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Una charla con Natalia Salvo Casaús, que ha publicado “Cándida. La maestra de Castiliscar”, con Círculo Rojo.

Una charla con Natalia Salvo Casaús, que ha publicado “Cándida. La maestra de Castiliscar”, con Círculo Rojo.

Natalia, cuéntanos un poco sobre tu inspiración para escribir el libro “Cándida. La maestra de Castiliscar”. ¿Qué te llevó a investigar y contar la historia de Cándida Bueno Iso?

Hacía casi una década que quería escribir sobre la vida e historia de Cándida. Yo he crecido escuchando hablar sobre ella y sobre otras mujeres y hombres de las Cinco Villas aragonesas que dieron su vida por ideales nobles de libertad e igualdad. Son una inspiración, un faro que ha guiado buena parte de mi vida. 

Creo que, aunque de manera muy humilde, contribuyo con la obligación democrática de dignificar a Cándida y, ojalá, de reparar, aunque sea un poquito, su memoria y el triste final de una vida joven que nunca debió acabar como lo hizo ella. Si esta obra puede contribuir, aunque sea con un minúsculo granito de arena, a mitigar ese dolor, creo que todo habrá merecido la pena. 

La figura de Cándida Bueno Iso es realmente interesante y desafía estereotipos. ¿Qué aspectos de su vida te resultaron más intrigantes o sorprendentes durante tu investigación?

Más que aspectos intrigantes o sorprendentes, para mí era fundamental reflejar a Cándida en toda su complejidad. Las personas somos complejas y rara vez respondemos a arquetipos cerrados. 

Cándida era una mujer republicana, que abrazó las reformas educativas profundas de la Segunda República; fue una devota confesa de la Virgen del Pilar y una cristiana practicante; y provenía de una familia poseedora de tierras, que, sin ser grandes tenedores, podían encajar perfectamente en el arquetipo de familia rural anti republicana, y sin embargo fueron defensores de una de las leyes más controvertidas, la reforma agraria. 

Esto es, la historia de Cándida es un espejo de nos devuelve a la realidad de una sociedad compleja en la que pocas personas y familias respondieron de manera cerrada a los arquetipos que la dictadura creó para legitimarse. Las familias republicanas eran, muy mayoritariamente, creyentes. Vivían en la España de los años treinta y no eran ajenas al contexto social. La propia Clara Campoamor afeó a algunos diputados republicanos durante el debate para la aprobación del voto femenino que llevasen a sus hijas a colegios católicos y luego usasen el discurso de la religión para negarles derechos políticos. Ciertamente, hubo una voluntad de desligar el Estado de la Iglesia, así como sectores minoritarios muy radicalizados contra la religión católica, pero eso no es óbice en ningún caso para afirmar que no existía un anticlericalismo generalizado en los sectores republicanos, como ya han demostrado historiadores/as de primer nivel.   

La obra explora la relación de Cándida con la educación y la religión. ¿Cómo crees que estas dos facetas de su vida se entrelazaron y afectaron su destino?

Cándida fue una maestra vocacional que abrazó el ideal educativo y las reformas que implementó la Segunda República. La educación fue una de las bases sobre las que pivotó la acción republicana y uno de los pilares sobre los que se asentó el nuevo régimen. 

Al mismo tiempo, fue una devota de la Virgen del Pilar y una cristiana practicante. Ella rompe el estereotipo que ha llegado hasta nuestros días de que las personas republicanas tenían un problema con la religión. La mayoría de los republicanos eran católicos. Para mí era muy importante visibilizar este hecho a través de la figura de Cándida, pero, sobre todo, reconocer esa faceta de ella porque le acompañó toda su vida.

Natalia Salvo Casaús, autora de la obra. Cándida. La maestra de Castiliscar.

Uno de los eventos clave en la vida de Cándida fue su fusilamiento durante la Guerra Civil Española. ¿Puedes hablarnos sobre cómo abordaste este tema en tu libro?

La muerte de Cándida es uno de los elementos centrales de esta obra. Fue una joven que perdió su vida, como otras muchas, por la virulencia desatada tras un golpe de Estado que derivó en una guerra civil sin cuartel contra todas aquellas personas que defendieron la primera democracia española, independientemente de su grado de implicación con la misma, y por supuesto, aunque no tuvieran ningún tipo de delito. La represión fue desmesurada durante la guerra, pero también durante la posguerra y la dictadura franquista. 

Acercarte al conocimiento de estos hechos siempre es algo doloroso. Es necesario hacerlo con mucho respeto, cuidando al máximo cualquier detalle para evitar por todos los medios caer en la deshumanización, porque eso es otra forma de revictimizarles. 

El libro también menciona episodios de violencia sexual que Cándida sufrió mientras estaba presa. ¿Cómo abordaste el delicado tema de la violencia en tu obra?

Los castigos de género, esto es, la violencia explícita contra las mujeres en conflictos armados ha sido, y sigue siendo, una constante universal. Lo estamos viviendo en la actualidad. Es muy importante que los relatos históricos contengan perspectiva feminista, y atiendan a las realidades que viven y sufren las mujeres por el hecho de serlo.

La violencia sexual fue frecuente en la guerra civil y en la posguerra contra las mujeres republicanas y es necesario, no sólo visibilizarla, sino analizar cómo esta forma de violencia se utilizaba como otro elemento más de coacción y pedagogía del miedo. 

Cándida sufrió reiterados episodios de violencia sexual en la cárcel de Ejea y, además, testimonios orales recogidos por el historiador José Antonio Remón afirman que antes de ser fusilada, fue violada, frente a su hermano Manuel, por tres de sus asesinos. La violencia sexual atraviesa toda la represión que sufrió Cándida hasta el mismo día de su muerte. No es posible entender su historia sin ella.

¿Qué desafíos enfrentaste al investigar y escribir sobre la vida de Cándida y la historia de Castiliscar durante ese período tan turbulento?

Fundamentalmente, adentrarme en un pasado doloroso que afectó a muchas personas y familias en la tierra que me vio nacer, crecer y convertirme en lo que soy. El conocimiento de los pasados traumáticos siempre es complejo, pero cuando te afecta de manera directa todavía lo es más, si cabe. 

¿Cuál es el mensaje central que esperas que los lectores saquen de tu libro?

La importancia de recuperar y dignificar la memoria de todas aquellas personas que cayeron defendiendo la democracia y la libertad. En el caso de Cándida, de aquellas mujeres que nos precedieron a las que hemos llegado después. 

El futuro se construye sobre pilares de un pasado que debemos conocer, reconocer y comprender. La memoria es un imperativo democrático que cualquier sociedad decente que se precie de serlo debe asumir con responsabilidad y generosidad. 

Natalia posando con su obra para Elescritor.es.

Hablemos un poco sobre tu experiencia como autora. ¿Cómo te sentiste al escribir esta obra y compartir la historia de Cándida con el mundo?

Ha sido un proceso muy especial que he vivido de manera intensa. Cándida fue una mujer cincovillesa, al igual que yo. El componente personal ha sido muy fuerte. Algo así como adentrarme en un viaje al pasado que tenía como telón de fondo la tierra que me ha visto crecer, a través de la figura de una mujer tan fascinante como real, que encarna el mejor legado que una sociedad puede transmitir a sus generaciones posteriores. 

Como fundadora y directora de una consultora especializada en igualdad y violencia de género, ¿cómo crees que tu experiencia profesional ha influido en tu escritura?

La igualdad es la pasión que mueve toda mi vida. A ella he consagrado mi pasado, presente y futuro. Es la fuerza motriz con la que hago todo lo que hago. Y ésta sólo es posible alcanzarla conociendo las historias de vida de las que nos precedieron, para darles herramientas de futuro a las que llegarán después. 

Este libro está dedicado a mi hija, es el hilo violeta capaz de unir tres generaciones de mujeres aragonesas que, viviendo en épocas y contextos muy distintos, hemos habitado una misma matria. Es la consciencia hecha obra de que la vida de mi hija no sería la que es sin la mía, y la mía no sería capaz de comprenderse sin la de las Cándidas del mundo. 

Finalmente, ¿qué tal ha sido tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué consejos le darías a otros autores que están considerando trabajar con esta editorial?

Mi experiencia ha sido muy positiva y enriquecedora, y recomendaría a cualquier autor o autora trabajar con el equipo de Círculo Rojo. Te acompañan en todo momento desde el inicio hasta el final del proceso, la atención es exquisita y el resultado se ajusta perfectamente a tus ideas y necesidades. Sólo tengo palabras de agradecimiento para la editorial y todo el equipo humano que hay en ella. 


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