La escritora, María José López Carmona, nos habla sobre su reciente obra “Santa Ana”
Para quién no te conozca, ¿quién es María José López Carmona?
Ante todo, soy madre, pues de un tiempo a esta parte viene siendo mi labor fundamental, pero también me considero una enamorada del sector turístico que lleva treinta años de profesión. He tenido la suerte de poder trabajar en lugares y entornos destacados como el Camping Roquetas, gestionando y promoviendo el centro de visitantes de la Plataforma Solar de Almería o creando empresas innovadoras como Turyland, siendo una de mis mayores satisfacciones representar a mis vecinos como concejal del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, y desde ese ámbito, seguir mejorando un sector muy sensible y en constante evolución.
¿Cómo nace tu vena escritora?
Realmente no fue nada premeditado, el confinamiento y la pandemia hicieron parte del trabajo. No sirvo para estar ociosa o mal entretenida, así que una vez experimentadas todas las recetas de cocina y rebuscados todos los rincones de casa, arranqué con las lecturas que tenía pendientes y una de ellas era “Roquetas de Mar, apuntes para su historia” del párroco don Enrique Silva. A partir de ahí caí rendida a una silla y a una pantalla de ordenador para documentarme, y la imaginación y el tiempo libre ayudaron con el resto. Quería que los vecinos y visitantes vivieran las idas y venidas de nuestros primeros pobladores, conocieran las vicisitudes que sufrieron hasta llegar a ser un municipio independiente y recorrieran el siglo de la mano de unos personajes de ficción que definen bien las características de la época.
¿Cuántos libros has publicado ya?
Hace más de diez años escribí un libro junto a mi hijo, se llamaba “Mis amigas las energías”. Es un cuento que tiene seis partes dedicadas a las diferentes energías renovables, pretendía con ello la concienciación medioambiental de los más pequeños a través de la lectura. Sentaba a mi hijo conmigo y mientras yo escribía le pedía que el dibujara lo que yo le iba describiendo y el resultado fue increíble, con aerogeneradores o torres de concentración solar vistas desde los ojos de un niño. Justo por aquella época también realicé un ensayo, “25 años de la PSA a través de sus fotografías”, pretendía recopilar toda la documentación gráfica que pude conseguir de los distintos proyectos y presentarla tanto en un museo como en un libro para complementar el recorrido que se realizaba a la Plataforma Solar de Almería, y lo conseguí, pues durante el periodo que estuve al frente se triplicaron las visitas.
¿Qué es lo que más destacarías de “Santa Ana”?
Santa Ana es una gran historia de amor. Santa Ana es amor a una persona, es amor a una forma de vida virtuosa, es amor al prójimo, es amor a Dios y, sobre todo, es amor a una tierra que te recoge y te da cobijo y a la que quieres engrandecer como forma de agradecimiento. Santa Ana es una novela romántica, histórica, de aventuras, de intriga, en realidad son muchas historias en una y cada lector encontrará en ella lo que vaya buscando sin dejar indiferente a nadie ante su lectura.
Santa Ana es una novela que ha venido para quedarse, es de corte clásico y refinado que trasciende toda moda literaria, y en el caso concreto de Roquetas de Mar, considero que será tanto libro de cabecera para los vecinos como souvenir obligado para todo visitante de nuestra tierra.
¿Qué personajes marcarán a “Santa Ana”?
Hay una frase “Nihil sine Deo, sine honore” que define bastante la novela y concretamente a uno de sus personajes, pues he rescatado a la persona íntegra, de firmes principios, honrada y valerosa frente a la mezquindad, aunque ambas posturas morales aparecen en otros de ellos. También aparece un abnegado párroco conocedor de todos sus feligreses, de sus necesidades, sus idas y venidas, sus secretos y que personalmente me recuerda a don Enrique Silva, cuyo libro me inspiró. Pero hay personajes de todo corte, terriblemente malvados, cuatreros de poca monta, educadas y refinadas damas u otras mucho más altaneras y codiciosas.
¿Cuál fue el proceso de documentación?
Santa Ana es una novela histórica de casi novecientas páginas y eso lo dice todo en cuanto al esfuerzo y la envergadura. Durante más de seis meses estuve recogiendo información de webs de universidades, Cervantes virtual, Ministerio de Cultura y Deporte o el mismísimo Banco de España, donde reside una amplia documentación imprescindible cuando no puedes viajar y conocer los lugares de los que pretendes escribir. Solo en una ocasión puede visitar una torre, ya casi terminada la novela, era el Castillo de Baños en Polopos, con una autorización especial debido a las restricciones de la pandemia. El resto de investigaciones lo formaban algunos libros de historia y unas ocho libretas que llené de notas, dibujos o garabatos que me ilustraban sobre el siglo XVIII, desde las luminarias que se usaban a los largos listados de guerras, para intentar trasladar todo ello con la mayor veracidad a la trama de ficción. Algunas de aquellas ilustraciones finalmente han formado parte del libro también, en mi doble faceta de escritora e ilustradora.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Han pasado dos años desde que di los primeros pasos y algunas anécdotas ha habido, sin duda. Recuerdo que al principio sentía algo de pudor por comentar que estaba escribiendo un libro y mis hijos me preguntaban ¿mamá qué haces?, al verme frente el ordenador, y yo les contestaba que nada, solo mirando cosas. Pero, llegó un momento cuando el tiempo ya se prolongaba que las escusas se acababan, y finalmente lo dije: “estoy escribiendo un libro” y aquella frase fue casi una liberación.
También, durante el proceso de escritura había ocasiones en las que los propios personajes tomaban caminos sin atender instrucción alguna, me sentía fuera de la historia como un observante en lugar de como el autor o la persona que debía dirigir aquel cotarro, así que tenía que hacer de mala y reconducir sus conductas hacia lo que realmente quería que ocurriera en la trama de la novela.
¿Qué pretendes provocar en el lector con la lectura de tu obra?
Quiero que se emocionen, sacar sus sentimientos a flote, ilusionarles, que de pronto se les acelere el corazón, que se les dibuje una sonrisa o que les brote una lágrima, y todo eso, según me han comentado los primeros lectores de la obra, lo ha conseguido Santa Ana. Los libros deben hacernos soñar, trasladarnos a otros mundos o épocas y sumarnos a las vivencias de los personajes que recorren las mismas. En este sentido puedo decir que Santa Ana cumple bien el objetivo, pues evadirse y encontrarse arrastrando largas vestimentas o verse envuelta en la mayor de las aventuras no es nada difícil.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Pues, creo que este es un camino sin retorno, he descubierto en la escritura una gran pasión que me absorbe de manera placentera, es disfrutar con mayúsculas, me encanta investigar y traducir todos mis descubrimientos a vivencias de mis personajes. Si tuviera que dar ese consejo, probablemente, sería que no vuelva a espaciar tanto el tiempo para iniciar una nueva novela.
¿Cuál ha sido tu experiencia con la Editorial Círculo Rojo?
La Editorial Círculo Rojo lo ha significado todo, desde el primer contacto ha sido un acompañamiento lleno de amabilidad, y partimos de ser una escritora nobel cuyas primeras preguntas rondarían más la absurdez de lo permitido. Sin embargo, todas las personas han llevado con paciencia mis cuestiones e indecisiones, desde mi editora, correctora, diseñadora, maquetadora y las responsables de los departamentos de comunicación y distribución (pues todas eran chicas), hasta conseguir que llegara a mis manos el trabajo de tantas horas y fuera capaz de sentirme orgullosa de él, mi libro Santa Ana. Hoy puedo decir que sin Círculo Rojo nada de esto hubiera sido posible. Por lo tanto, la considero una experiencia maravillosa y recomendada.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Bueno, hago referencia a dos de ellos en la propia novela, Barbara Cartland y Arturo Pérez Reverte, ambos dispares en estilos y géneros, pero para mí, ambos inspiradores. Adoro las novelas románticas de la primera y las históricas aventuras del segundo, y Santa Ana bebe de ambos en su trama. Pero no son los únicos, Gabriel García Márquez también aportó a su narrativa un mundo de fantasía del que yo tampoco he querido prescindir en mi relato. Así, con esos tres pilares, romanticismo, aventuras históricas y fantasía surge Santa Ana, una obra muy completa que tanto utiliza el latín como el francés, las coplillas como los romances, la magia como la religión en una mezcolanza que entretiene constantemente al lector.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Los libros se pueden adquirir en librerías de Roquetas de Mar como Metáfora, Cervantes, Copyshop, Pitágoras, Libra, o Picasso en Almería. Durante la temporada turística Santa Ana estará disponible en varios comercios de la Urbanización de Roquetas de Mar, donde no hay librerías, como las tiendas Mélanie & Claire, el Club de Golf o el Hotel Bahía Serena. Y online ya se puede adquirir en las plataformas Libros CC, Casa del Libro, Todos tus Libros y próximamente llegará a Amazon.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Ahora no tengo mucho tiempo para leer y cuando lo hago atiendo más a las necesidades de mis hijos adolescentes con los clásicos Don Juan Tenorio o La Casa de Bernarda Alba que a la literatura que yo pudiera elegir. Pero recomendaría un libro que leímos mi hija y yo para hacer un trabajo y realmente me sorprendió, Cordeluna, de Elia Barceló y Premio Edebé de Literatura Juvenil, tenía las características que yo demando en la lectura, acción, intriga, historia y un profundo romance.
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