Melania Candela, publica “Time force. El despertar de la luz”, el primer libro de una saga.
Para quién no te conozca, ¿quién es Melania Candela?
Soy muchas cosas. Pero, sobre todo, soy la voz de esa niña que quiere dar a conocer su mensaje al mundo. Soy una trabajadora de la luz que ha venido a despertar espíritus dormidos.
¿A qué edad empezaste a escribir? ¿Cómo nace esa necesidad de plasmar en un papel lo que se te pasa por la cabeza?
Siempre escribí. Desde que empecé a hablar, ya contaba historias. Cuando aprendí a escribir, ya las plasmaba en un papel. Era como poner en orden mis ideas, como un modo de expresión, como un soplo de consuelo. Me sentía feliz, en calma, en mi mundo. Quizás era una forma de evadir la realidad o, quizás, de crear aquella que me hubiese gustado.
Hablemos de tus obras. ¿Cuántos libros has publicado ya?
He publicado cinco microrrelatos en antologías compartidas. Si bien tengo planificada una saga de al menos 7 libros, recién tengo publicado el primero de ellos.
¿Qué es lo que más destacarías de tu obra más reciente?
Creo que el vocabulario elocuente es lo que caracteriza a esta obra. Las voces de los personajes y de la misma narración son simétricas y le dan un toque de misticismo a la historia. También, el contenido con referencias holísticas está claramente definido. Y el mundo de fantasía que se abre ante los personajes, quienes van conociéndose a sí mismos en cuanto avanzan las páginas.
Además, los detalles con diálogos y la descripción de los escenarios vuelve la historia muy visual, casi como si viésemos una película. En este sentido, se rompe la monotonía y se le brinda al lector un quiebre. Por ejemplo, cuando los personajes reaccionar de un modo poco convencional o esperado ante los presuntos conflictos.
Cabe destacar que el misterio y las intrigas circundan la obra.
¿Hay alguna anécdota sobre el proceso de documentación o de escritura que puedas contarnos?
La obra está enmarcada en una cosmovisión holística y científica, por lo que se trata de una mezcla de todos los conocimientos que he ido adquiriendo desde mi infancia. Me he sorprendido a mí misma, descubriendo que, inconscientemente, sincronicidades. Los nombres de los personajes, los lugares, las fechas, entre otras cuestiones. Todo estaba conectado sin que me diera cuenta.
Por ejemplo, siempre visualicé mis historias en climas cálidos y elegí la ciudad de Caracas como honra a una serie que vi de niña e inspiró varios de los personajes. Esa serie era japonesa, pero el doblaje latino fue hecho en Caracas. Entonces, me sorprendí cuando me documenté y descubrí que el clima de esa ciudad resulta ser prácticamente caluroso todo el año.
Otra cuestión fue el nombre de los personajes y sus significados. Sin darme cuenta, las personalidades fueron haciendo referencia al significado de los nombres. Y, en especial, uno de ellos fue inspirado en mi mejor amigo, sin que yo fuera consciente.
Prácticamente, los personajes y la historia fueron creciendo conmigo. Se trata de una recopilación de historias y escenas que escribí de niña y adolescente. Y ahora, se les da una forma en concreto.
Hablemos ahora un poco sobre ti. ¿Crees que ahora los escritores lo tenéis más fácil para triunfar gracias a las redes? ¿O que precisamente eso hace que haya más competencia y cueste más diferenciarse?
Creo que la comunicación de hoy en día vuelve más fácil el darse a conocer. El triunfo depende de muchos factores y las redes pueden ser una herramienta útil, pero no creo que defina el éxito. Pienso que eso se logra con una suma de todas las herramientas. Hay que tener una buena estrategia de marketing y, en especial, confiar en lo que se trasmite.
Todos somos diferentes y somos nosotros quienes tenemos que descubrir eso que nos diferencia y vuelve únicos. Por eso, no creo en la competencia. Creo en la suma de las partes. Hay escritores que pueden dedicarse a un mismo género y ser muy diferentes. Todo es cuestión de la marca personal de cada uno. Y, por supuesto, del público lector. Al fin y al cabo, son los lectores los que nos vuelven competentes. No en sentido de competencia, sino en que somos ese reflejo que los identifica y les da ese aporte para crecer como individuos. Como ya lo dije, tengo una cosmovisión holística. Todo suma y nada se pierde (risas).
¿Qué consejo te gustaría darle como escritora a tu yo de hace unos años?
Me gustaría decirle que no se dé por vencida y que confíe en sí misma. Que todo llega en el tiempo que tiene que llegar. Y que siga creando su destino con un presente alegre. Que nunca deje que otros hagan lo que ella tiene que hacer, que suelte la aprobación ajena y su miedo a triunfar.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Mis autores favoritos de todos los tiempos son Shakespeare, Julio Verne y Jane Austen. Creo que por eso mis historias tienen un lenguaje elocuente y pomposo, buscando encontrar ese toque científico dentro de lo místico y lo inexplicable. Siempre fui muy aficionada a la tecnología y a los avances científicos. Además, la mezcla entre descripciones precisas como las de Verne, con una visión adelantada a su época como la de Shakespeare, vuelven mis relatos únicos gracias a ese toque de romanticismo irónico de Austen.
A su manera, estos tres autores dejaron su marca con la creación de un mundo único para sus lectores. Creo que es lo que aspiro también a hacer.
¿Dónde se puede conseguir tu libro?
En mi propia página web y en la página web de la editorial donde fue publicado.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Si, estoy escribiendo el segundo libro de la saga y planificando las correspondientes precuelas y secuelas.
Tengo en mente la creación de una versión en audiolibro de mi libro actual para el próximo año.
Y, también, el lanzamiento del segundo libro en formato papel, digital y audiolibro.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
La verdad es que no estoy leyendo cosas nuevas en este tiempo. Estoy muy enfocada en mis propios escritos.
Pero, puedo recomendarles que vuelvan a los clásicos. Siempre es inspirador mirar hacia atrás para tomar el impulso de ir adelante.
Las obras de Oscar Wilde, el racionalismo de Descartes, el realismo psicológico de Dostoyevski o el de Tolstói, e incluso la misma retórica de Platón o la filosofía de Confucio.
En otro sentido, atreverse a una lectura como la saga de Harry Potter o Las Crónicas de Narnia sería altamente recomendable. Crecer puede implicar perder la inocencia de un niño, pero esto nunca tiene que determinar la ausencia de fe en un adulto con sueños de niño.
Gracias por la entrevista y por permitirme expresar abiertamente.
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