijos” de los que te sientes responsable y a los que quieres incondicionalmente, con todo lo bueno y malo que acarrean…

¿Qué es lo que más complicado te ha resultado a la hora de escribir la novela?

La novela aborda algunos temas complicados y en ocasiones me resultó muy difícil medir el grado de intensidad que quería dar a las escenas y a los personajes, encontrar un lugar intermedio en el que juzgara que el lector pudiera sentirse más o menos cómodo en la lectura. Eso me llevo a reescribir varias veces algunos fragmentos y aun así no acabo de tener claro si lo he logrado.

¿Por qué elegiste el tango como elemento recurrente en la novela?

Realmente no fue una elección. A medida que escribía, el elemento del tango comenzó a aparecer de forma espontánea en algunas reflexiones y, una vez terminé la novela, me di cuenta de que el “tira y afloja” y el “ni contigo ni sin ti” que rige la relación entre los personajes, se asemejaba de algún modo al tango, que es un baile apasionado en el que afloran las emociones de un modo muy evidente. 

¿Cómo se relaciona la música con la trama de la novela?

Soy una gran aficionada al cine y me parece que la música tiene una tremenda fuerza evocadora sobre cualquier historia e imagen. Por eso he intentado que la novela también tuviera su propia banda sonora. Tanto es así, que le he creado una lista de reproducción en Spotify que cualquiera puede escuchar escribiendo el nombre de la novela y disfrutar de su música.

¿Qué te gustaría que el lector se lleve después de leer “Los Cuatro Cuartos de un Tango”?

Me gustaría lograr que los lectores tuvieran dos sensaciones que he tenido yo muchas veces al leer una novela que me ha atrapado: la primera, la de creer que los personajes son viejos amigos con los que puedes hablar, a los que te gustaría escuchar o aconsejar, y la segunda, la de estar deseando que llegue la noche para abrir tu libro, reunirte con ellos y adentrarte en su mundo.

¿Cuáles son tus autores y autoras favoritos y cómo han influido en tu escritura?

Soy una gran admiradora de Almudena Grandes. Solía ir a la Feria del Libro puntualmente cada año para que me dedicara sus novelas. Aprendí mucho leyéndolas, estaban escritas con alma y me fascinaba su estilo, el modo en que profundizaba en sus personajes y cómo era capaz de hacer contigo lo que quisiera, llevarte de una idea a otra saltando en el tiempo y el espacio a su antojo mientras a la vez iba desarrollando perfectamente la trama.

Mi afición por la lectura se originó con escritores más clásicos: Oscar Wilde, Alejandro Dumas, Pérez-Galdós, Lawrence Durrel… Y también he sido una gran lectora de poesía: Machado, Juan Ramón Jiménez, Neruda, Pedro Salinas…

¿Cómo lograste encontrar tu propia voz y estilo como escritora?

Creo que, en cualquier tipo de arte, la voz propia y el estilo solo se pueden conseguir de una manera: a fuerza de ensayo y error, perseverando en la práctica sin rendirse, en este caso, escribiendo y volviendo a escribir, releyendo lo escrito y borrándolo para reescribirlo de nuevo hasta quedar medianamente convencido. Y digo medianamente porque siempre se acaba pensando que con el tiempo se podría mejorar, y probablemente sea cierto. Un escritor nunca está cien por cien satisfecho con su obra. Quizás ningún tipo de artista.

¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?

Me gustaría retomar un proyecto que tengo a medias, un diario a base de cartas a mi hija Clara que comencé a escribir en el momento de saber que iba convertirme en madre. También me gustaría poder escribir otra novela con una historia que ronda hace tiempo por mi cabeza.


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