Laura Sorlózano, nos cuenta todo sobre su obra publicada con Círculo Rojo.
- Laura, después de más de dos décadas como profesora de Educación Infantil, ¿qué te llevó a empezar a escribir y cómo ha sido esta transición?
Yo fui uno de esos porcentajes en lo que algo no sale bien tras una intervención de salud aparentemente sencilla. Tras ella siguieron otras tres operaciones, las cuatro en un plazo de dos años y medio. Pasé de ser una persona activa a nivel personal y laboral, a perder mi movilidad y convivir a diario con dolor crónico. Tras aquel torbellino, mi estado de salud emocional fue mermando hasta desembocar en un cuadro clínico de depresión y ansiedad. Recurrí a la terapia y a la meditación, pero finalmente sucumbí y tuve que tratarme también mediante farmacología. Fue desde ese estado cuando, alentada por mi hermana y una amiga, en el verano de 2023 escribí mi primer relato, “El dolor de Víctor”. Me considero muy afortunada por haber ejercido una de las profesiones que considero más bellas en el mundo, la Educación Infantil. Pero hoy debo cuidar de mí misma. Parar a nivel físico me llevó aprender a hacer por ejemplo muñecas de lana cardada. Pero también me llevó a explorar el mundo literario desde dentro, ya no sólo como lectora.
- En “El dolor de Víctor”, mencionas que fue una catarsis emocional para ti. ¿Podrías contarnos más sobre cómo la escritura te ayudó a lidiar con tu situación personal de salud?
Nunca fui muy fan de los libros de autoayuda, pero en esta ocasión toda ayuda era bien recibida. Así que, mientras tardaban en llegar los diagnósticos y las posibles soluciones para paliar mi dolor, adquirí dos libros sobre dolor crónico: “Adiós al dolor” y “El dolor sí tiene nombre”. Pensé que, si las escritoras de ambos libros me habían ayudado a través de sus palabras, quizá con mi cuento podía llegar de algún modo a los niñ@s y adolescentes que conviven junto al dolor crónico o agudo a diario.
El personaje principal de “El dolor de Víctor” y yo fuimos diagnosticados con el mismo síndrome, si bien el origen del mismo es distinto para ambos. En mi caso el SDRC (Síndrome de Dolor Regional Complejo) o Südeck fue originado a partir de una lesión de nervio en la primera operación en 2021. En el caso de Víctor a partir de una simple inmovilización o quizá un esguince. El SDRC o Südeck no aparece explícitamente en el texto del relato para que la persona que lo lea pueda sentirse identificada con Víctor y sea libre de atribuirle cualquier otra afectación de salud, quizás la suya propia.
Escribir sobre mi proceso a través de Víctor fue una catarsis para mí, en tanto que gracias a la escritura fui capaz de liberar los recuerdos que alteraban mi mente y mi equilibrio emocional. En el fondo, Víctor soy yo misma. A través de él me abro en canal y transmito cómo me he sentido en este duro camino junto al dolor crónico, pero también intento mandar un mensaje de luz al final del camino. Intento llegar a los corazones de la sociedad y contribuir a hacer más visible una realidad que no se percibe a simple vista, pero desgraciadamente afecta a muchas personas.
A través de las ventas de los ejemplares del cuento ya hemos donado el pequeño porcentaje de beneficios que obtengo como escritora a través del mismo. Pero puedo y me alegra decir que, entre tod@s ya hemos conseguido donar 600 euros a dolor.in, asociación valenciana sin ánimo de lucro formada por profesionales de la salud que trabajan desde una perspectiva interdisciplinar para tratar y mejorar el dolor persistente infantil.
- ¿Qué te inspiró a escribir “Corazón Palestino” y abordar temas tan complejos como el conflicto palestino-israelí y la amistad en la adolescencia?
Anteriormente a mermar mi salud física y emocional yo procuraba estar más al día de las noticias destacadas a nivel nacional y mundial. No obstante, en esos angustiosos años que transité, no me sentía preparada para escuchar los informativos ni leer prensa, no era capaz de escuchar ni digerir nuevas malas noticias.
El 7 de octubre de 2023, unos días antes de mi última intervención quirúrgica, estalló de nuevo el conflicto armado entre Israel y Palestina (que remonta al año 1917). Mi realidad en ese momento no era “nada” comparada con una realidad tan desgarradora. Y así fue como, en esta ocasión, desligué la escritura de mí misma y comencé a dedicar mis pensamientos a la multitud de personas que han sufrido, y desgraciadamente siguen sufriendo a día de hoy, al otro lado del planeta.
Intenté abordar la redacción del manuscrito desde los vínculos de amistad que se establecen entre dos adolescentes. La amistad entre Valentina y Nael, los dos personajes claves del relato, es una manera simbólica de transmitir cómo debiera ser la relación entre los diferentes pueblos o naciones del mundo.
- En “Corazón Palestino”, tratas de acercar al público juvenil a temas delicados desde el respeto. ¿Cómo lograste equilibrar la sensibilidad del tema con la narrativa juvenil?
No me considero escritora en sí, tan sólo recién he comenzado a explorar cómo plasmar por escrito mis emociones, ciertos sucesos y aquellas pequeñas o grandes cosas que me inquietan y llegan a mi corazón.
Creo que no queda un alma en el planeta que no se haya sentido sobrecogida ante semejante crisis humanitaria. Entre esas almas se encuentran las de Valentina y la mía propia.
El libro recoge algunas notas de prensa que ambas recopilamos, cada cual con un objetivo diferente. Están redactadas, de manera objetiva y literal, en algunas páginas y capítulos del libro.
A lo largo del desarrollo de la historia intento mantener una postura neutral ante el conflicto palestino-israelí. En una de las páginas Nael, pese a ser de procedencia palestina, confiesa a Valentina: “Una guerra nunca tener sentido. ¿Por qué no vivir en paz los dos pueblos?”.
- La separación de los padres de Valentina es un tema central en “Corazón Palestino”. ¿Cómo abordaste este tema para conectar con los jóvenes lectores que puedan estar pasando por situaciones similares?
La reciente separación de los padres de Valentina le tiene tan absorta en su propio “drama personal” que en esos momentos no desea escuchar en informativos o leer en prensa nuevas malas noticias. Hasta que aparece Nael en su vida y le hace reflexionar acerca de la existencia de otras realidades mucho más crueles y duras en la vida. No hay que recriminárselo porque en el fondo es tan sólo una chica adolescente que está creando su propia identidad y su lugar en el mundo.
Mis padres se separaron justo el mes en el que yo aprobaba las oposiciones como profesora. Es cierto que yo era algo mayor que Valentina cuando sucedió. Pero a pesar de ello, sé lo que se siente cuando se desmorona una familia, lo que se sufre, las pérdidas que conlleva, el desgaste emocional y los sentimientos encontrados con los que tropiezas por el camino. Décadas atrás los matrimonios, funcionasen o no, debían mantenerse hasta que la muerte literalmente separase a ambas partes. No obstante, ahora mismo las separaciones y divorcios están a la orden del día, así que creo que es fácil conectar con los adolescentes en este sentido.
- ¿Qué mensaje esperas que los lectores jóvenes se lleven después de leer “Corazón Palestino”?
Lo que intento con mi segunda publicación es llegar a otros a través de las líneas del relato, especialmente a los más jóvenes de nuestra sociedad. El fin no es otro que reflexionar acerca del conflicto social y armado, pero también acerca de otros aspectos de gran relevancia. Creo que el manuscrito no revela ningún mensaje que no conozcamos ya. Es un mensaje que debe seguir reivindicándose y no es otro que “la tolerancia y el respeto” entre seres humanos ya sea por razón de raza, cultura, identidad de género, orientación sexual, etc.
Vivimos en un mundo conectado, pero a menudo solitario, en el que el consumismo y el “yoísmo” nos alejan los unos de los otros. A veces, intentando solucionar nuestros propios problemas, vivimos ignorando lo que sucede a los demás e inclusive damos la espalda a otros problemas que afectan más allá de nuestro entorno más inmediato.
Todos disponemos de herramientas y recursos diferentes a nuestro alcance para ayudar a los demás de alguna manera, ya sea con nuestro tiempo, nuestras manos, nuestras voces, nuestras donaciones económicas, etc. Tan sólo es cuestión que querer hacerlo. Sólo desde la cooperación podremos avanzar hacia un camino más solidario y más justo para todos los seres humanos.
- ¿Cómo ha influido tu experiencia como profesora de Educación Infantil en tu escritura, especialmente en la creación de personajes y situaciones en tus libros?
Como profesora de Educación Infantil me movía bastante bien y cómoda entre esas edades, pero jamás ejercí en la escuela con niños de más de seis años. No obstante, tengo dos hijos de catorce y dieciocho años, he sido la hermana mayor entre tres hermanos y conozco más o menos los intereses, retos y dificultades que puede entrañar la época de la adolescencia. Ello ha influido a la hora de crear los personajes de la historia de “Corazón Palestino” en este caso, así como las diferentes situaciones en las que se desenvuelven.
Como adultos, a veces intentamos no hablar con los niños temas que consideramos delicados, duros o tristes como por ejemplo lo son la muerte o la sexualidad. Intentamos obviarlos porque en el fondo hablar y tratar con ellos sobre estos temas nos produce cierto dolor e incomodidad a nosotros mismos. Pero creo que debemos superar nuestras propias barreras como adultos y acercarnos hasta ellos para prepararlos lo mejor que podemos o sabemos hacerlo.
- Has mencionado que quieres transmitir que “la construcción de puentes entre los pueblos es el único camino hacia la paz”. ¿Cómo desarrollas este tema a lo largo de tu libro?
Aunque considero que los vínculos de amistad de vital importancia para el ser humano, como madre de dos niños adolescentes soy consciente de que es en esa etapa de la adolescencia donde cobran vital importancia. La amistad nos aporta apoyo, alegría y consuelo. Es en esa franja de edad donde se forma la identidad y la aceptación, pero también es donde comienzan a construirse relaciones más emocionales y donde se desarrolla la empatía más allá del seno familiar.
El libro refleja, a través de los lazos de afecto que crean los personajes, cuál importante es la amistad y la ensalza con su inesperado desenlace.
Al igual que “la AMISTAD es un pilar esencial de nuestra vida emocional” (Wikipedia), del mismo modo la PAZ es el pilar esencial para el bienestar general de la humanidad. La construcción de puentes entre los pueblos es para la paz como dar la mano al amigo para la amistad. Ambas se construyen y nutren a partir de los mismos cimientos o puentes entre las partes implicadas: la comunicación, la confianza y el respeto.
- ¿Puedes compartir alguna anécdota o experiencia particular que viviste durante la investigación o escritura de “Corazón Palestino”?
En el libro hago un guiño a la localidad de Cullera. Mientras redactaba el mismo quise acudir con mi marido un día concreto. Ese día el viento soplaba furioso y no pude disfrutar de las vistas de su playa y la desembocadura del río Júcar. A cambio pudimos deleitarnos con los dulces de un horno pastelería de la población famoso por el tamaño de muchos de sus productos. La experiencia fue movida pero muy dulce 🙂
- Para finalizar, ¿qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo?
Desconocía por completo el mundo de las editoriales hasta la publicación de mi cuento “El dolor de Víctor” y el libro “Corazón Palestino”. La editorial Círculo Rojo me ofreció todos los servicios necesarios para la publicación del último. El trato con cada una de las personas que trabajan en ella ha sido muy profesional.
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