Conocemos todo sobre la obra publicada por Círculo Rojo, “99 cuentos para personas fantásticas”, de la autora Carmen Arrabal.

¿Qué te llevó a decidirte por escribir un libro inspirado en la obra de Remedios Varo? ¿Qué aspecto de su arte te inspiró más?

Conocer la obra de Remedios Varo fue similar a enamorarme. Sentí una conexión instantánea y mientras más investigaba sobre los simbolismos presentes en sus pinturas, más afinidad sentía. Hay algo de onírico en sus cuadros que bebe mucho del psicoanálisis de Jung, así como de la alquimia, a la vez que la arquitectura es esencial ya que muestra el espacio-tiempo de la cuarta dimensión. Es intrigante y es evocador. De inmediato supe que quería escribir relatos inspirados en mis cuadros favoritos, aunque sin ninguna pretensión más que la de crear con una libertad la cual no estaba acostumbrada. Remedios Varo permite construir desde lo absurdo y divertirte como una niña pequeña.

•          ¿Cómo describirías el enfoque de “99 Cuentos para personas fantásticas”? ¿Cuál es el mensaje central que esperas que los lectores encuentren en tu obra?

A la hora de escribir tuve muy presente que quería apelar a esa parte mágica, de una imaginación sin límites, que vamos perdiendo con la edad. Tal y como vivo mi adultez es haciendo frente a mis responsabilidades sin desatender a la niña que en mí habita. 

Para mi es un viaje por la experiencia humana ya que hay temas como el duelo por el que todos hemos pasado o pasaremos. Hay mucha metafísica pero no con la motivación de adoctrinar a nadie sino para crear preguntas. Creo que hay unas cuestiones que todo el mundo se plantea al menos una vez en la vida como pueden ser “¿Quién soy?” o “¿Qué nos ocurre al morir?”. Estas interrogantes se plantean con la idea de que aquella persona que lea ciertos relatos active un diálogo interno, ya que a veces la celeridad con la que vivimos nos desconecta de nuestra voz interna.

•          Mencionas que la antroposofía es un tema central en varios de los cuentos. ¿Podrías explicar un poco más sobre la antroposofía y cómo influye en tu escritura?

A la hora de escribir algunos de los relatos con una fuerte carga espiritual tuve que documentarme sobre diferentes corrientes de pensamiento con el fin de ponerlas al conocimiento público. En este estudio di con la doctrina de Rudolf Steiner, el cual ya conocía brevemente gracias a la obra de Hilma af Klint. 

No comulgo con ninguna corriente en específico; también me formé en la metafísica de la escuela de Conny Méndez. La forma en la que me aproximé a estas corrientes de pensamiento no fue desde el dogma, sino desde el interés de investigar para poder trasladarlo a los relatos y que más gente conozca estas doctrinas por si es de su interés. Animo a que en la lectura del libro se practique el discernimiento, pues es fundamental para tener un pensamiento propio y crítico. 

•          Tu obra también aborda temas de igualdad y salud mental. ¿Por qué consideraste importante incluir estas temáticas en tu libro?

El libro refleja mis valores y estos dos son importantes pues forman parte de mi experiencia vital. Siempre me ha interesado la psicología, cursé algunas asignaturas, y tengo estudios de igualdad de género. 

Por otro lado, en ciertas etapas de mi vida he tenido que convivir con la ansiedad y la depresión, así que hablo desde mi experiencia. Si alguien está pasando o ha pasado por ello puede verse reflejado en ciertos patrones de pensamientos. Además, intento fomentar el pedir ayuda psicológica cuando no se disponen de las herramientas necesarias para afrontar aquello que nos aqueja. Por suerte hay más conciencia sobre la importancia de hacer terapia, sin embargo, aún hay personas que pueden sentir vergüenza o rechazo a la sola idea. Está bien no estar bien.

•          ¿Cómo fue el proceso de recibir feedback de escritores de diferentes edades y clases sociales? ¿Cómo influyó en la evolución de tu libro?

El contar con sus comentarios fue crucial y tuvo mucho que ver en el cambio de rumbo que tomó el libro. En un principio, 99 Cuentos para personas fantásticas pretendía ser un libro infantil que hablara de temas como la cooperación, el cuidado del planeta o la igualdad de género. Por supuesto que estos valores siguen estando presentes, aunque también se abordan temáticas que no veo adecuadas para ese público. Muchos de los primeros relatos fueron descartados, aunque otros están recogidos en la antología. 

Hay un par de relatos en cuestión que fueron los que me hicieron darme cuenta con sus feedbacks de que el libro estaba hablando por si mismo y había dejado de estar dirigido a los más pequeños: “La llamada (1961)” y “Ascensión (1960)”. No solo influyó en la evolución del libro, sino que tomé la decisión de autopublicar.

•          Hablemos un poco sobre tu experiencia de autopublicación. ¿Qué desafíos y recompensas has encontrado en el proceso de autopublicar “99 Cuentos para personas fantásticas”?

Durante meses investigué las alternativas que existen a la hora de publicar. Miré el catálogo de varias editoriales tradicionales, aunque finalmente decidí que quería autopublicar. Esto me permite mayor autonomía y quería tener el máximo control sobre mi obra.

El mayor desafío está al dar a conocer y mover el libro. Es un trabajo en ocasiones ingrato, pues me he encontrado con varias puertas cerradas, pero me mantengo optimista. Si que hay mucha gente que de buena fe está apoyándome con los recursos que tiene para visibilizar la antología. Si algo me caracteriza es la tenacidad y paciencia: no me voy a acobardar por un par de tropiezos. Tengo la fuerte convicción de que mi libro llegará a quien tenga que llegar, ni más ni menos. A veces se hace duro, pero ya era consciente de ello cuando me propuse autopublicar. 

•          ¿Puedes compartir un ejemplo de un cuento de tu libro que consideres particularmente significativo o especial para ti?

Podría dar varios ejemplos, aunque quiero destacar “Ojos sobre la mesa (1935)”. Fue el primer cuento en el que me permití escribir sin restricciones, dejando la lógica a un lado, y convertirme en una especie de Alicia en el país de las maravillas. Me gustó tanto el personaje del bonsái, el cual no aparece en la pintura a la que hace referencia, que vuelve a salir en otros relatos. 

En este cuento viajo al Mundo de lo Absurdo, donde todo está al revés. En ese lugar pongo en jaque todo lo que doy por hecho, ya que el bonsái constantemente desafía mis creencias. Me convierto en una aprendiz que, aunque es un golpe para el ego, también me suscita interés para fluir con la experiencia. 

•          La sinopsis menciona que los cuentos pueden ser leídos de diferentes maneras. ¿Cómo esperas que los lectores se acerquen a tu obra? ¿Tienes alguna recomendación sobre cómo disfrutarla al máximo?

Siempre me ha gustado jugar con los libros e incluso usarlos como oráculos. Con las Meditaciones de Marco Aurelio me ocurre: lo abro al azar para ver que reflexión puedo poner en práctica ese día.

Cada relato del libro es una historia aislada y aquellos que hacen referencia a cuentos anteriores son remitidos a estos en el primer párrafo. Eso sí, sería interesante leer el primer relato antes ya que pone en contexto y sirve de hilo conductor a lo largo de la antología.

Mi recomendación es que cada quién haga suyo el libro. Se trata de interaccionar con él, pues está vivo. Tomarse el tiempo para escanear el código QR que te lleva a la pintura en la que se inspira, observarlo como si de una meditación se tratase, y adentrarse en la lectura. Muchos relatos hacen protagonista al lector, o al menos partícipe cuando le plantea interrogantes para que reflexione. En mi opinión es más interesante tomarse el tiempo con cada relato y todo lo que ello implica para poder tener una experiencia más inmersiva.

•          ¿Cuál fue el aspecto más gratificante de escribir “99 Cuentos para personas fantásticas”? ¿Hubo algún desafío en particular que superaste durante el proceso de escritura?

Ha sido un trabajo de escritura de dos años, pues hubo un estudio de filosofía y metafísica para poder plasmarlo en el libro. El crear un total de ciento treinta relatos, con aquellos que fueron descartados, me brindó la oportunidad de mejorar mi escritura. Ahora siento que dispongo de más recursos que cuando comencé este viaje. 

El mayor desafío fue la incredulidad y falta de apoyo de mi entorno ya que, hasta que no lo vieron materializado, no confiaban en que fuese en serio con este proyecto. Fue frustrante, pero tenía una visión clara de lo que quería hacer y cómo, y no iba a permitir dejarme atrapar por las creencias limitantes de otras personas.

•          ¿Qué tal ha sido la experiencia publicando con Círculo Rojo? ¿Puedes compartir algunos aspectos positivos y desafíos que has enfrentado al trabajar con esta editorial?

Me he sentido muy acompañada durante todo el proceso. Las profesionales que han estado al otro lado me han ayudado en todo lo que necesitaba. Hubo un cambio de editora, pero no afectó en nada al libro.

El mayor desafío fue el proceso de corrección pues, debido a un fallo, se mandó a maquetar el archivo que no contenía todos los cambios necesarios, por lo que tuve que volver a corregirlo por mi cuenta. Aunque, si saco algo positivo en esto es que pude modificar algunos relatos que consideraba que necesitaban una vuelta. 

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