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David Mendieta, nos concede una entrevista para hablar de “La vida del pez”, obra que ha publicado con la editorial Círculo Rojo.

David Mendieta, nos concede una entrevista para hablar de “La vida del pez”, obra que ha publicado con la editorial Círculo Rojo.

“La vida del pez” está basada en la vida de tu abuelo. ¿Qué te llevó a convertir su historia en una novela y qué significado tiene para ti personalmente?

No tuve la oportunidad de conocerle ya que murió años antes de que yo naciera. Además, por desgracia, mi padre tampoco pudo pasar demasiado tiempo con él debido al periodo que estuvo en prisión tras la guerra civil. En casa casi nunca se hablaba de mi abuelo y a veces daba la sensación de que no hubiera existido. Así que un día decidí pedirle a mi padre que me hablara sobre él. Me entristeció mucho comprobar como mi padre apenas tenía unos pocos recuerdos de la convivencia con mi abuelo, aparte de algunas fotografías y ciertos documentos. Pero lo que más me conmovió fue la resignación con la que contaba su ausencia. En ese momento decidí hacerles a ambos un pequeño homenaje a través de esta novela.

La novela abarca diferentes momentos históricos y políticos, como la posguerra y el régimen franquista. ¿Cómo se reflejan estos contextos en la historia de Carmelo y Angelita?

Aunque he intentado que la novela no tuviera marcados tintes políticos, es inevitable que las circunstancias de aquella época aparezcan continuamente en ella. Al fin y al cabo, la realidad social existente en aquellos años marcó a mis abuelos condicionando sus vidas, así como la de tantas otras personas. Las penurias económicas, los rencores y envidias, el sufrimiento y el dolor, la ausencia de libertades eran el pan nuestro de cada día de mucha gente y eso se ve reflejado de manera continua en el libro.

La historia se divide en tres partes. ¿Qué te llevó a estructurar la narrativa de esta manera y cómo se relacionan las diferentes partes de la novela?

La segunda y tercera parte las tenía muy claras, ya que surgen de las conversaciones que mantuve con mi padre comentadas anteriormente y que se corresponden a los periodos vitales que él compartió con mi abuelo. Sin embargo, faltaba el previo, es decir, que es lo que le ocurrió a mi abuelo antes de que mi padre naciera. Y aquí es donde la información era quizá más difusa puesto que, como dije antes, mi familia paterna hablaba muy poco del tema. Pero consideraba que era fundamental investigar más sobre ella para poder reflejarla en el libro y que el lector pudiera entender mejor la evolución del personaje. El unir las tres partes con amplias diferencias temporales entre ellas fue una de mis mayores preocupaciones, pero creo que son precisamente esos saltos en el tiempo los que invitan al lector a participar en la evolución de los protagonistas, imaginándose lo que han podido sufrir.

En la sinopsis, se menciona que “La vida del pez” es un relato dramático, crudo y desgarrador, pero también habla del amor y la esperanza. ¿Cómo lograste equilibrar estos elementos en tu escritura?

Creo que el secreto de la novela es que habla de personas reales, de carne y hueso, que existieron de verdad y con las que los lectores se pueden identificar fácilmente, a pesar de que esté ambientada hace 70 años. Sin duda que aquella realidad era bien distinta a la nuestra y los problemas de hoy en día son otros muy diferentes, me atrevería a decir que más banales. Pero también creo que esas personas, gente como mis abuelos, fueron capaces de salir adelante y seguir creyendo en algo gracias al amor y la esperanza. Ellos fueron los que lograron alcanzar ese equilibrio del que hablas en circunstancias muy complicadas. Yo me he limitado a plasmarlo sobre el papel.

¿Cuál fue el mayor desafío al abordar la historia de tu abuelo y cómo lograste transmitir las emociones y las experiencias que vivió?

El mayor reto ha sido el no saber cómo me iba a afectar emocionalmente escribir una historia familiar. Y aunque en numerosas ocasiones mientras elaboraba la novela, he de reconocer que no ha sido fácil y el nudo en el estómago estaba ahí, creo que es precisamente este sentimiento lo que ha hecho posible que pudiera transmitir con mayor nitidez toda esa emoción al relato. Solo espero haberlo conseguido y que los lectores puedan sentir esas emociones también.

En la novela, se exploran temas como la prisión, el amor, la familia y los secretos. ¿Qué mensaje o reflexión esperas que los lectores obtengan al leer “La vida del pez”?

Que por muy mal que estén las cosas, por mucho que creamos que ya no hay salida, siempre existen motivos por los que luchar y seguir adelante. Muchas veces nos hundimos en nuestras propias miserias sin valorar en justa medida lo que tenemos a nuestro alrededor, sin tomar la distancia necesaria para analizar lo que realmente es más importante. Y, sobre todo, me estoy refiriendo a las personas que nos rodean y nos quieren. Este libro habla precisamente de esto. De como personas que vivieron unas situaciones injustas, tristes y desesperadas lograron salir adelante junto a sus seres queridos, aferrándose a la esperanza de que todo mejorará, incluso cuando el problema no tiene solución.

¿Cuál fue tu proceso de investigación para recrear la época y los eventos históricos en la novela? ¿Qué recursos utilizaste y cómo lograste darles autenticidad a los detalles de la narración?

Aunque ya contaba con diversa documentación familiar que me sirvió para la novela, el trabajo de documentación fue muy exhaustivo. Al ser una novela de ficción realista que se desarrolla en un contexto histórico determinado, era importante ajustarse al máximo a este. Muchas de las localizaciones donde se desarrolla la novela, así como gran parte de las vicisitudes que viven los personajes son reales. Y, aunque como cualquier autor me he tomado ciertas licencias, el trabajo de recopilación de información ha sido muy arduo a fin, precisamente, de darle más autenticidad al relato. ¿Qué cómo lo he hecho? Desde búsqueda de documentación en internet y estudio de material gráfico, pasando por solicitar información al Ministerio del Interior, teniendo entrevistas con personas expertas en aquella época o visitando in situ algunos de los lugares donde se desarrolla la novela. También la poca documentación y fotografías familiares referentes a mi abuelo que comentaba antes me ayudaron a darle mayor realismo.

David durante una firma de ejemplares de su obra.

¿Cómo ha sido la recepción de “La vida del pez” hasta ahora? ¿Has recibido alguna respuesta significativa de los lectores?

La verdad es que la acogida está siendo buenísima. Ya incluso antes de que se hiciera el evento de presentación oficial del libro, se habían vendido muchos ejemplares y los mensajes de felicitación son continuos. La inmensa mayoría de la gente que lo ha leído me comenta que se trata de una historia muy dura y emocionante, pero también cargada de positividad. Y esto es algo de lo que me siento muy orgulloso porque era uno de los principales objetivos que me marqué al comenzar este proyecto.

Has hablado de la presentación oficial, ¿cómo fue el evento?

La respuesta fue sencillamente increíble. Tuve la oportunidad de realizarla en el Café Libertad 8 de Madrid, un lugar emblemático que lleva muchísimos años apostando por el mundo de la cultura en general, y de la literatura en particular. Y la respuesta fue absolutamente asombrosa con una asistencia de más de 70 personas que, además, participaron activamente haciendo continuas preguntas sobre la novela. Fue un día muy bonito y emocionante rodeado de mucha gente querida.

Como escritor, ¿qué aspectos de la escritura y la narrativa te interesan más y cómo los aplicaste en esta novela?

Como ávido lector que soy desde que tengo uso de razón, he intentado aplicar a mi primera novela todo aquello que he buscado siempre en un libro. Que te enganche, que el ritmo sea ágil, que los personajes tengan profundidad y estén bien trabajados, ser lo suficientemente descriptivo, pero sin caer en el detallismo para que sea el propio lector quien complete con su imaginación los lugares, las situaciones o el físico de los protagonistas de la historia…Aunque lo más importante para mí, sin duda, es que la novela emocione a la persona que la lee y se sienta parte de ella.

Además de “La vida del pez”, has publicado relatos cortos en antologías y tienes un espacio dedicado a la cocina y la literatura gastronómica. ¿Cómo equilibras tus diferentes intereses literarios y qué papel juegan en tu proceso creativo?

La verdad es que tanto la gastronomía como la literatura tienen muchos más puntos en común de los que a priori se pueda creer. En la cocina actual la creatividad es fundamental. No solo a nivel estético cuando presentas un plato, cuentas una receta o recomiendas un restaurante, sino también en la búsqueda constante de nuevos productos, técnicas y combinación de sabores a través de la experimentación. Además, hay algo imprescindible como es la formación que he ido adquiriendo a lo largo de los últimos 20 años leyendo mucha literatura gastronómica o acudiendo a cursos. Sucede lo mismo con la literatura. Independientemente de adquirir cierta formación y una historia que contar en la cabeza, es importante tener activa tu capacidad imaginativa para irla desarrollando, y que esto te permita a medida que avanzas ir abriendo las diferentes puertas que el propio relato te va ofreciendo. Una cosa curiosa que me ha pasado durante los tres años que he estado escribiendo la novela es que los momentos de mayor creatividad en el ámbito culinario coincidían con los de mayor creatividad escribiendo la novela y viceversa. 

Obra de David Mendieta Martín. La vida del pez.

¿Qué te motiva a seguir escribiendo y explorando diferentes temas en tu escritura? 

Básicamente dos cosas. Por un lado, seguir aprendiendo de los diferentes temas sobre los que pueda escribir. Para mí, la vida es un proceso de aprendizaje continuo y la creación de esta novela no ha hecho sino reforzar aún más esta idea. Pero, sobre todo, me encantaría seguir despertando reflexiones, sentimientos y emociones en las personas que lean mis historias, que se identifique con mis personajes y que los sientan también como suyos.

¿Tienes algún proyecto literario en mente para el futuro?

Alguna cosa ronda por la cabeza. Siempre me ha llamado la atención el mundo de la ciencia ficción, pero creo que requeriría un esfuerzo muy importante a nivel de investigación y documentación. Así que, creo que me decantaré por unir dos ámbitos que me encantan: la cocina y la novela negra. ¿Un gastro thriller quizá?

¿Qué consejo le darías a otros escritores que desean contar historias basadas en eventos o personas reales?

Más allá de armarse de paciencia y algunos consejos técnicos en cuanto a tener estructurada la historia, los personajes y planificar el trabajo de documentación, les diría que lo primordial es que las historias que quieran contar deben emocionarles a ellos. Si eso sucede, si la sienten, será mucho más fácil que puedan plasmar en el papel todo lo que quieren transmitir.


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