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Hablamos con el autor de la obra “El día de La Tortuga, obra publicada con Círculo Rojo.

Hablamos con el autor de la obra “El día de La Tortuga, obra publicada con Círculo Rojo.

¿Cómo surgió la idea de escribir “El día de La Tortuga”? ¿Hubo alguna experiencia personal o inspiración particular que te llevó a desarrollar esta historia?

Bueno, pues la idea surgió como una conjunción de circunstancias. Hacía tiempo que una imagen me rondaba la cabeza, algo así como una puesta de sol en el Mediterráneo desde la perspectiva de dos jóvenes embarcados en alguna clase de viaje que tocaba a su fin, y cuando descubrí por otra parte la insostenible situación de los pescadores de Gaza al verse completamente limitados debido a los bloqueos que la armada Israelí llevaba a cabopara controlar el tráfico de armas de Hamas, ambas cuestiones cobraron un sentido propioy único. A partir de ahí, la historia fluyó por sí misma.

• En tu obra, exploras un contexto muy complejo como es el conflicto en Oriente Medio. ¿Cómo abordaste la investigación para representar de manera auténtica y sensible las realidades de Israel y Gaza?

No tuve más remedio que trabajar en ambos lados de la historia, contactando con fuentes relacionadas con el estado de Israel y otras con la Autoridad Palestina. Estos contactos terminaron por llevarme aún más lejos, llegando incluso hasta Oslo y los acuerdos de 1993… Por otra parte tenía que conocer la vida diaria de mucha gente, en los que me basé para crear a mis personajes principales: pescadores de Gaza, estudiantes, conocer sus vivencias y aspiraciones, políticos, militares Israelíes y palestinos, sus métodos y protocolos… y un larguísimo etcétera.

• Además de tu experiencia como músico y aventurero, ¿cómo influyeron tus conocimientos en ingeniería naval en la creación de esta novela?

Desde niño siempre he sido un ávido lector de novelas en las que lo tecnológico es un factor determinante en la historia. Autores como Julio Verne (si, el mismo…) Michael Crichton, Douglas Preston, Artur Clarke entre otros. Además, los de mi generación nos criamos viendo los programas del mundo submarino de Cousteau, lo que generaba en nuestras infantiles cabecitas una profunda fascinación por el mundo de los océanos y sus secretos. Al final eso hizo que dedicara parte de mi vida al submarinismo y a la exploración. Cuando me decidí a escribir El día de la Tortuga, tenía muy claro que buena parte de la historia se iba a desarrollar en un entorno marino y tecnológico, por lo que tuve que poner a prueba todo lo aprendido. Y lo cierto es que resultó sumamente estimulante volver a refrescar conocimientos y adquirir otros nuevos. Todas las referencias tanto marineras como técnicas las documenté exhaustivamente. Si bien se dan circunstancias en las que me tomo alguna pequeña licencia creativa, quería que el conjunto mantuviera la necesaria coherencia, y a la vez, exponerlo de manera que no fuera tedioso ni interfiriera en lo verdaderamente importante de la trama, sino más bien que aportara dinamismo a la historia.

• ¿Qué desafíos enfrentaste al escribir una historia que aborda temas tan sensibles como la guerra y la coexistencia en una región marcada por conflictos?

Pues el reto principal fue sin duda poder crear un relato en el que no hubiera ninguna tendenciosidad ni adscripción política. Se trata de una aventura al más puro estilo de las del mencionado Julio Verne, o si me vale el símil, como las de los cómics de Tintín, con los que los de mi generación disfrutamos de esas historias de amistad, valor y nobles sentimientos… por lo tanto, lo más delicado fue contar las peripecias de los personajes sin tomar partido por ninguna postura de las que hoy saturan nuestras vías de información. Todos los protagonistas tienen sus motivaciones y sus circunstancias particulares. Lo que les une en esta historia es que ninguno quiere más conflictos ni más odios, y espero que el lector disfrute de la aventura sin necesidad de sentirla condicionada por posiciones políticas.

• ¿Cómo trabajaste el desarrollo de los personajes para que fueran multidimensionales y representativos de las diversas perspectivas involucradas en el conflicto?

Gracias a que hoy disponemos de esa herramienta tan denostada que son las redes socialespude comprobar de primera mano cómo la gente joven (y no tan joven) de culturas aparentemente tan dispares como la israelí o a palestina tienen mucho más en común de lo que pensamos. Al fin y al cabo, nos terminan por atraer y fascinar las cosas que vemos en otros lugares, y eso impulsa a muchos a querer emular aquello que más le motiva. En Palestina tienes, por ejemplo, un grupo de muchachos que practican el parkour e incluso compiten en otros países, y en Israel tienes chicas musulmanas influencers y que a su vez ostentan cargos en el ejército o en la administración. Así que puedes seguir de cerca mucho de lo que piensan o les inquieta a diario, ademas de poder observar el día a día de sus calles y mercados en gran cantidad de podcast que hacen a diario. También fue muy importante entender su idioma, su lenguaje, sus modismos y su forma de expresarse coloquialmente. Por ejemplo, los dos protagonistas principales, dos jóvenes estudiantes palestinos, traen consigo una visión de la vida algo diferente de laque impera en su Gaza natal, debido a que han desarrollado gran parte de su actividadfuera del entorno familiar, por lo que su perspectiva mas occidental está presente en su manera de relacionarse.

• En “El día de La Tortuga” exploras la amistad y la lealtad en situaciones extremas. ¿Qué mensaje esperas transmitir a tus lectores a través de estos temas?

Precisamente ese. Yo mismo he vivido momentos emocionantes e incluso diría que arriesgados, donde fue inevitable poner a prueba esos valores que parece que nos vienendados, pero que es necesario “revalorizar”. Es algo que aparece en esas situacionesimprevistas en las que nunca tienes tiempo para plantearte las cosas y te ves obligado a improvisar junto a tus compañeros de viaje. Siempre es una experiencia estimulante, y en muchos casos, definitoria de lo que significa esa amistad y esa lealtad que surge de manera espontánea. Es una de esas vivencias que considero imprescindibles para entender la vida y conocernos a nosotros mismos.

• Mencionas que la historia está ambientada un año antes de la pandemia del COVID-19. ¿Cómo crees que eventos como la pandemia podrían influir en las dinámicas y perspectivas de los personajes en tu novela?

Ese fue un tema delicado para todos los que lo vivimos, y la forma en la que esto hubiera afectado a la historia la convertiría en algo excesivamente complejo para el desarrollo de los personajes y sus situaciones, lo que sin duda hubiera desviado la atención sobre la temática principal. Además, las fechas alrededor de las que todo sucede tienen cierta relevancia en la trama por razones que se descubren al avanzar en la lectura.

Ilustración de la obra de Javier Coble.

• ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste durante el proceso de escritura de “El día de La Tortuga” y cómo lo superaste?

El cambio de medio respecto a lo que estaba habituado. Yo vengo del mundo de la música, el cual es un vehículo de expresión  artística que usa un lenguaje mas abstracto, mas encaminado a la reacción intuitiva con los sentidos más primarios. La escritura, y por ende la literatura, es un medio concreto y que se define a través de la palabra, por lo que el proceso de creación, aunque similar en algunas cosas, en lo esencial se construye de otra forma, una en la que el “intérprete” se diluye en el mensaje. Siempre se genera esa duda de si serás capaz de expresar con palabras lo que fluye en tu imaginación, a diferencia de la música, que es más una experiencia puramente sensorial.

• Has tenido una carrera multifacética como músico, conferenciante y escritor. ¿Cómo encuentras el equilibrio entre estas diferentes facetas creativas en tu vida?

Afortunadamente, mi actividad profesional me ha permitido viajar y conocer diferentes lugares, gente muy diversa y con vivencias de lo más dispar. Al final, toda esa experiencia se ve reflejada en cada expresión creativa, ya sea plástica, musical o literaria. De hecho no se es consciente de ello la mayor parte del tiempo. Solamente cuando empieza ese diálogo con el pensamiento y los recuerdos es cuando esas experiencias afloran en forma de inspiración. Esta surge cuando sientes ese equilibrio entre lo que has aprendido y lo que quieres expresar. Es algo difícil de definir, pero quien lo ha experimentado conoce esa sensación. Como dijo Lópe del amor El que lo probó, lo sabe.

• ¿Qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué aspectos destacarías de trabajar con esta editorial en comparación con otras experiencias editoriales que hayas tenido?

Muy buena, la verdad. La comunicación con ellos es extraordinariamente fluida y muestran una predisposición y una paciencia con los autores dignas de mención. De hecho creo que la gente de Círculo Rojo te transmite la sensación de que no sólo están en esto desde la óptica del profesional de la comunicación. Tengo la impresión de que haytambién una componente vocacional, de amor a la literatura, y eso se percibe en su trato con el autor. Además, la forma en la que hacen gala en su catálogo de una sana libertad creativa es muy de agradecer actualmente. 


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