Keoma Jiménez Carvajal, nos cuenta todo sobre su obra publicada con Círculo Rojo.
- ¿Cómo surgió tu interés por la poesía y qué te motivó a convertirte en escritor?
Tengo una anécdota muy curiosa acerca de eso, porque cuando era pequeño me regalaron un libro al que yo le daba de lado constantemente porque me iba a jugar a fútbol o con la bicicleta y un día de lluvia que tuve que quedarme en casa abrí ese libro y resultó que era nada más y nada menos que una antología con “El romancero gitano” y “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca, me quedé fascinado con esos poemas y esa fue mi primera experiencia con la poesía. Con el paso de los años gané algún concurso de poesía en el colegio, escribí algún manifiesto en época estudiantil, pasé a escribir en el carnaval, en medios digitales, blogs, etcétera y todo eso me formó bastante y me dio mucha confianza para aventurarme a escribir un libro que a día de hoy son tres.
- En tu obra “Las raíces del averno”, mencionas un viaje cíclico. ¿Cómo exploras la transformación del vacío en belleza a lo largo de este viaje poético?
Pues la exploro desde mi propia experiencia, a raíz de un problema de salud contraje también un déficit de mi salud mental y con mucho esfuerzo, trabajando mucho con las herramientas adecuadas y por supuesto con ayuda profesional, aprendí a verme desde fuera y así poder detectar cuales eran esos vacíos, aceptarlos y convivir con ellos para, de alguna manera, regenerar mi personalidad y escribirlos de una manera bella y también rebelde y hacer poesía con ellos. La estructura interna del libro se divide en un eje cronológico con cuatro capítulos en los que se muestra cada etapa de ese proceso y los poemas son las emociones que estaba viviendo en cada momento de esa transformación.
- Has sido letrista en agrupaciones de carnaval. ¿Cómo influyó esa experiencia en tu estilo de escritura y en tu enfoque hacia la poesía?
Influyó muy positivamente porque aprendí muchísimo y mis compañeros me apoyaban mucho y me daban mucha confianza y libertad para escribir lo que sintiese. Mi escritura era muy reivindicativa, muy comprometida con lo social y lo político y el carnaval tiene un carácter rebelde muy arraigado y era el escenario perfecto para escribir ese tipo de letras. Ahí empecé a mezclar estos temas sociales con otros de índole más poético, siempre intentando rimar versos y fui con el paso de los años acercándome cada vez más a la poesía en mi escritura.
- La poesía comprometida con el camino del progreso y las libertades. ¿Cómo integras el compromiso social en tu poesía y qué mensajes buscas transmitir?
Lo integro de manera muy natural porque el compromiso social ha sido mi forma de ver la vida desde que era muy joven y es lo que he vivido. Yo soy de Pedrera (Sevilla), un pueblo pequeño de una zona rural donde nada sobra y todo lo que se consigue tiene que ser a base de lucha por defender los derechos y las libertades sabiendo que esa es la única manera de progresar. Desde muy joven me impliqué en movimientos sociales, sindicales, políticos, estudiantiles y me involucré en colectivos y asociaciones, eso me ha llevado a adquirir una condición de compromiso como modo de vida y que ahora reflejo en mi escritura casi inconscientemente. Busco transmitir el inconformismo, que las personas que lean mis poemas se paren a pensar y les haga al menos plantearse que el mensaje que intento transmitir probablemente hable de un mundo más justo y más solidario.
- Tu blog “La Conciencia” aborda temas de actualidad y opinión. ¿Cómo impacta tu perspectiva sobre estos temas en tu obra poética?
Muchas cosas que no entran dentro de la obra literaria que publico las vuelco en “La conciencia” a modo de narrativa. Siempre suelen ser artículos de opinión sobre temas sociales y políticos en los que me puedo explayar mucho más que en una poesía ya que no me impongo límites en cuanto a métrica y rima y para poder expresarme sobre algún asunto me sirve mucho para soltar lo que tengo dentro. Algunos de esos artículos los he enviado a concursos de relatos, revistas, blogs y periódicos digitales y me los han publicado así que, eso me da un motivo más para saber que lo que escribo en el blog también me puede servir para una obra literaria si lo adapto como poema, que alguna vez lo he hecho.
- Hablas de participar en certámenes literarios nacionales e internacionales. ¿Cómo ha influido la participación en estos eventos en tu desarrollo como escritor?
Pues más de lo que me esperaba porque he tenido la suerte de ser premiado en muchos de ellos. Cuando ves tu nombre en la resolución del fallo del jurado junto al nombre de escritores y escritoras de otros países del mundo es muy gratificante ese reconocimiento. Eso me hace reafirmarme mucho más en seguir escribiendo en la forma en que lo hago y además me enseña a ser directo y concreto en mis poemas ya que las limitaciones de las bases de los concursos te hacen ser muy preciso y eso también lo vas aprendiendo.
- Tus poemarios, “Cinco Miradas” y “La sal de dentro”, fueron editados por la editorial Círculo Rojo. ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con esta editorial?
La experiencia ha sido muy buena desde el primer momento, me he sentido muy acompañado en cada una de las fases de edición de mis obras y me han hecho sentirme un escritor de la casa. Ya son tres libros y nos vamos conociendo mucho mejor a la hora de la toma de decisiones eso es un punto a favor. Sin duda alguna ha sido un placer trabajar juntos.
- “Las raíces del averno” parece explorar la lucha contra limitaciones y obstáculos. ¿Cómo reflejas esta temática en tu obra y qué mensaje esperas transmitir a tus lectores?
La reflejo de una forma muy real, como ya he dicho siempre desde la propia experiencia y poniéndole nombre y apellidos a cada uno de los miedos, limitaciones u obstáculos. Si no identificamos cuáles son esas limitaciones, no le ponemos cara a esos obstáculos raramente podremos rebasarlos y por eso mis poemas hablan también de eso y no intentan romantizar ninguna situación complicada sino que dicen que bañarse en el mar es muy placentero pero también dicen que te puede picar una medusa.
- En tu sinopsis, mencionas la poesía como aristócrata y plebeya. ¿Cómo equilibras estos aspectos en tu escritura y qué significan para ti esas dos facetas de la poesía?
Es un sentido metafórico de los dos términos que yo mismo me he atribuido. Hablo de poesía aristócrata cuando escribo poesía desde una posición cómoda y que no me implica en nada más que en escribir bonito, que no es poca cosa, y es por ejemplo en los poemas que hablo del amor o de algún recuerdo, desde donde escribo con la comodidad de saber que amo y que soy amado en mi día a día. El término plebeyo lo acuño en este caso a cuando me mancho las manos escribiendo, cuando me bajo al barro y me remango para firmar con mi nombre y apellidos poemas reivindicativos que hablan de compromiso, de rebeldía y de justicia. Al final, mi concepción de la cultura y en este caso de la poesía, es que tiene que ser transgresora y comprometida socialmente porque una cultura que no se implica y una poesía que no toma partido hasta mancharse como decía Gabriel Celaya no me parece ni cultura ni poesía, sino entretenimiento.
- En tu trayectoria literaria, ¿hay algún momento o logro que consideres especialmente significativo o gratificante hasta ahora?
Escribir tres obras para mi tiene un significado importantísimo y el reconocimiento y el cariño de la gente que me lee es de lo más bonito que he vivido escribiendo. Pero probablemente esta última obra ha sido en la que más he trabajado tanto en el proceso de creación como en mi propio proceso personal por el contenido emocional que tiene y porque pienso que he roto barreras que en obras anteriores no he podido o no he sabido y me ha hecho reafirmarme en lo que siento, en lo que escribo, en sentirme poeta y en creer que puedo conseguir muchas cosas que anhelo. Así que la creación y la publicación de “Las raíces del averno” puede que haya sido el logro más significativo que he vivido como escritor.
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