Entrevistamos al fabuloso escritor, Rubén de Marina, nos desvela los secretos de su obra «Amor & ruinas»
Empecemos por lo principal, ¿quién es Rubén de Marina?
Rubén de Marina es mi nombre en homenaje a mi madre. Rubén “o de Marina”, así era conocido en el barrio a las afueras de mi pueblo, Porriño. A lo largo de la carretera nacional 120. Entre árboles y campo. Con camiones, clubs, moteles, talleres, restaurantes y familias trabajadoras como la mía. Desde niño me gustó siempre el cine, la lectura, la música y observar. Dicho así puede sonar místico, pero era así. Tenía una vida con mis amigos, con los deportes que practicaba y otra paralela conmigo mismo que no contaba por pudor. Ahora intento hacer lo mismo, tener esa soledad reflejada, llevarse bien con ella solo suma. Eso sin perder el hilo de amistades importantes, conocer y descubrir lo nuevo. Me resulta primordial. No fui un buen estudiante de los ochenta, ni noventa, así que me puse a trabajar con dieciocho años. Lo combiné después con lo que soñaba, que era hacer teatro. Acabé estudiando interpretación y dramaturgia primero en Vigo y después en Madrid. Estuve con varios maestros, hasta que apareció Fernanda Mistral -actriz argentina -que me cambió por dentro desde la honestidad y humanidad.
Y aquí estoy.
¿En qué momento dirías que sientes la necesidad de empezar a escribir?
Crecer sin referentes culturales en tu entorno familiar o de amistades que te empujen a lanzarte no es fácil. Pero recuerdo escribir desde niño. Una compañera de clase me regaló, escrita a mano, La negra flor de Radio Futura. Con trece años me la estudié de memoria, aún la tengo. Comprendí que escribir un poema era un juego, no una cosa densa como nos hacían creer cuando estudiábamos. Y desde ahí empecé a escribir pequeñas cosas. Decía que eran de otros y eran mías. Ya sabes, si dices que algo es de Mario Benedeti o William Blake la gente piensa en lo que les lees. Y más con dieciséis o dieciocho años. A los veintiuno quemé todos mis poemas en una noche de San Juan y volví con fuerza tras viajar un poco por el mundo. Llegaron después los relatos cortos, pero antes mi primera obra de teatro…
¿Cuántos libros has publicado desde entonces?
Publiqué Bruxismo en 2012, mi primera obra de teatro. Era el comienzo de una trilogía que luego continuó con Serotoninay terminó con Huellas, que iba a ser otra obra de teatro y fue, finalmente, un cortometraje. Las tres hablan sobre la falta de comunicación heterosexual y la amistad. Después llegaron Bocas Cosidas en 2014, La vida no caduca en 2018 y ahora, Amor y Ruinas en 2022.
Espero que 2023 traiga algo nuevo…
Nos consta que, además de escribir, también has hecho teatro, webseries, cortometrajes… ¿es así?
Sí. Además de escribir, he hecho teatro, performances poéticas, episodios en series etc… He escrito guiones de cortometrajes y he dirigido algunos. Intentamos hacer una web serie, pero nos quedamos en el piloto que está en YouTube, al igual que los cortometrajes. En la actualidad estamos montando un documental sobre el Tony´s Club un local mítico de la noche de Vigo, que bien podría estar en cualquier ciudad del planeta. Sin apoyos es difícil hacer algo, cuando el pastel ya está repartido. Pero no puede ser la disculpa para dejar de generarlos.
Hablemos de tu obra: “Amor & ruinas”. ¿Qué es lo que más destacarías de ella?
Más allá de la historia principal que es la vida en ruinas de Marco y la esperanza de que eso lo lleve de vuelta al Amor, para mí escribir esta novela ha sido un viaje de personajes que entran y salen. Que se muestran sin filtro, contados por Marco o Anna Fedorova. Toda esa catarsis que puede experimentar un ser humano hablando de los demás para, finalmente, hablar de sí mismo. Uno se sienta en un bar y solo con escuchar recibe vidas, luego debes transformarlas y darles forma, no juzgarlas. Eso es lo que destacaría de mi novela. Nadie da lecciones, solo cuentan lo que han vivido, lo que hubieran cambiado, lo que desean hacer.
¿Cómo nace la idea de escribirla?
La idea nace antes de la pandemia. Necesitaba escribir la historia de alguien que ha tocado fondo y no tiene miedo a decirlo: “No puedo más. Lo tengo todo, pero ¿quién soy? si no tengo lo importante”. El famoso menos, es más. Pues, todo ello en la vida de un hombre que recuerda su infancia, su pueblo, sus padres, sus amigos, sus amantes. Cómo se enamoró, cómo llegó su hijo… hasta que en mitad de ese viaje de huida para encontrarse la vida le pone un trampolín para lanzarse donde no hay agua limpia. A partir de ahí nace esta novela…
¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura?
Siempre pienso que, si un lector ha encontrado una frase que subrayar, ya he conseguido mi objetivo. Cada lector al leer la novela la lleva a otro lugar. Le pone otra cara a los personajes, los mete en otros decorados. Desea conocer o hacer las cosas que ellos hacen. El trabajo del lector es alucinante porque en mi caso, que me encanta leer, me gusta que me agiten. No leer algo precocinado, sino algo que me inquiete y me haga buscar el por qué. Hoy en día, en que todo el mundo juzga y sentencia, en Amor y Ruinas les va a ocurrir lo contrario, odiaran al personaje principal, pero como con otros de la novela quisieran conocerlo y reírse con él al menos una vez. Si alguien al leer esta novela le pasan esas cosas, genial. Y si no ocurre, un buen lector sabe retirarse a tiempo. La vida es demasiado corta para ciertas cosas.
Creo que decía David Foster Wallace que uno escribe algo que otro después le dará otra vida incluso mejor…
¿Cómo está siendo la aceptación por parte del público? ¿Mejor o peor de lo que esperabas?
Es curioso como el arte te conecta con personas que jamás se hubieran puesto en tu camino. Por eso valoro esa opinión sincera, de cara. Oye, no es mi estilo de lectura, pero me iría con este personaje de fiesta. “Quisiera ser como Lavinia más de una vez”, me ha dicho una lectora. El trabajo de leer, el placer del lector es sacrificado a día de hoy donde domina la inmediatez, lo rápido, lo fugaz. Así que no espero nada más que quién la lea encuentre imágenes. Para quien yo soy, me siento feliz con las críticas que me están llegando, solo me animan a escribir más.
¿Cuál ha sido tu experiencia publicando con la Editorial Círculo Rojo?
Mi experiencia con Círculo Rojo es perfecta. Una editorial que no te miente ya es un lujo. Ellos cobran por un trabajo acordado. Y a mí me compensa. Además de darme facilidades, ayudarme y conocer personas del entorno que han hecho crecer lo ya escrito. Todas facilidades y de cara. A todo eso súmale que los derechos son tuyos. Lo otro ya sabemos cómo es. Hoy en día es una utopía publicar, es puro amor al arte. Básicamente porque si no vas de la mano de alguien del ámbito que aconseja tu forma y trabajo, apadrinado, o con un mecenas, no tienes entrada ni a la sala de espera.
Las grandes editoriales no te leen si les mandas algo, ni casi ninguna de las pequeñas. Así que, o escribes como te mandan o nada. Vamos hacia atrás, como cuando Raymond Carver le decía a su editor: “-pero esto ya no es mi texto. – No, pero escribes para mí”. Bukovski ya explicó perfectamente cómo ya funcionaba todo en su tiempo en su libro La enfermedad de escribir. Y hoy, la carrera de fondo de la necesidad de hacer arte sigue en las mismas manos y pasa por los mismos cortes clasistas para decir tú sí, y tú no. Un debate que no interesa, ni a los de la bandera cultural, ni a los otros. Imagínate Julio Cortázar hoy, cómo lo pondrían. No por como escribía, que también, simplemente y solo al abrir la boca.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir?
Uff. Podría decirte muchos. Pero así que me vengan a la cabeza te diré que leí de todo para saber que me gustaba y que no. Qué tipo de escritor quería ser y cual me parecía la antítesis. Algunos como Sam Sephard, Don Delillo, Hanif Kureishi, Delphine de Vigan, Valeria Luiselli, Vila Matas, Sara Mesa, Mariana Enriquez, Tatiana Tibuelcac, Mircea Cartarescu, Rafael Chirbes, Rosa Montero, Alejandro Zambra, Frederic Beigbeder o Michael Houllebech…se han quedado dentro, podría decirte muchos más.
¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
Pues mira, además de en la propia editorial. La encuentras en Fnac, Amazon, Casa del Libro. El Corte Inglés o Libros CC que te lo envían donde quieras. Amazon hace su propia edición, sin solapas al mismo precio, lo digo porque los libros sin solapas sufren más el deterioro. Después está en mis librerías favoritas uno es Librouro, en mi tierra y ciudad, Vigo. Y la otra Ocho y ½ Libros de cine en Madrid. En los dos lugares me tratan como uno sueña.
¿Y estás trabajando en nuevos proyectos?
Si, he empezado una novela que espero tener acabada para el próximo verano. Un libro de relatos del que ya tengo cinco escritos. Con la pandemia he recopilado todos los poemas que tenía y algunos que he escrito en estos años tan inquietantes. Ojalá salga todo. Empeño y ganas no me van a faltar. Detrás hay personas que empujan y alientan, sin ellas sería casi imposible tener fe.
Para terminar, ¿nos recomiendas alguna lectura?
Si, claro con mucho gusto.
Para los lectores que cuentan las páginas antes de empezar.
“Los amores difíciles” de Italo Calvino
“Intimidad” de Hanif Kureishi, posiblemente la novela que más he regalado,
y que me hizo conocer a mi amigo escritor y periodista Jose Antonio Municio.
Para los lectores constantes los animo con otras.
“El poeta chileno” de Alejandro Zambra.
“Desierto Sonoro” de Valeria Luiselli.
“El infinito en un junco” de Irene Vallejo.
“Cantos de sirena” de Charmain Clift
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