¿Y si solo pudieras enamorarte mientras duermes? Sergio Soler Cases explora deseo, soledad y tecnología en «E.S.T.H.E.R.»
¿Cómo nació la idea de E.S.T.H.E.R. y qué te hizo retomarla después de 11 años?
La idea de E.S.T.H.E.R. surgió un día que iba paseando por la calle. En aquel entonces trabajaba por la mañana y por las tardes y estaba soltero. Pensé, ¿en qué momento puedo conocer a alguien? La única opción que se me ocurrió fue que debía ser mientras durmiera.
La retomé once años después porque le llegó su momento de una manera natural. He ido sacando mis proyectos cuando se ha ido pudiendo, uno detrás de otro, y sentía que era su hora. Hay instantes en la vida en los que la situación se pone de cara y ves que es justo cuando hay que aprovecharlo.
¿Qué buscabas explorar al mezclar erotismo, tecnología y emociones en una misma historia?
Lo que busco en mis libros es que se mueva algo dentro de la persona que lo está leyendo. En esta novela, la tecnología solo es el canal que he elegido para hacer llegar el erotismo y las emociones a los lectores. Con tanta tecnología existe una desconexión con las personas y en esta novela, trato de reconectar con nosotros mismos, con nuestro cuerpo y las emociones.
Dices que esta novela es una forma de salir de tu zona de confort. ¿Qué descubriste de ti mismo escribiéndola?
Esta novela ha sido un viaje de muchos años y que se sigue escribiendo a cada día que pasa. Ha sido interesante el ver cómo veía el sexo y la sexualidad el Sergio de hace once años y cómo la veo en el presente. Es como escribir un diario y leerlo años más tarde.
El tema de la zona de confort me refiero a que se trata de la primera novela erótica que escribo. Mis anteriores novelas son thrillers, pero son más tirando a la novela negra o de misterio. No sabía cómo iba a desarrollarse ni la acogida que tendría por parte de la gente y he de decir que estoy muy contento de cómo está yendo la cosa.

¿Crees que la tecnología puede realmente satisfacer el deseo humano de conexión, o solo lo disfraza?
Es un arma de doble filo como todo en esta vida. Dependiendo del uso que se le quiera dar puedes conseguir unos resultados increíbles o, todo lo contrario. No hemos de olvidar que existe un mundo ahí fuera que aporta experiencias que no se encuentran a través de la tecnología.
¿E.S.T.H.E.R. es una crítica a cómo vivimos las relaciones hoy en día o una fantasía necesaria?
En ningún momento he pretendido que sea una crítica a las relaciones, sino más bien mostrar diferentes situaciones que le puedan ayudar a la persona que lo esté leyendo desde un enfoque constructivo. No todo es blanco o negro. No puedo hablar de ciertas cosas ya que no quiero hacer spoiler, pero si existieran, serían una salvación para muchas personas.
¿Qué te interesaba más transmitir: una experiencia sensorial o una reflexión sobre la soledad moderna?
En esta novela lo que más he tratado de transmitir es una experiencia sensorial, al jugar con los cinco sentidos. Incluso he incorporado música en el libro con tal de conseguir una mayor inmersión del lector. De una manera indirecta hay partes que te hacen reflexionar sobre la situación de ciertas personas y que E.S.T.H.E.R. puede darles una bocanada de aire.
Beatriz, la protagonista virtual, ¿es solo una construcción ideal o representa algo más profundo para Enric?
Sólo te puedo decir que Beatriz no deja de ser el primer contacto con E.S.T.H.E.R. y es una foto del deseo reprimido de Enric en ese momento.
¿Cómo fue el trabajo en coautoría con Tony Mellado y qué aportó al resultado final?
Con mi amigo Tony Mellado es el segundo libro en que trabajo. Lo hicimos también en Señor Zepol. Trabajar con él es una maravilla. Nos entendemos a la perfección y solo hacemos que sumar el uno en el otro. Él me ha aportado dos cosas por encima de otras muchas que podría decir: coherencia y una mayor conexión con el mundo de las emociones.

¿Hasta qué punto te inspiraste en vivencias personales para dar vida a Enric?
La escritura para mí desde siempre ha tenido un fin terapéutico. Escribo desde los dieciséis años y me ha ayudado en muchos momentos difíciles de mi vida. Cuando la cogí para reescribirla encontré las vivencias y fantasías de mi yo más joven. Me encantó escuchar lo que opinaba de ciertos temas y le he dado un nuevo enfoque, ahora con la experiencia de los años, sin decir cuáles son mías y cuáles son de Enric. Eso es un gran misterio.
¿Qué reacción esperas provocar en el lector al cerrar el libro: deseo, nostalgia, incomodidad, reflexión…?
Cualquier reacción me parece buena, incluso si no les gusta. Eso quiere decir que he hecho un buen trabajo. Al fin y al cabo, lo que busco es que después de haberlo leído les genere algo dentro y que no sea un libro más. Como cuando te tomas una taza de café y lo saboreas después de haberlo bebido.
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