Reseña de «Atrapados en el Atenea Palace» | Por Rubén Rubio
Ana Martín Rebollo logra en «Atrapados en el Atenea Palace» transportar al lector a un viaje que comienza como un sueño juvenil, lleno de descubrimientos y primeras emociones, para luego convertirse en una experiencia inolvidable cargada de intriga. Desde el inicio, la historia engancha gracias a su narrativa ágil y cercana, que permite conectar rápidamente con Anna y Míchel, dos protagonistas tan reales que podrían ser cualquiera de nosotros. La autora captura con maestría la esencia de Grecia: sus paisajes, su historia y su magia se sienten vivos en cada página.
El viaje de estudios que emprenden los personajes no solo es un recorrido por la belleza griega, sino también un viaje interior que saca a relucir las emociones y los conflictos de cada uno. La autora nos crea una atmósfera de ensueño, pero lo que en un principio parece una novela de aventuras y descubrimiento da un giro inesperado que lo cambia todo. La tensión crece conforme los protagonistas se enfrentan a situaciones inesperadas que desafían sus expectativas y los obliga a tomar decisiones difíciles.
El gran acierto de la obra es su capacidad para sorprender. Justo cuando crees que estás disfrutando de una historia de amor adolescente, un giro inesperado lo cambia todo. Este cambio de ritmo y tono mantiene al lector en vilo hasta el final, deseoso de descubrir qué se esconde detrás de los misterios del viaje. La combinación de un estilo ameno y una trama impredecible convierte a esta novela en una experiencia literaria que no deja indiferente. Una lectura tan adictiva como emocionante, perfecta para quienes buscan algo más que una simple historia de amor.
SINOPSIS DE LA OBRA:
Anna es una chica de 16 años que estudia 1º de Bachillerato en un instituto de Zaragoza. Míchel tiene 18 años y cursa 2º de Bachillerato en el mismo lugar que Anna. Pese a asistir al mismo centro educativo ninguno de los dos había coincidido ni se había visto previamente hasta que sus miradas se cruzan por primera vez en el interior de un avión con destino a Atenas. Tanto Anna como Míchel forman parte de un grupo de alumnos y profesores que realiza un viaje de estudios a Grecia. El viaje sirve para que Anna descubra un país que no conocía y para que se enamore de cada uno de sus rincones, a la par que se despiertan en ella sentimientos que hasta la fecha no había experimentado. Los primeros días en Grecia son increíbles, pero lo que en un principio comienza siendo un viaje idílico pronto dará un giro de 180 grados ante un hecho que afectará significativamente a todos los integrantes de este viaje y trastocará sus planes, marcando un antes y un después y poniéndolo todo patas arriba, donde nada es lo que parece.
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