Charlamos con el escritor José Manuel Méndez Oliva, autor de la obra “Diccionario de palabra mágicas”
¿Qué te inspiró para escribir “Diccionario de palabra mágicas” y qué te llevó a utilizar un enfoque tan original para definir las palabras?
Todo surgió de un modo natural. Cuando la mili era obligatoria y estaban muy de moda las pandillas, allá por la década de los 80, yo tenía un amigo que se encontraba realizando el Servicio Militar en la Base Aérea de Armilla (Granada), y todos los que conformábamos la pandilla estábamos hasta las narices de que nuestro amigo, que tenía guardias día sí y día no, casi nunca pudiera disfrutar con nosotros muchos momentos de ocio. Pues bien, mi amigo se llamaba Ramón y para definir con las letras de su nombre la pesadumbre de la pandilla por no poder estar con nosotros la mayor parte del tiempo, le dije a mi amigo que era un Recluta Aéreo Militar Obligado a Noctambular. Aquello resultó curioso y todos en la pandilla alabaron esas palabras. A partir de ese momento me di cuenta que la gran mayoría de las palabras podían tener su definición propia solamente con las letras que las componen. Por ello, utilicé desde ese momento ese enfoque tan original para definir todas aquellas palabras que tuviesen las letras adecuadas para conseguir una perfecta definición.
En tu libro, las letras desempeñan un papel crucial en la definición de las palabras. ¿Podrías hablarnos un poco más sobre esta relación entre las letras y las palabras en tu obra?
Siempre he tenido más predilección por las letras que por las ciencias. Para mí los lexemas, los fonemas, los monemas, los morfemas, las letras, las palabras, todos esos elementos necesarios que constituyen el lenguaje, me han llamado la atención desde que comencé a conocer su existencia. Me causaba una sensación muy satisfactoria conocer las raíces de las que provenían las palabras, el sonido de la palabra al pronunciarse, la estructura que configuraba la palabra, la importancia de las vocales en la pronunciación de las palabras. De ahí, que a la hora de definir una palabra con mi estilo propio, busco completar dicha definición teniendo en cuenta todos estos factores.
¿Cuál fue el proceso de selección de las palabras que definiste en el diccionario?
Puro azar. Para mí todas las palabras tienen el mismo valor. Desde la preposición “a” hasta la palabra con más letras del diccionario de la Real Academia de la Lengua que es “Electroencefalografista”, todas las palabras son igual de útiles en el lenguaje. Por tanto, no tuve una selección previa, sino que fueron surgiendo, una tras otra, sin un criterio concreto.
¿Hubo alguna palabra en particular que te resultara especialmente interesante o desafiante de definir?
Sí, hubo una palabra en particular por la que sentía una especial preferencia, ya que siempre esa palabra la he tenido muy presente en mi vida, tanto familiar como profesional. Esa palabra es Responsabilidad. Fue todo un desafío para mí el poder definirla con criterio sin salirme de las letras que la componen y, además la dificultad que tenía por la cantidad de letras que conforman dicha palabra. El resultado fue: “Requisito Especial y Singular de la Persona que Ostenta con Notoria Seguridad, en Alguna Brillante Institución, La Indiscutible Dirección de Algo Difícil”.
¿Qué esperas que los lectores encuentren o experimenten al explorar las definiciones de las palabras en tu diccionario?
Mi objetivo, al crear este diccionario, ha sido definir la palabra a través de las letras que la contiene. Aunque en un principio podría parecer algo utópico de conseguir, he sido capaz de demostrar que el objetivo se ha alcanzado y que, pensando, meditando y reflexionando, se puede definir cualquier palabra con las letras que contiene. Por tanto, espero que el lector o consultor de palabras, que es lo más propio al tratarse de un diccionario, valoren la dificultad de encontrar la definición adecuada de esa palabra consultada y verifiquen que esa definición se produce solamente con las letras que contiene la palabra. Como digo en la nota del autor, yo me daría por muy satisfecho, si solamente una de las palabras que componen este diccionario le hiciera sentir cualquier tipo de emoción o sentimiento, sobre todo de alegría, expresada en forma de sonrisa, aunque sólo sean unos pocos segundos. Habrá valido la pena el esfuerzo realizado.
¿Hay algún mensaje o tema subyacente que quieras transmitir a través de tus definiciones?
El único mensaje que quiero transmitir a la persona que se adentre en la búsqueda de palabras en mi diccionario es el conocimiento del lenguaje que usamos en nuestro día a día, la riqueza del vocabulario que nuestro idioma nos ofrece, el aprecio por las letras y la valoración de lo que representa la palabra en la comunicación oral o escrita.
Como profesor y funcionario administrativo, ¿cómo crees que tu experiencia en el ámbito educativo y burocrático ha influido en tu acercamiento a la escritura y en la creación de este diccionario?
Cuando decidí estudiar la carrera de Magisterio, yo tenía claro que podía ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades y convertirlos en unos auténticos profesionales en la materia a la que se dedicaran. Pues bien, a raíz de la creación de las palabras “mágicas” que iba configurando, me di cuenta de que los niños y adolescentes debían conseguir desde temprana edad manejar el lenguaje e ir aumentando progresivamente el número de términos lingüísticos.
Con este diccionario, los niños pueden aprender a jugar con las palabras, haciendo ejercicios intelectuales que les lleven a conseguir aumentar su vocabulario. Puede llegar a convertirse en un juego de letras de lo más didáctico.
En cuanto a mi actividad como funcionario en el Ministerio de Defensa, mi diccionario me ha hecho pensar muchas veces en crear uno más específico, pues en este Ministerio se trabaja con una cantidad ingente de términos y siglas que son muy importantes para la comprensión de las actividades de los militares profesionales y sus distintos departamentos.
¿Cómo describirías tu relación con el idioma español y cómo crees que eso se refleja en tu trabajo como escritor?
Yo amo profundamente mi idioma. Ahora mismo el idioma español es hablado por cerca de cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Nuestro idioma posee una riqueza tan impresionante y especial que hace que las palabras puedan tener numerosos significados (palabras polisémicas), o para definir algo contamos con muchísimos términos (palabras sinónimas), que a la vez se contraponen entre sí, apareciendo las palabras antónimas.
Al haber creado este diccionario, mi relación con el español es fundamental porque para la elaboración del mismo hay que poseer un gran vocabulario y conocer medianamente bien el idioma, algo que no podría haber logrado en otro idioma por falta de dominio del mismo.
¿Cuál es el mayor desafío al crear este diccionario y cómo lo superaste?
El primer gran reto que tuve en la primera palabra que creé (RAMÓN), sin saber que algún día podría llegar a tener publicado un diccionario como el que les presento, fue encontrar la definición precisa que yo quería hacer llegar a mis amigos y al interesado en las letras que componían ese nombre. Con paciencia y, siendo consciente de la gran riqueza de palabras que tiene el español, pude definir lo que mis amigos y yo queríamos expresarle a nuestro amigo Ramón. A partir de esa primera palabra, que fue muy bien acogida por mis amigos, comencé a buscar otros retos como por ejemplo, definir otras tres palabras, empleando solamente las letras que contienen. Lo fui consiguiendo, y luego fueron cinco más, y luego diez más, y veinte y treinta, y así sucesivamente hasta que tengo creadas más de 3.500 palabras, aunque en este diccionario aparecen algo más de 2.200.
En tu sinopsis mencionas que el diccionario está lleno de magia y fantasía. ¿Podrías contarnos un poco más sobre cómo incorporas estos elementos en tus definiciones de palabras?
Las palabras con las que nos expresamos continuamente en nuestro día a día tienen una importancia capital en cualquier circunstancia de la vida en la que nos encontremos. La mayoría de las personas pueden pedir, preguntar, consultar, comunicar, saludar, responder, agradecer; en definitiva, hablar. Y dentro de esa comunicación con los demás, aparece la palabra. Ya de por sí, el hecho de comunicarnos mediante la palabra es algo mágico, pero si le añadimos que un número importante de palabras tienen su propia definición utilizando solamente sus letras, como he plasmado en esta obra, entonces se convierten esas palabras en magia pura, ayudándonos a conocerlas y apreciarlas sobremanera. La magia y la fantasía hacen de este diccionario, al contrario de la mayoría de los distintos tipos de diccionarios que son serios, academicistas, aburridos… un diccionario de lo más divertido, interesante, curioso, peculiar, único, atrayente y original.
¿Cuál es tu palabra favorita o definición favorita del diccionario y por qué?
Como dije anteriormente, le tengo un especial cariño a la palabra RESPONSABILIDAD, por la gran cantidad de letras que tiene y el gran trabajo que me costó definirla. Pero la verdad es que, aparte de ésta, no tengo más palabras o definiciones favoritas porque todas han sido creadas con el mismo esmero, cariño y entusiasmo. Sí quiero destacar todas aquellas palabras que comienzan por las letras K, Ñ, Q, W y X que han representado para este autor una de las especiales dificultades a la hora de elaborar este diccionario, ya que el idioma español las contempla y yo no podía dejar de incluirlas en esta obra.
¿Crees que las palabras tienen un poder intrínseco o mágico más allá de su significado convencional? Si es así, ¿cómo exploras esta idea en tu obra?
Sí. Estoy totalmente convencido de que las palabras tienen esencia propia, una transmisión íntima que va de persona a persona y hace que la persona que transmite un mensaje sea entendida por la persona que lo recibe. Eso es lo importante de la palabra. En mi diccionario, intento transmitir al lector o consultor de palabras, lo que la misma palabra nos dice con sus letras, en una interpretación muy personal; aunque cualquier otra persona puede definir la misma palabra de otra forma. Como dije anteriormente, el idioma español es muy rico en vocabulario.
¿Qué te gustaría lograr con “Diccionario de palabras mágicas”? ¿Tienes planes de expandir este concepto en futuras obras?
Mi aspiración actual es dar a conocer este diccionario a la mayor parte de los hispanoparlantes, pues les puede ayudar a cultivar el vocabulario, ver el idioma español desde otra perspectiva, sorprenderse ante las definiciones que se hacen de la palabra a través de las letras que contiene, conseguir que se apasionen por las letras y las palabras, hacer pensar sobre la importancia de la palabra en la comunicación; y sobre todo, y lo que es más importante, sentir cualquier tipo de emoción al acercarse a la lectura de cualquier palabra de mi diccionario. En cuanto a los planes futuros respecto a expandir este concepto, me estoy planteando escribir una segunda parte del diccionario pues no dejo de crear palabras que surgen constantemente, porque ya estoy habituado a ello y llevo muchos años haciéndolo.
¿Tienes algún consejo para los aspirantes a escritores que desean explorar nuevos enfoques y formatos en sus propias obras?
Mi consejo a todos aquellos aspirantes a escritores que tienen ideas propias y creen firmemente que su obra tiene que ser transmitida a sus potenciales lectores, es muy simple: que no se desanimen nunca. Hoy en día, hay muchos medios para poder publicar cualquier tipo de obra, bien a través de las editoriales convencionales o por medio de la autoedición. Yo mismo me decidí por acudir a Círculo rojo, una editorial de autoedición que me dio toda clase de facilidades y así logré publicar mi obra, porque en las editoriales convencionales me pusieron múltiples pegas. Las ideas, como los gustos o los colores son múltiples y, cada persona tiene las suyas. Por tanto, solo el autor de su obra sabe del potencial y la importancia de lo que ha creado. Yo, desde aquí, animo a esos escritores noveles a que su obra vea la luz, porque siempre habrá alguien, en algún lugar del mundo, que valore positivamente esa creación artística.
Finalmente, ¿tienes algo más que comentarnos sobre tu obra?
Pues sí. Mi diccionario se puede conseguir solamente a través de las distintas plataformas de Internet, por tanto aconsejo a cualquiera que esté interesado en adquirir un ejemplar, poner en el buscador de Google: “Diccionario de palabras mágicas” y aparecerán las distintas plataformas para solicitar este libro.
Quisiera también decirles que este Diccionario ha tenido un TRABAJO (Tarea que Realiza Alguien Buscando Agarrarse a un Jornal Oficial), hecho con INGENIO (Innumerables Neuronas Generan Extraordinaria y Notable Inteligencia al Organismo) e ILUSIÓN (La Imaginación Logra Urdir Situaciones Inverosímiles, Originales y Novedosas) para ENTRETENER (Efectuar Numerosas Tonterías y Ridiculeces Espontáneas, Tratando que la Espera del Nervioso Espectador sea Relajada) al que LEE (Logra Entender lo Escrito), haciendo a este ESCRITOR (Estando Sentado, Compone Relatos de Intriga, Terror, Odio o Romances) que el ESCRIBIR (Expresar con Signos Característicos, en Renglones Impresos, el Bullir de Ideas Reales) y el HABLAR (Hermosa Acción Basada en el Lenguaje Articulado y Reflexivo) sea su forma de VIDA (Verdaderamente, el Individuo Debe Amarla).
Para finalizar, quiero despedirme con estas dos últimas palabras: ADIOS (Al Despedirme Intuyo Otro Suspiro) y GRACIAS (Generosamente, le Reconozco la Amabilidad, Cortesía, Interés y Atención Señaladas).
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