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La verdad sobre la publicación de libros. Quinta parte. Los premios literarios. ¿Sirve ganar un certamen de cuento para ser conocido?| Por Moisés de las Heras Fernández

La verdad sobre la publicación de libros. Quinta parte. Los premios literarios. ¿Sirve ganar un certamen de cuento para ser conocido?| Por Moisés de las Heras Fernández

EN ARTÍCULOS ANTERIORES

En artículos anteriores, que podrás encontrar en esta web, hablé de los certámenes en general, de los certámenes de novela en particular, así como de las consecuencias de publicar con editoriales medianas y pequeñas, pagando o mediante crowdfounding. Continuamos el repaso de las opciones que tiene un escritor para publicar y vender. En este quinto artículo, hablaremos de los premios de cuentos. Haremos una parodia de este fenómeno, que también servirá para conocer si nos beneficia o nos perjudica ganar estos concursos. Y si pueden ganarse Y COMO. Conoceremos los misterios de los certámenes y la decepción que suponen, en muchas ocasiones.

CERTAMEN DE CUENTO, CERTAMEN DE NOVELA.

Si malo es perder o, por mejor decir, no ganar en certamen de novela, más frustrante es aún no ganar en uno de cuento, -que al fin y al cabo son 10 o 15 páginas en total-.

La novela supone un año y pico de trabajo. Son 200 o 300 páginas que tienes que currarte y que pones en juego. Te juegas no poder dar salida a una novela, con lo que te ha costado.

No ganar un certamen de novela es traumático. Pero no ganar un certamen de relato también. Es menos curro, menos tiempo y, si no resulta, puedes escribir otro cuento mejor mañana. Pero también te desanima. Porque parece más fácil ganarlo que de novela. Pero no.

¿Y GANAR? ¿ES ILUSIONANTE O FRUSTRANTE?

Pero en el caso de ganar es, en parte, ilusionante, sí. Y en parte frustrante. A la larga, es frustrante.

Es ilusionante si has ganado pocos certámenes de cuento. Es ilusionante porque hace curriculum. Es ilusionante porque te confirma en tu calidad como autor.

Entonces, ¿por qué dices que es frustrante?

LAS ESPECTATIVAS DE UN CERTAMEN QUE GANAS.

Has ganado, sí, eso no hay quien te lo quite. Pero ¿qué ocurrirá al cabo de un año? Que habrá una nueva convocatoria de ese mismo certamen y tú ya no te podrás presentar, porque no se permite al ganador de años anteriores que se presente a la nueva convocatoria. Ni en las cinco ediciones posteriores. ¡Te habrán quitado la corona para dársela a otro!

Si quieres ganar otra vez, tendrás que hacerlo en otro certamen, con otro cuento diferente.

Total, que el premio, en su nueva edición, es de otro. Otro autor desconocido como tú, con las mismas expectativas de gloria que tú y llevándose, a la postre, el mismo chasco. ¿Dónde han quedado tus expectativas?

Pero, ¿cuáles eran esas expectativas?

¿Hacerte famoso, ser conocido?

Pues déjame decirte que una vez ganes ese premio, (y aunque ganes 50 premios más), seguirás siendo un desconocido.

Ganar un certamen de cuentos no sirve para tu propósito: darte a conocer. Ganas prestigio, si, pero ¿cómo mostrar ese prestigio al mundo? Lo veremos en otro post. Aquí hablamos de los certámenes de cuento.

Seguimos.

CERTÁMENES BARATOS DE CUENTOS.

Por qué, ¿qué mierda de premio literario son accesibles, es decir, se pueden ganar? ¿El que convoca la pedanía de la Sierra de San Jeremías, el tuerto, con motivo de las fiestas patronales? A saber, dónde cae ese poblachón, de cuyo nombre no quiero acordarme. ¿Ése es el premio que has ganado?

La mayoría de los certámenes literarios que se celebran en España son pequeños, por eso los gana gente anónima. A los grandes premios, – que se distinguen porque te pagan por encima de los 500 € -, se presenta mucha gente y más avezada en esto de ganar concursos, cuando no directamente famosos cuentistas. Así que te tienes que conformar con un premio local más accesible.

Te han pagado 200 € por el cuento y tú tan feliz.

¿Y ganar uno tras otro, te lanzará al estrellato? Debes tener cogido el tranquillo, cosa que te explico en el apartado titulado LA TEMÁTICA IDEOLÓGICA, HARINA DE OTRO COSTAL.

AUNQUE PAGUEN MUCHO, SIGUES SIENDO IGNORADO.

Pero incluso si te han pagado 1000 o 1500 €, sigue siendo una localidad pequeña que honra a un algún periodista famoso y muerto, nacido en ese lugar.

Sea como fuere, con premio sustancioso y compitiendo con muchos autores o con cantidad ridícula y compitiendo contra el club de lectura de las viejas de la Sierra de San Jeremías, el tuerto, ganar no te servirá de nada. Seguirás en la misma posición que antes: siendo un desconocido, para la mayoría de la gente.

ESTÁN MAL CONVOCADOS. NO HAY ENTREGA DE PREMIOS.

Además, igual que dijimos con los premios de novela, hay instituciones y ayuntamientos cutres a la hora de organizar también los premios de cuento. O sobre todo los de cuento.

Los hay que ni siquiera celebran gala de entrega.

No suben fotos del premio y los premiados a las redes. Son premios que ni siquiera aparecen en internet, que no tienen una proyección, que no cuentan con un Ceo para hacerlos visibles y darles bombo y platillo.

NO SE HACE PUBLICIDAD.

Buscas en la web de la Sierra de San Jeremías, el tuerto, y no estás. O si estás, no te encuentras. Nadie te encuentra.

Entre las secciones de impuestos, carpeta del ciudadano, tramites y gestiones, servicios sociales y fiestas populares, en cultura y medio ambiente, (tienes que desbrozar), ahí estás. ¡Por fin apareces! ¡Ahí estás!, entre el festival infantil de Navidad y el Día de la bicicleta. Ahí estás, en pequeñito. Allí está tu noticia. Una escueta noticia con algún error en el nombre, si es que tiene usted un apellido poco común. “Fue premiado José Angel Díaz”¡¡Díez, Díez, me llamo Juan Angel Díez!! Eso, en el mejor de los casos.

Y en el título del cuento también hay un error. “Conversaciones con Filomena” “Concierto con la mano izquierda”. No, señor, es “Escuchando a Filomena” y “Concierto PARA la mano izquierda”. ¡¡Lo han escrito ustedes mal!! ¡¡Mi nombre y el título de mi cuento!!

Lo han escrito mal porque les importas una mierda. Les importa una mierda tu nombre, tu cuento, tu premio, (el premio que ellos mismos convocan) y todo. Lo hacen todo mal, deprisa y corriendo, porque tienen que preparar el día de la bicicleta.

¿DÓNDE ESTÁ EL CUENTO?

Y ni rastro del cuento que escribiste, para que la gente se deleite. Así mueren los cuentos. Así mueren los premios.  Así acaban los cuentos premiados. Nadie se hace responsable del destino de aquellos escritos, una vez que se otorgan.

Eso sí, en las bases especifican que “te van a robar el cuento”. Que, una vez ganado, ¡pasa a ser propiedad de la pedanía de la Sierra de San Jeremías! ¿Y por qué santos coj.., si puede saberse? No tiene sentido. Pero, ¡ah!, lo dicen en las bases. (Hay bases que así lo indican) ¡Tócate los pies!

EL CUENTO DEJA DE SER TUYO

Todo un despropósito. Porque se apropian de tu obra ¡para hacerla desaparecer! ¡No la publican! ¡Y ni siquiera el propio autor tiene derecho a explotarla por su cuenta! Una expropiación en toda regla de la que, creo, no son conscientes los propios convocantes del certamen. Porque nadie se ha parado a fijarse en eso.

Han puesto esa cláusula porque sí, porque no la han pensado.

Porque están mal convocados.

ROBAR A UN LADRÓN.

Pero tranquilo, tú te puedes saltar a la torera ese requisito. Porque igual que a ellos se la refanfinfla tu cuento, tampoco se van a ocupar de saber si incumples o no la dichosa cláusula expropiatoria. Además, ya te han pagado.

No creo que se atrevan a montar el pollo y llevarte ante los tribunales por un cuentecito de mierda que ganó 150 € en un certamen perdido en un pueblo de mierda y que no les importa… Además, como en internet no eres visible, no te buscan ni les va a aparecer en tu blog, si tienes. Ahora, eso sí: ¿dónde vas a publicarlo tú, alma de cántaro? ¿En tu blog?

LA TEMÁTICA DEL CUENTO.

Pero lo más decepcionante de todo es la temática que se premia. Si tienes oportunidad, lee cuentos premiados en diversos certámenes. (Si es que lo publican on line, claro, que, a pesar de lo dicho, hay premios que si se publican. Hacen un PDF y lo cuelgan en el Drive. Es fácil)

El caso es que, si lees al azar unos cuantos del año pasado o del anterior o, incluso de hace diez años atras, porque siguen ahí colgados, comprobarás el buenismo de la temática.

“Que malos debían de ser los que no ganaron, cuando se premió este engendro”, pensarás.

Cuentos que no merecerían pasar de la primera página. Cuentos anodinos o cuentos difíciles y pretenciosos.

EL JURADO

Se ve que los miembros del jurado eran unos eruditos a la violeta que tenían mucho miedo a que se les señalase si premiaban otra cosa. Premiando un cuento pretencioso con una estética artificial, creada para ganar, pero que ni por asomo empatizaba con el lector, se quitaban el mochuelo de encima.

Don Rigoberto, ilustre catedrático de la pedanía de San Jeremías, de gran prestigio, dio como ganador a un relato difícil de tragar, como una pastilla de burro así de gorda, pero con elementos estéticos rarísimos. Esquivaba así la posibilidad de que alguien le acusara de ser trivial. Su prestigio de catedrático de fama local estaba en juego.

Porque cuando te presentas a un premio hay que pensar, no solo en el cuento que se premia, sino quién lo premia. Es ahí donde está la madre del cordero.

ESCRIBIR PARA EL JURADO

El cuentista tiene que escribir para los miembros del jurado, no para el público, ni para un lector avezado e inteligente. Por eso sale lo que sale y se premia lo que se premia. Siendo esto así, si has escrito tu relato pensando en un lector inteligente de gran trayectoria e intuitivo a la hora de juzgar la calidad de un texto, significa que eres un autor igualmente intuitivo (o, al menos, así te consideras) y, por tanto, olvídate de ganar.

Tienes que dirigirse a los miembros del jurado, eruditos, sabios, con conocimientos, y no al lector. Y mucho menos al lector intuitivo.

EL OBJETIVO DEL JURADO.

Los eruditos se protegen a sí mismos a la hora de premiar y, por tanto, tienes que redactar un bodrio que esté a la altura. Tendrás que sacrificar sus intuiciones literarias para adaptarse a tales circunstancias. Y entretenimiento, por descontado.

LA TEMÁTICA IDEOLÓGICA, HARINA DE OTRO COSTAL.

Harina de otro costal es la temática ideológica. Cuando el certamen no cuenta con don Rigoberto, de gran trayectoria, sino con miembros del jurado de “otro criterio”, mucho más político que literario, suele acontecer que el certamen lo ganan siempre relatos de temática cerrada.

La temática es libre, supuestamente. Pero sabes que si tratas la violencia de género, el feminismo o la represión en la posguerra, sobre todo la española, (o la guerra civil, directamente) tienes muchas posibilidades de ser premiado.

Como te prometí más arriba, te explico ahora: hay quien tiene cogido el tranquillo a estos certámenes y ganan muchos, ¡muchos premios! Son los llamados “concurseros”

Y se presentan a “certámenes basura”. “Loa a la cosecha de ajos de la Comarca del Pirineo Oriental”. “Temática obligada: homenaje al vino de la Comarca de Castrudito y  a las especies etnológicas autóctonas y su problema con la mosca patatera de la vid”. O peor aún: “la mujer en el plano psicológico social en la estructura climático-ambiental y su influencia en las nuevas generaciones. Dotación de 150 euros, 3 folios máximo. Din A4. Envío por sede electrónica (que falla)”. ¡Y los tíos se presentan! ¡y lo ganan!

Son “los concurseros”

Tienen más de 30 premios en su haber. Pero, ¡ay que ver, qué premios!

Te pongo estas temáticas como ejemplo, aunque hay otras también “buenistas”. Pero estas se llevan la palma.

Si has escrito un cuento sobre unos viajeros en un tren o sobre un crucero traumático donde un pasajero desaparece, olvídate. Vas a quedar segundo o no vas a quedar, siquiera.

Hasta aquí este artículo donde he parodiado mi experiencia y mis conocimientos sobre los premios de cuento existentes en España.

Por cierto, tienes a tu disposición en Amazon todos los certámenes de cuento que he ganado, alguno de los más importantes, para que compruebes por ti mismo que lo que te digo es cierto. Lo tienes más abajo, en mi página de autor.

Si piensas que el cuento es una rampa de lanzamiento para iniciar tu carrera y que se te conozca, esto es lo que te vas a encontrar, también en cuestión de certámenes de relato.

Podrás ganar 200 premios, pero te conocerán en el pequeño mundo literario como mucho. Nunca el lector medio.

En otros artículos abordaremos más temas. Soluciones erróneas y soluciones acertadas para poder publicar y vender tu obra.

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