El músico Pepe Doncel nos habla de su primer libro, «El momento de crear»
Para quién no te conozca, ¿quién es Pepe Doncel?
Datos biográficos aparte, soy, en términos generales, músico. Porque, si bien estudié Composición en el RCSMM, trabajo fundamentalmente como teclista y bajista en mi grupo de música e imparto clases de piano, armonía y guitarra. También he tocado con más artistas, he grabado en discos o he participado como arreglista, pero hoy día no estoy tan centrado en esas actividades.
¿Habías publicado antes alguna obra?
El momento de crear es el primer libro que escribo. Y en principio sólo volvería a escribir cuando tuviera la convicción de que tengo algo provechoso que exponer.
¿Por qué decides escribir el libro?
A medida que iba estudiando música e iba adentrándome en el mundo profesional (grabar y lanzar un disco, promocionarlo, trabajar con una agencia de management, tocar en festivales, colaborar con más artistas) muchas veces me he encontrado con situaciones conflictivas a nivel artístico y, digamos, deontológico, que me obligaron a pararme a pensar en todas las prácticas aceptadas y extendidas a día de hoy en el mundo de la música.
¿Qué es lo que más destacarías de “El momento de crear”?
Quizá como he tenido una formación académica pero he desempeñado trabajos principalmente en el ámbito de la música popular industrial estoy nutrido de dos puntos de vista que a veces están complementados y otras enfrentados y forman una buena perspectiva desde la que analizar el panorama. A lo largo de los capítulos intento relacionar los fenómenos musicales con otros que exceden su ámbito. Es un ensayo que, aunque en apariencia es heterogéneo, siempre redunda en unas ideas comunes.
¿Cuáles?
Bueno, cuestiones como la responsabilidad, el exceso o el límite están presentes a lo largo de todo el ensayo, y se abordan desde muchos puntos de vista: el trabajo con productores, las campañas de promoción, la grabación en el estudio, las implicaciones morales, sociales y políticas de los artistas como agentes culturales…
¿Qué temas abordas a lo largo de tu obra?
El ensayo comienza con un análisis crítico de la figura del artista, de cómo éste se conjuga confusamente con el intérprete, el creador o el productor. A colación de esto, también se trata la grabación en el estudio o el consumo excesivo de música. Más adelante intento abordar el problema de la música contemporánea como un problema de terminología excluyente. Los últimos capítulos, quizá de índole más personal, reflexionan sobre las ideas de libertad, originalidad o expresión individual, ideas extendidas tanto en el ámbito académico como en el popular. Se habla de muchas cosas, ¡pero no las voy a destripar todas!
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Las ideas plasmadas nunca habrían surgido de no haber tenido largas conversaciones sobre estos temas con mis amigos y con mis profesores.
¿Cuál ha sido tu experiencia con la Editorial Círculo Rojo?
Como nunca antes había trabajado con una editorial, he vivido con un poco de incertidumbre todo el proceso, pero el equipo de Círculo Rojo siempre me ha atendido con mucha amabilidad y paciencia, sobre todo paciencia. Por eso les estoy muy agradecido.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
El libro comienza con la cita de un pasaje de La República de Platón que preludia el cometido que va a tener el ensayo. También cito mucho a Stravinsky, que en el opúsculo Poética Musical recoge reflexiones muy oportunas. He encontrado material muy interesante en algunas conferencias recientes de la filósofa Paloma Hernández. Otros autores que no aparecen en el libro, pero diría sin duda que han influido, han sido Roger Scruton o San Agustín.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
El libro está disponible en las plataformas digitales que todos conocemos, pero personalmente prefiero comprar en librerías cercanas; no sólo por apoyar el pequeño comercio, sino por el encanto que tiene dar el paseo, ver algo sorprendente, saludar a un conocido o conversar con el librero… convierte la compra de un libro en algo más activo y más civilizado.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Ya que lo he mencionado antes, recomiendo Contra los académicos, de San Agustín.
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