Conoce «El silencio del ADN», la novela de ciencia ficción recién publicada de Enrique Crespo Molera.
¿Qué inspiró a escribir “El silencio del ADN” y qué temas o mensajes clave aborda en la historia?
Hace muchos años escribí un relato corto titulado “Mañana iremos a la compra” que ganó un concurso en la universidad. En él ya transcurrían los personajes principales del “El silencio del ADN” y algunos esbozos lejanos de la trama del libro. Siempre tuve en mente expandir aquella pequeña historia en una novela propiamente dicha. Era una espinita clavada desde hacía tiempo. La inspiración secundaria fue (y es la que acompaña a casi todo lo que escribo), la de reflexionar sobre tecnología y sociedad, sus interrelaciones y, para ello, qué mejor que el género de ciencia ficción “dura” o “realista”, en el que poder describir posibles futuros consecuencia de los avances tecnológicos que nos rodean y rodearán.
La ciencia ficción es como una especie de ensayo sobre sociología enmascarada en una trama ficticia. En “El silencio del ADN” se abordan muchos temas que ya son protagonistas de amplio debate en la actualidad, como la selección genética, inteligencia artificial, realidad virtual, cambio climático y gestión de recursos, privacidad individual, exploración espacial, progreso social sostenible y un largo etcétera. La historia describe y propone una sociedad a finales de siglo XXI desde una visión holística y realista, favoreciendo más la utopía y evitando caer en una distopía única o funcional. Ahí es donde se sumerge a los personajes de la novela y, con ellos, espero que al lector.
“El silencio del ADN” presenta un futuro preminentemente utópico. ¿Qué reflexiones o advertencias le gustaría transmitir a los lectores sobre los posibles caminos que la humanidad podría tomar en términos de tecnología y sociedad? ¿Cómo espera que esta historia influya en su percepción del futuro y la tecnología?
Al escribir la novela quise transmitir la esperanza de que el futuro puede ser genuinamente mejor que la sociedad en decadencia en la que vivimos ahora. La mayoría de historias de ciencia ficción o distopías que se escriben presentan sociedades brutalizadas, profundamente alienadas, apocalipsis tecnológicos y todo tipo de futuros terribles para la humanidad. En ese sentido, “El silencio del ADN” está dentro de esas pocas donde ocurre más bien una utopía general, aunque rodeada de algunas distopías preocupantes (no todo puede ser perfecto).
De las tramas y descripciones de la sociedad descrita, hay muchos mensajes y percepciones que el lector actual puede recoger. Existe una clara intención de mostrar usos de la tecnología que harían un mundo más sostenible, pacífico y con un progreso social real. Actualmente, es inevitable debatir sobre temas científico-tecnológicos para discernir sus potenciales males, dado que la humanidad casi siempre emplea las nuevas tecnologías en usos más o menos perversos en sus inicios. En la novela se describe el tránsito y las penurias que ha tenido que pasar la sociedad a mediados de siglo antes de alcanzar el uso más beneficioso de las nuevas tecnologías. Ahí es donde me gustaría que influyera esta historia y es ese el mensaje subyacente en toda la narrativa. Sabemos que hay y habrá usos perniciosos para la abrumadora tecnología que estamos desarrollando, pero no olvidemos que tras ellos es posible que, de las cenizas de la decadencia, rehagamos una sociedad mejor para todos.
La trama de su libro se desarrolla en un futuro donde una inteligencia artificial gestiona los recursos del planeta. ¿Cómo describiría la relación entre los trabajadores y no trabajadores en esta sociedad polarizada?
Esa es una utopía concreta dentro del libro y con tintes muy distópicos según se mire, y es la parte que más controversia causa en los lectores que ya la han leído. El uso de una inteligencia artificial aprobada y aceptada por unanimidad global (política y socialmente hablando) para gestionar los recursos del planeta de una forma justa, independiente, sostenible y eficaz, ha cimentado la separación de la sociedad entre trabajadores y no trabajadores.
La polarización es tal que no existe apenas relación entre ambas clases sociales y es la separación social más radical que la humanidad ha experimentado jamás. No es realmente un problema al que la humanidad se enfrenta, es un problema para la inteligencia artificial que la gestiona. Por tanto, la convivencia es totalmente inocua y pacífica.
La inteligencia artificial que gestiona los recursos provee de los servicios básicos a ambas clases sociales, de forma que no hay necesidad de interacción entre ambas, viviendo aisladas la una de la otra. Vivir aisladas es literal en la historia, dado que los no trabajadores se aglutinan en barrios y ciudades, denominadas “del silencio”, donde pasan sus vidas anónimas sin que los trabajadores se mezclen en esos espacios urbanos. En lenguaje vulgar, los trabajadores les denominan como “los irrelevantes”.
El descubrimiento de formas de vida microbiana en los satélites galileanos de Júpiter desencadena una serie de eventos. ¿Podría compartir algunos detalles sobre los descubrimientos asombrosos que involucran a la protagonista, Kara?
Kara lidera una de las investigaciones genéticas con la vida hallada en los satélites de Júpiter. Para no destripar nada de la historia, solo adelantar que la trama general se centra en que Kara y su equipo están tratando de conseguir la primera combinación genética estable del ADN humano con el ADN joviano.
Kara se encuentra en una prisión de máxima seguridad y narra los sucesos que la llevaron hasta allí. ¿Qué puede adelantarnos sobre los eventos que la condujeron a su aislamiento severo?
Hasta el final no se revela exactamente el porqué de que Kara esté en una prisión de tales características. Pero cabe intuir pronto en el libro que los descubrimientos genéticos que está haciendo Kara están llamando la atención de algunos poderes sociales, políticos y económicos que podrían situarla en una posición extremadamente “comprometida”.
¿Cuál es el estado emocional y psicológico de Kara mientras narra los eventos desde la prisión?
Ella es un vestigio de lo que fue antes de prisión. Su estado mental está enormemente mermado y carcomido por la responsabilidad y el arrepentimiento. Narrar la historia que la ha llevado hasta allí es una vía de escape para ella y, poco a poco, su motivación y esperanza se irán fortaleciendo, no solo por lo que va contando, sino también por acontecimientos que suceden dentro de la prisión.
¿Cuál es el papel de Kara en medio de los sucesos que amenazan la paz, la sostenibilidad y la privacidad de la sociedad del siglo XXI descrita en el libro?
Ella es la desencadenante principal de esa posible amenaza. No puedo contar nada más aquí 😉
¿Existen personajes secundarios que influyan en su viaje?
Aunque sea una narrativa en primera persona, “El silencio del ADN” tiene personajes secundarios potentes y con sus propios desarrollos, los cuales rodean e influencian a Kara hasta convertirse en otros protagonistas de la historia. La importancia de los mismos es crucial en las decisiones que Kara toma, en sus motivaciones, en su evolución psicológica a lo largo de los sucesos que van ocurriendo… Me consta que hay, al menos, un par de ellos que se convirtieron en favoritos de algunos lectores, incluso más que la propia protagonista.
¿Cómo ha sido escribir desde la perspectiva de un personaje femenino?
Ha sido un reto al que siempre había querido enfrentarme y durante el desarrollo del personaje me he influenciado de múltiples perspectivas femeninas. Sinceramente, creo que esta experiencia me ha hecho crecer no solo como autor, sino como persona. Espero haberme sumergido apropiadamente en la mente de una mujer de finales del siglo XXI.
¿Cuál fue su proceso de investigación para escribir esta novela? ¿Se basó en teorías científicas actuales o imaginó un futuro completamente ficticio?
Provengo de un trasfondo ingenieril, por lo que estoy en contacto diario con nuevas tecnologías. Eso ha sido una ventaja fundamental a la hora de imaginar una sociedad futura, pero cercana en el tiempo. Como decía, esta es una historia de ciencia ficción “dura” o “realista”, es decir, que he tratado en todo momento de mantener un rigor científico mínimo en las predicciones y descripciones que se presentan en la narración. Prácticamente todo está basado en avances tecnológicos que ya están sucediendo. Ha sido realmente un ejercicio de extrapolación a dentro de varias décadas.
El título del libro, “El silencio del ADN”, es intrigante. ¿Podría compartir algún insight sobre su significado y cómo se relaciona con la trama de la historia?
Esta es una pregunta que me hacen a menudo y la respuesta no es fácil. Podría decirse que un juego simbólico de palabras que aglutinan el núcleo de la trama del libro.
De una forma más literal y profética, hace referencia al avance tecnológico menos visible y palpable que se nos viene encima como sociedad: la ingeniería genética. Voy a tratar de explicarme. Hay nuevas tecnologías que nos están influenciando ya (y es evidente que lo harán cada vez más) de manera muy directa, como la inteligencia artificial, la realidad virtual, la computación cuántica o la robótica, por mencionar algunas. Pero se habla menos de la ingeniería genética, de selección genética o de sus consecuencias en medicina, por ejemplo. El salto social que va a provocar va a ser ingente en comparación con el resto de tecnologías, porque estamos hablando de “cambiar” cómo funciona y cómo es un ser humano, nada más y nada menos. Y esa revolución está sucediendo “en silencio”, y algo me dice que va a seguir ocurriendo así.
En la novela, esta es una característica de la sociedad futura; la ingeniería genética influencia y dirige gran parte de los progresos de la humanidad, y lo hace de una forma tan trasversal que es casi silenciosa, es como si siempre hubiera estado ahí entre nosotros. Para la trama esta circunstancia es crucial, porque los peligros de ciertos avances en ese campo pueden provocar cambios no deseados sin ser advertidos.
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