Manuela Azcuaga, nos habla sobre su obra “Emigrante: La mentira que me cuento”.
¿Qué te inspiró a escribir “Emigrarte: La mentira que me cuento”?
Al viajar y salir de mi burbuja, mi perspectiva de la vida fue cambiando. Pensé que, con los años, seguiría cambiando y, al recordar cada situación desde la Manuela que voy siendo, decidí escribir en un cuaderno de viaje lo que vivía y cómo lo sentía. Ahí noté que ciertos acontecimientos se repetían en mi vida y estaban relacionados con emociones o situaciones que evadía.
El libro se fue gestando a partir de estas vivencias escritas. A medida que viajaba, descubrí otras realidades y formas de vivir. Me di cuenta de que, sin importar dónde estuviera, mi esencia viajaba conmigo; llevando mi realidad, mi visión y mi proyección.
Siento que muchas personas pueden sentirse identificadas con esta perspectiva. De hecho, muchas corrientes espirituales y religiosas abordan estos temas.
Creo que, al ser joven y al dar a conocer mi historia de viaje, también estoy despertando a muchas personas sobre el hecho de que revivimos vivencias que nos resistimos a enfrentar. Es necesario sentir y liberar las emociones reprimidas para desbloquear un nuevo nivel de conciencia, como en los videojuegos, donde vamos pasando de nivel. Somos como Pokemones evolucionando, estamos en nuestra pokebola esperando ser liberados sin ser conscientes de que nosotros mismos tenemos el poder de liberarnos y decir “pikachu, yo te elijo”, enfrentando cada situación hasta trascender el miedo y evolucionar desde el amor.
Por eso decidí escribirlo.
La chispa para publicarlo surgió cuando comencé a compartir esta forma de pensar con gente que encontraba en mis viajes. Me di cuenta de que, a grandes rasgos, todos estamos en lo mismo: en el juego de la vida, creyendo que debemos seguir reglas que hacen ricas a personas un poco más despiertas, que nos quieren ahí, al servicio, bien adoctrinados, jugando el juego de la vida con sus propias reglas y escondiendo el secreto de que cada uno tiene el poder interior de crear lo que cree, tan solo escuchando su interior.
- ¿Cómo fue el proceso de dividir el libro en dos capítulos principales, “Viaje Espiritual” y “Viaje Terrenal”?
Surgió de la necesidad de reflejar las dos etapas fundamentales de mi transformación personal.
En el primero, relato mi experiencia como adolescente al participar en un retiro de lectura de aura con mi madre. Aunque inicialmente lo hice por curiosidad y para compartir tiempo con ella, el retiro se convirtió en un espacio donde, a través de flashbacks de una relación de codependencia, confronté cómo había romantizado situaciones difíciles para evitar enfrentar el dolor. Mientras intentaba escapar de allí, me refugié en el estudio y en lograr tener un departamento perfecto, el auto, la perra; llenando con cosas externas el vacío que llevaba interno por una idea arraigada de no sentirme amada.
Por otro lado, “Viaje Terrenal” describe un viaje físico en el que, buscando escapar de las emociones que había evitado durante tanto tiempo, me embarqué en un recorrido por distintos países. Este viaje me permitió encontrarme con diferentes facetas de mí misma al observarme desde nuevas perspectivas y a través del contexto de cada lugar que visitaba. A medida que exploraba el mundo, también me exploraba a mí misma, integrando esos aspectos que antes había ignorado o reprimido.
Esta división del libro permite al lector acompañarme tanto en un viaje introspectivo, centrado en la conexión interna, como en un recorrido por el mundo exterior, reflejando mi evolución en cada país que voy conociendo.
- En el primer capítulo, exploras temas como la codependencia emocional y la presión social. ¿Cómo lograste abordar estos temas desde una perspectiva adolescente?
Para abordar temas como la codependencia emocional y la presión social desde una perspectiva adolescente, me sumergí en mis propias experiencias de esa etapa de mi vida. Recordé cómo, en mi adolescencia, las relaciones y las expectativas externas tenían un peso enorme en mi identidad y autoestima.
Escribí desde el punto de vista de mi yo adolescente, quien aún no tenía las herramientas emocionales para manejar esas situaciones de manera saludable. En lugar de ofrecer respuestas maduras o soluciones adultas, intenté plasmar la confusión, el miedo al rechazo, y la tendencia a idealizar relaciones y comportamientos, que son tan comunes en esa etapa.
Además, utilicé flashbacks y momentos de reflexión para capturar cómo, de adolescente, internalizaba las presiones sociales y cómo eso afectaba mis decisiones y relaciones. Este enfoque me permitió mantener la autenticidad de la perspectiva juvenil, mientras conectaba estos temas con las emociones y pensamientos que suelen caracterizar la adolescencia.
- Has viajado por numerosos países. ¿Cómo influyeron estas experiencias en la narrativa de tu libro?
En el libro destaco una variedad de destinos alrededor del mundo, cada uno de los cuales jugó un papel importante en mi desarrollo personal y profesional.
A través de estos viajes, no sólo exploré nuevas culturas y paisajes, sino que también me embarqué en un viaje interno que me llevó a un mayor entendimiento de mi misma y del mundo que nos rodea. Cada destino me brindó lecciones valiosas que contribuyeron a mi crecimiento personal y profesional.
Estos destinos incluyen:
Brasil: La energía vibrante de Brasil me inspiró a explorar la importancia de la alegría y la pasión en la vida diaria, influenciando mi perspectiva sobre la felicidad y el trabajo.
Perú: el contacto con la historia antigua y la majestuosidad de Machu Picchu me brindó una profunda conexión con el pasado, enriqueciendo mi comprensión del tiempo y la perseverancia.
España: La historia y la vida cotidiana en España me ofrecieron la oportunidad de sumergirme en una cultura que equilibra tradición e innovación, ayudando a reflexionar sobre mi propia identidad.
Andorra: Este pequeño país en los Pirineos me proporcionó un escape de la rutina, permitiéndome redescubrir la importancia de la simplicidad y la naturaleza en la vida.
Francia: me sumergió en un ambiente de sofisticación cultural y autodescubrimiento de muchos miedos que creía impensables, al encontrarme en un país sin conocer el idioma, sola y sin teléfono.
Italia: La rica historia y la belleza de Italia me inspiró a valorar la importancia del legado cultural y la creatividad en la vida, lo que fomentó la apreciación por las artes y el pensamiento crítico.
Malta: con su mezcla de influencias culturales, proporcionó una lección sobre la resiliencia y la adaptación a través de los siglos.
Portugal: Me ayudó a encontrar un nuevo enfoque en la vida cotidiana al descubrir la serenidad de la vida sencilla y la belleza en la imperfección.
Reino Unido: Su dinamismo e historia me ofrecieron la oportunidad para explorar el equilibrio entre tradición y modernidad, influyendo en su visión del cambio y la continuidad.
Dinamarca: Me enseñó sobre la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y cómo el bienestar social puede afectar positivamente la calidad de vida.
Noruega: La conexión profunda con la naturaleza del todo y el énfasis en la sostenibilidad me inspiraron a reflexionar sobre mi propio impacto en el mundo.
Países Bajos: Contemplé la importancia de la innovación, la tolerancia y la interrelación humana, aprendiendo sobre la convivencia en una sociedad diversa.
- En el segundo capítulo, hablas sobre estados alterados de consciencia y rituales espirituales. ¿Qué impacto tuvieron estas experiencias en tu vida personal y en tu escritura?
Estas experiencias fueron fundamentales en mi desarrollo personal, ya que me permitieron acceder a dimensiones de mí misma que antes desconocía. A través de los estados alterados de consciencia, pude observar mi vida y mis emociones desde ángulos completamente nuevos, lo que me ayudó a comprenderme mejor y a conectar más profundamente con mi esencia.
Estas prácticas no solo transformaron mi forma de ver el mundo, sino también mi manera de expresarlo.
En cuanto a mi escritura, estas vivencias no solo me sirvieron como herramientas de introspección, sino que también enriquecieron mi capacidad para transmitir emociones y experiencias complejas. Permitiéndome traducir sentimientos abstractos en narrativas que resuenan con los lectores.
- El libro menciona el uso de sustancias para evadir emociones y la importancia de la autovaloración. ¿Cómo manejaste estos temas en tu vida y cómo los reflejaste en tu obra?
Durante mi adolescencia, desarrollé una adicción a los dulces, especialmente a helados, postres y tortas. En aquel entonces, pensaba que simplemente los disfrutaba por su sabor, pero con el tiempo descubrí que había una razón más profunda detrás de esa compulsión. A medida que fui madurando, comprendí que recurría a los dulces como una forma de evadir mis emociones, utilizándolos para esconderme detrás de las sensaciones placenteras que me proporcionaban, en lugar de enfrentar lo que realmente sentía.
Este descubrimiento fue crucial para mi desarrollo personal y artístico. En mi obra, exploro cómo diferentes sustancias pueden convertirse en herramientas de evasión emocional. A través de la escritura, busco reflejar ese proceso a través de la importancia de la autovaloración para poder romper con patrones autodestructivos.
Hoy en día, soy mucho más consciente de las sustancias que consumo y de los motivos detrás de mis elecciones. He aprendido a no dejarme llevar por impulsos inconscientes ni por la influencia del inconsciente colectivo. Este proceso de auto observación ha sido fundamental en mi vida y lo he plasmado en mi obra, con la esperanza de que otros puedan también encontrar un camino hacia la autenticidad y el equilibrio emocional.
- La interrelación humana y el impacto de los ultraprocesados son temas que abordas. ¿Por qué decidiste incluir estos aspectos en tu narrativa?
Decidí incluir la interrelación humana y el impacto de los ultraprocesados en mi narrativa porque ambos temas me han tocado profundamente y están intrínsecamente conectados en mi vida y en la sociedad en general.
La interrelación humana actúa como un espejo en el que descubro y reflejo aspectos de mí misma. A través de mis interacciones con otros, he llegado a comprender mejor mis propias emociones, motivaciones y vulnerabilidades.
Por otro lado, los ultraprocesados representan un obstáculo en este proceso de autodescubrimiento y conexión genuina. Estos alimentos actúan como un combustible tóxico que no solo enferma el cuerpo, sino que también enturbia nuestra capacidad de percibirnos a nosotros mismos y a los demás con claridad. La industria de los ultraprocesados nos ofrece soluciones rápidas y convenientes, pero a costa de nuestra salud física y emocional. Nos venden la idea de que ahorramos tiempo o aliviamos malestares, cuando en realidad nos anestesiamos y alejamos de la posibilidad de una vida más consciente y plena.
Al integrar estos temas en mi narrativa, busco exponer cómo las decisiones cotidianas, como lo que comemos, pueden tener un impacto profundo en nuestra capacidad de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Mi objetivo es que el lector reflexione sobre cómo estos elementos están interrelacionados y cómo pueden afectar su bienestar personal y colectivo.
- Has mencionado que “Emigrarte” es un sacudón de gran despertar. ¿Qué transformación esperas que experimenten los lectores al leer tu libro?
Emigrarte está dirigido a aquellos que desean descubrir su poder interno, romper con las estructuras tradicionales y aventurarse en el mundo. Invita a los lectores a escucharse, a sentirse plenamente, a mirarse y enamorarse de quienes son. Les anima a volverse conscientes de su propia inconsciencia y a abrazar sus imperfecciones.
Es una valiosa herramienta para quienes desean alinearse entre lo que sienten, piensan, se dicen y hacen. Para aquellos que quieren salir de su zona de confort y necesitan un empujón, un relato que les cambie el panorama y la forma de ver su realidad.
Mi objetivo es crear una comunidad de personas inspiradas a vivir de manera auténtica, reevaluando las creencias propias e impuestas, cuestionando todo; sin temor a comenzar de nuevo.
- Tu biografía revela un viaje de autodescubrimiento y de ruptura con estructuras tradicionales. ¿Cómo fue el proceso de plasmar esas experiencias en palabras?
El proceso de plasmar estas experiencias en palabras fue profundamente enriquecedor y transformador. Me permitió ordenar mis pensamientos, emociones y acciones, alineando lo que sentía con lo que realmente hacía. Al mismo tiempo, fue un desafío, ya que tuve que derribar muchas estructuras internas con las que me había identificado durante años. Fue como soltar aquello que ya no tenía sentido para sostener y aceptar lo que iba surgiendo en cada etapa.
Escribir sobre la impermanencia de la vida fue liberador. Me ayudó a comprender que lo que hace especial cada momento es precisamente su carácter efímero. Aceptar que las conexiones, aunque sean breves, pueden ser significativas fue revelador. Me encontré con personas que fueron muy importantes para mí, aunque solo compartimos una tarde o unos meses, y al final tomamos caminos distintos. A través de este proceso de escritura, aprendí a aceptar la naturaleza transitoria de esas relaciones y a encontrar belleza en ello.
También descubrí que había muchas situaciones internas que solo podía resolver conmigo misma, en soledad. Escribir me enseñó a fiarme de mi voz interior, a confiar en los procesos de la vida, a madurar y crecer. En cada palabra que escribía, me encontraba a mí misma en un nivel más profundo, en cada lugar que habitaba, en cada etapa que atravesaba.
- Para finalizar, ¿qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo?
Mi experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo ha sido muy enriquecedora y positiva. Desde el primer contacto, me sentí respaldado por un equipo de profesionales que me guiaron en cada etapa del proceso de autopublicación. Recibí consejos útiles sobre cómo mejorar el manuscrito, y me proporcionaron una guía clara sobre los pasos a seguir, lo cual me brindó mucha tranquilidad. Definitivamente, recomendaría Círculo Rojo a otros autores que buscan un acompañamiento profesional y cercano.