Charlamos con David Sánchez, autor de la exitosa obra “Mercurio, el negociador. Acto l”
Para quién no te conozca, ¿quién es David Sánchez?
Dificil pregunta. Siempre es raro definirse a uno mismo, pues corres el riesgo de parecer algo egocéntrico, además a mi siempre me ha dado mucha vergüenza hablar de mi vida, así que diré que, David Sánchez es un chico que empezó escribiendo por para despejarse de los estudios y, desde entonces, no ha parado.
¿Cómo nace tu vena escritora?
Desde bien pequeño me ha gustado crear historias. Siempre he sido muy imaginativo, aunque tardé bastante en empezar a plasmarlas en el papel, quizá por la inseguridad del “qué dirán”, quizá por ser demasiado “critico” con mis propios escritos… pero una vez que das el primer paso, te es imposible parar.
¿Cuántos libros has publicado ya?
Este es el segundo. En 2017 publiqué Las Reliquias del Apocalipsis con la Editorial Titanium y ahora, en septiembre de este año (2021) vio la luz mi segunda novela.
¿Qué es lo que más destacarías de “Mercurio, el negociador. Acto l”?
Lo fácil y rápido que se lee, porque es una historia cortita. Todos cuantos se la han leido me comentan eso, además de que el final te deja con ganas de más.
Aunque, personalmente, lo que más destacaría, por lo menos lo que más me gusta a mi de esta historia, es Dante, el protagonista. Me ha encantado escribirlo y desarrollar su historia, porque al final es eso, es su historia y, por momentos, era como si él se pusiese a los mandos del teclado y yo simplemente me limitase a leer sus aventuras.
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
Escribirlo, poco más de un mes. Normalmente tardo más, muchisimo más, porque escribo y reescribo y corrijo y reviso… y no me gusta. Borro y vuelvo a empezar. Muchas veces me surgen ideas para otras historias entre medias y entonces dejo la que estaba escribiendo aparcada, para centrarme en la nueva… Pero con Mercurio, por lo menos con esta primera parte, apenas he hecho nada de eso. Salió del tirón, un par de releídas, pequeños retoques, pero del primer borrador a la historia publicada, practicamente no he cambiado nada.
¿Alguna anécdota que puedas contarnos?
Muchas. Muchísimas son las anécdotas que han surgido durante la escritura de Mercurio, no solo de este primer libro, sino de la historia completa. Este es el último libro que escribí con mi viejo portatil, antes de que decidiese dejar de funcionar despues de 10 años de servicio, por lo que le guardo cierto cariño, ya que lo veo como el cierre de una etapa y el comienzo de otra (porque lo corregí en el portatil “nuevo”, que es el que uso ahora, aunque ya tiene sus añitos). También, por Mercurio tuve que cambiar de móvil, porque el mío (que era un modelo bastante viejo), dejó de funcionar cuando comencé a hablar con Àgata, mi editora, así que para poder mantener el contacto, tuve que comprarme uno “de urgencia”.
Dejando de lado las anécdotas relacionadas con la tecnología, voy a destacar un par de anécdotas más (poque podría rellenar otra entrevista solo con anécdotas, y no es plan que quede demasiado extensa). La primera es que Mercurio ni siquiera estaba planeado. En aquel entonces estaba escribiendo otra cosa, algo que ni terminé, cuando la idea apareció en mi cabeza y, lejos de estar planeado como una novela, era un desquite, para sacar la “rabia y el odio”. Por aquel entonces, hablamos de 2016, me sucedió una cosa que no me gustó y necesitaba calmarme de alguna manera, y esa fue la manera que se me ocurrió. Así que, podemos decir que, aunque suene fuerte, “Mercurio” nace del odio.
Por otro lado, aunque no sea tan anécdota, la portada. Es algo que me gusta hacer, cuando termino de escribir algo, independientemente de si lo vaya a publicar o lo vaya a desterrar al más oscuro rincón del cajón de los descartes, me gusta hacerle una portada. Con Mercurio no era diferente. Así que, con una idea muy clara, “lie” a una buena amiga para que se sacase una foto y fuese la “imagen” de la portada (aunque realmente no era para esta portada en concreto). Con unos colegas hicimos el resto y, cuando la mandé a la editorial, gustó. Ellos, desde la editorial, hicieron unos pequeños cambios y ajustes, pero la definitiva y la que hice con mis amigos, son practicamente idénticas.
¿Qué opinas de la sociedad actual para el trabajo del escritor?
Dicen que leemos menos. Que la sociedad lee menos o, por lo menos, no tiene tanto tiempo para leer un libro “largo”. Hace no tanto escuché en las noticias que los libros de menos de doscientas páginas estaban vendiéndose mejor, porque requerían menos tiempo para leerse y las historias solían ser algo “más simples”, por lo que no requerían tanta atención para seguir el hilo. A mi esto no me parece del todo mal, siempre voy a defender que la gente lea, ahora que cada cual lea lo que quiera, porque hay muchas maneras de plasmar una historia, no todo es leerse un libro de quinientas páginas. Cada uno ha de encontrar la manera más cómoda y la historia que más le guste.
Ahora bien, si que es verdad, y puede que por eso la gente tenga esa idea equivocada de que no se está leyendo tanto, que se está leyendo más en digital, con los libros electrónicos o directamente en los móviles. Así que, supongo que tocará adaptarse a esas nuevas tecnologías, por mucho que, para mí, donde se ponga un libro que se quite lo demás. Pero bueno, aún quedan muchas historias por contar, que se lean pasando páginas o deslizando un dedo por la pantalla es lo de menos.
¿Qué consejo te gustaría darle como escritor a tu yo de hace unos años?
Muchísimos. No intentes hacer las historias “demasiado espectaculares”, ni con muchos personajes, que luego la gente se pierde. No intentes ser pomposo, ni hacer frases demasiado largas. Recuerda, menos es más… Y guarda. Guarda todo en diferentes sitios, porque luego se pierden historias y a tu yo del futuro le da rabia. Pero, por encima de todo, escribe lo que te apetezca.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Depende mucho de la historia que tenga entre manos, siempre intento leer cosas con historias similares, para tomar ideas e inspiración, ver de que manera han enfocado las novelas…
Si tengo que quedarme con quien me impulsó a comenzar a escribir, supongo que diría Rowling, ya que Harry Potter fue una de las primeras sagas que leí, aunque las historietas de Mortadelo practicamente me enseñaron a leer y les guardo un gran cariño. Aún así, para escribir Mercurio, e igual en parte por eso lo escribí ambientándolo en siglos pasados, estaba leyendo El Conde de Montecristo, así que Alejandro Dumas tiene en parte culpa e influencia en la historia.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
En muchos sitios:
En la web de la editorial Autografía
En Amazon
En la web de El Corte Inglés
En la web de la FNAC
¡Y en muchas otras librerías de España!
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
En demasiados. No puedo parar. Hablando el otro día con una amiga que tambien escribe salió este tema y le comenté que estoy metido en, por lo menos, nueve proyectos, entre novelas que estoy escribiendo, ideas sueltas… incluso hay por ahí un cómic y un corto que estoy planificando con mis amigos. Además, hace poco me abrí un blog, El Nido de la Tortuga, que es algo que llevo mucho tiempo queriendo hacer, y ahora estoy subiendo ahí relatos y cosillas de esas que se quedan en un cajón cogiendo polvo y nunca ven la luz… así que, otra cosa no, pero proyectos abiertos tengo para aburrir.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Hay muchas. Cuando entras en este mundillo conoces gente muy talentosa y se te abre un nuevo abanico de historias, más alejadas de las que suelen poblar los escaparates de las librerías. Auténticos tesoros de los que nadie habla, porque no son famosos. Así que en lugar de recomendar un solo libro, os propongo que vayáis a vuestra librería de confianza y busquéis ese libro que os llame la atención, ya sea por la portada, por la sinopsis o porque os a parecido curioso el título. Salid a buscarnos, a los novatos, a los que están empezando, a los que se esconden en lo profundo de las baldas. Salid y encontrarnos, que nosotros, os esperamos en las librerías.
Eso sí, todo esto despues de leer Mercurio, el Negociador.
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