Charlamos con Virginia, la jovencísima autora de “María, la niña mágica en el mundo de las hadas”.
- ¿Cómo surgió la inspiración para escribir “María, la niña mágica en el mundo de las hadas”?
La inspiración es mi hermana pequeña, María, que tiene autismo.
- ¿Qué mensaje o lección esperas transmitir a los lectores a través de la historia de María y las hadas?
Lo más importante es que los compañeros de los niños con autismo les vean como seres mágicos, que jueguen con ellos y no les dejen solos en el patio.
A veces, pueden pensar que hacen cosas extrañas, porque, por ejemplo, miran fijamente un objeto; lo que yo pienso es que en realidad, ven cosas que nosotros no vemos y esa es la idea que quiero transmitir.
También es una forma bonita de que los padres puedan explicar cómo son estos niños.
- ¿Cómo influyó la experiencia personal en la creación de este cuento?
La verdad es que es el todo; yo juego siempre con mi hermana, le cuento historias, le hablo para intentar que ella me imite y hable también. Mi sueño sería ese, escucharla y poder hablar con ella.
- ¿Qué fue lo más difícil de abordar en un tema como el tema del autismo en la historia, para un público joven?
Quería llegar a los niños y creo que al ser yo también una niña puedo inventar una historia que les puede gustar y les haga comprender a los niños con autismo.
- Virginia es muy creativa, por lo que hemos comprobado. ¿Podemos decir que María ha sido su gran inspiración para crear este cuento?
Sin duda. Desde que el “pronóstico” del autismo entra en nuestra familia, ya nuestro mundo es azul. Son niños que necesitan una gran dedicación y al verles más frágiles quieres que el resto de personas lo entiendan. Por otro lado, son niños sinceros, que siempre dicen la verdad, no engañan; en cierta manera deberíamos contagiarnos de su magia.
- ¿Puedes compartir alguna anécdota divertida o memorable relacionada con la creación de “María la niña mágica en el mundo de las hadas”?
Recuerdo un día que pregunté a una compañera de María si jugaba con ella; y me dijo que no porque María “hablaba raro”. (María aún no habla, pero como digo en el cuento, habla con su mirada). Otro día, oí a un padre decir que María “tenía algo mal en su cabeza”.
De ahí surge el cuento; María y el resto de niños con autismo son especiales y mágicos y así deben ser vistos por sus compañeros; y también es un instrumento positivo para que los padres puedan explicar el autismo a sus hijos; su cabeza es perfecta; su memoria prodigiosa (María es capaz de sintonizar en el mismo punto cinco tablets a la vez, quizás mañana pueda ser controlador aéreo…).
- ¿Qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo y cómo crees que ha contribuido a la difusión del mensaje de tu cuento?
Este cuento es una ilusión, como te decía ya nuestro mundo es azul y queremos explicarlo y que estos niños jueguen felices con sus compañeros, y éstos descubran la sinceridad y magia que llevan dentro; gracias a Círculo Rojo hemos materializado este proyecto.
Nos han acompañado, guiado, en todo en un tiempo récord. No es fácil hoy día decir la palabra profesionalidad; creo que es la que mejor define; todo ello desde el cariño, el buen hacer. La distribución también es perfecta; queremos que llegue a todos los sitios, cambiar la forma de ver a estos niños es nuestro objetivo y Círculo Rojo nos ha ayudado en todo. Un 10.
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