La autora que está revolucionando el crimen literario: secretos, humor y un parque temático lleno de misterios
Tu nueva novela, Muerte en Enigma Land, abre con una escena de alto impacto: una videollamada interrumpida por un disparo. ¿Cómo surgió la idea de comenzar la historia de esa forma tan cinematográfica?
Soy una escritora muy visual, me gusta colocar imágenes en la mente de mis lectores de la forma más directa posible. Quería un arranque que los descolocara desde el principio y los pusiera en tensión, haciéndolos testigos involuntarios del crimen. Además, una de las personas involucradas en el disparo es alguien muy querido por la inspectora Georgina Bruned, así que la tensión es aún mayor.
Los inspectores Georgina Bruned y Alonso Smith vuelven a protagonizar esta entrega. ¿Qué te atrajo de estos personajes para seguir explorándolos después de Aprende a matar?
Georgina y Alonso ya han traspasado la categoría de personajes para convertirse en mis amigos. Volver a ellos después de Aprende a matar ha sido casi inevitable, necesitaba vivir sus nuevas aventuras, participar de esa relación tan peculiar que tienen y, por supuesto, meterlos en líos nuevos. Me gusta explorar la relación de amistad y compañerismo que va creciendo entre ellos; tienen una forma diferente de ver el mundo, pero eso es lo que los hace tan complementarios y les permite apoyarse el uno en el otro.
Enigma Land es un espacio muy peculiar: un parque temático dedicado al misterio y los detectives. ¿Qué simboliza este escenario en la trama y cómo lo concebiste?
Enigma Land es un parque temático dedicado al mundo del misterio y la investigación criminal. Combina espectáculos interactivos —como obras de teatro, escape rooms y espacios gastronómicos—. Entre ellos destacan la tetería Saint Mary Mead, que evoca al pueblo de Miss Marple; Boulevard, un pub inspirado en la novela negra clásica; y el Enigma Escape, un tren de lujo estilo Orient Express donde los visitantes participan en un escape room en movimiento. Reunir todo esto en un único recinto me pareció perfecto para quienes disfrutamos del misterio y queremos un auténtico banquete de enigmas.
Tu novela combina el suspense clásico con una mirada muy actual al mundo del entretenimiento y las apariencias. ¿Qué buscabas reflejar con esta mezcla de géneros y tonos?
Mis historias están claramente inspiradas en el misterio clásico de Agatha Christie, pero desde una perspectiva contemporánea. Me interesa combinar la esencia del enigma tradicional con la realidad actual, para que los lectores puedan verse reflejados en un entorno cercano. En la novela, por ejemplo, las redes sociales son una herramienta clave de la investigación; funcionan como una fuente crucial de información para los detectives.
Tienes experiencia como correctora editorial y analista de novela criminal. ¿Cómo influye tu formación técnica en la construcción de tus tramas y personajes?
Influye muchísimo. Mi experiencia me ha enseñado a detectar desde el inicio qué funciona en una historia y qué no, cómo mantener la tensión, cómo estructurar un crimen y cómo desarrollar personajes verosímiles. Gracias a ello, planifico las tramas con más seguridad y puedo anticipar inconsistencias, giros forzados o huecos argumentales. Pero no dejo que la técnica apague la creatividad: siempre hay espacio para la sorpresa, para que la historia respire. Además, crear Aleva Ediciones junto a Alfred López me ha hecho comprender cada etapa del proceso editorial, desde la corrección hasta la maquetación o la parte técnica de Amazon KDP. De ahí nace nuestro acompañamiento profesional a otros escritores.
El humor y la ironía aparecen con frecuencia en tus diálogos, incluso en situaciones tensas. ¿Crees que el humor es una herramienta útil dentro del género negro?
El humor es útil y necesario. En una trama de suspense o crimen permite respirar, dar humanidad a los personajes y aliviar la tensión sin restar intensidad. Además, la ironía funciona como una lente de observación: los personajes muestran lo absurdo de ciertas situaciones, y el lector conecta con ellos de forma más directa. Un toque de humor bien colocado hace que los momentos tensos resalten aún más por contraste.
A lo largo de tu carrera has pasado de escribir relatos breves a construir tramas más largas y complejas. ¿Qué te resultó más desafiante al escribir Muerte en Enigma Land?
En un microrrelato el desafío es condensar todo en muy pocas palabras. En un relato largo, aunque hay algo más de margen, sigues necesitando ser muy selectiva con los detalles y puedes improvisar un poco más. Con una novela de misterio no existe esa libertad: exige disciplina, planificación de los giros, distribución de pistas y asegurar que todo encaje. Hay que pensar en el largo plazo y evitar llenar espacio solo porque la extensión lo permita.
Tus obras suelen tener protagonistas femeninas fuertes, pero también muy humanas y contradictorias. ¿Qué te interesa explorar en ellas que no siempre se ve en la novela negra tradicional?
Me interesa mostrar la dualidad real de las personas. Mis protagonistas no son perfectas: se equivocan, dudan y sienten miedo, pero eso no las hace menos capaces. Me gusta mostrar que la fuerza nace de la forma en que enfrentan los problemas, no de la ausencia de fallos. Creo que muchas lectoras pueden reconocerse en esa imperfección honesta.
Si Enigma Land existiera realmente, con sus espectáculos de detectives y misterios interactivos, ¿te atreverías a visitarlo… o preferirías mantenerte lejos de tanto crimen (aunque sea ficticio)?
Sin duda iría, y sería de las primeras en hacer cola —aunque las odie—. Eso sí: estaría mirando cada rincón con ojo crítico, puro instinto profesional. Saldría con mil ideas nuevas y seguro que terminaría tomando notas. Creo que lo disfrutaría muchísimo, así que ojalá alguien se anime a hacerlo realidad, porque habría muchos fans del misterio encantados de perderse allí.
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