El autor Jota López Fernández, nos concede una entrevista para hablar sobre “El raptor de almas”, obra que ha publicado con Círculo Rojo.
Desde una temprana edad, te interesaste por la lectura y la escritura. ¿Cómo influyeron tus primeras experiencias, como la reescritura de “El Señor de los Anillos”, en tu desarrollo como escritor?
Desde que era pequeño siempre me gustó leer. Me inicié con lecturas más accesibles, como “Las Lágrimas de Shiva” de César Mallorquí o los cuentos de Pere Calders. No obstante, hay algo que me marcó muchísimo a la hora de embarcarme en las aventuras literarias y en la posibilidad de escribir. Me refiero a mi pasión por el cine y más concretamente, mi absoluto amor hacia la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos de Peter Jackson. Comencé a ver esas películas siendo muy pequeño y me marcaron para la posteridad, así que no tardé en sumergirme en los libros de Tolkien. Lo normal hubiese sido empezar por su obra más amena y orientada al público infantil, es decir, “El Hobbit”, pero yo empecé por la trilogía de renombre. En definitiva, el cine me ha influenciado claramente a la hora de descubrir la lectura y mi interés personal por captar la esencia de las películas y su correspondiente puesta en escena, sobre el papel. Por supuesto, se trata de dos medios artísticos diferentes, cada uno con sus características, pero me parece interesante trabajar en los paralelismos de ambos formatos. Desde luego, de Tolkien me llevo su detallismo y la importancia de la descripción, pero Carlos Ruiz Zafón también me ha marcado mucho a la hora de crear atmósferas y ambientes concretos. Reescribir “La Comunidad del Anillo” en unas pocas páginas siendo un crío, me lo tomo como una especie de rito de iniciación, un preludio para lo que vendría después: el descubrimiento de mis otras dos pasiones, la literatura y la escritura.
Tu apodo “Jota Ele” surgió de tus amigos durante la adolescencia. ¿Cómo crees que esa etapa influyó en tu estilo narrativo y en la elección de temas para tus historias?
He tenido la suerte de estar rodeado toda mi vida de grandes amigos. Ellos me han influenciado en múltiples facetas de mi persona. Quizá por eso, hay un elemento que me encanta explorar tanto en las películas como en la literatura, y es el de la pandilla. Ese grupo de amigos compuesto por individuos tan diferentes y únicos, cada uno con sus virtudes y defectos, miedos y fortalezas. Ese clan que, pese a los obstáculos del camino, consiguen darse de la mano para superar al adversario de la historia, sea un accidente de tráfico, una enfermedad, un misterio, un desamor, un fallecimiento, un monstruo terrible o simplemente, una mera discusión. Es decir, el poder de la amistad es algo mágico que se retrata de una manera muy poderosa en los relatos de ambientación ochentera y que tanto de moda se ha puesto en estos últimos años. El club de los Perdedores, la pandilla de Stranger Things… Al final, cualquier tema del que quiera reflexionar, ya sea el miedo, la redención, el fracaso o la valentía, siempre estará ligado al hecho de pedir ayuda a tus seres queridos. La unión hace la fuerza. Me parece un concepto sencillamente precioso. Por supuesto, el haberme iniciado en la literatura siendo muy jovencito y rodeado de amigos, me ha hecho apreciar muchísimo la novela juvenil. Todos crecemos, pero siempre llevaremos con nosotros a ese niño interior que recordamos con nostalgia.
Además de tu pasión por la escritura, te formaste como actor de interpretación. ¿De qué manera esta formación ha impactado tu habilidad para crear personajes y desarrollar tramas en tus obras literarias?
En efecto, una de las primeras cosas que te enseñan en la formación como actor es la de la creación de personajes. Aquí hay dos cosas que destacar. La primera es quizá la más básica, que consiste en dotar al personaje de una historia vital, es decir, un pasado, un presente y unas expectativas de futuro. En ese mismo eje, debes construir una personalidad en la que no deben faltar inseguridades, dudas, virtudes y toda clase de rasgos naturales que podemos detectar en cualquier ser humano que conozcamos. Sin embargo, mi formación interpretativa me ha permitido involucrarme de una manera mucho más cercana en el proceso de creación, y es el hecho de construir a este personaje desde la empatía más humana, cercana y sensible posible. ¿Cómo me sentiría yo, como José Luis, si estuviera en la piel del protagonista de “El Raptor de Almas”, Lucas García, durante esta situación que estoy desarrollando? En otras palabras, a menudo suelo abarcar la creación del personaje como si fuese a interpretarlo en algún momento, ya sea en una obra teatral o en un largometraje.
Tu obra “El Raptor de Almas” aborda temas como la amistad, el amor, el miedo y la valentía. ¿Cómo seleccionas los temas que abordas en tus novelas y qué importancia tienen para ti?
En mi opinión, una obra de ficción siempre va a conservar ciertos guiños o marcas propias del autor. Es algo difícil de evitar. Tu creatividad está condicionada por tus vivencias. Así que, pese a que este libro que acabo de publicar no es ni mucho menos una obra autobiográfica (aunque sí que hay muchos guiños a mi vida personal), la verdad es que me ha ayudado muchísimo a la hora de afrontar varias etapas de mi vida. Como ya he dicho, el valor de la amistad me parece algo importantísimo, así como el amor, que es el motor de la vida. El amor que sientes por tu familia, por tu mascota o por esa persona que te atraviesa el corazón para dejarte una huella imborrable. Por supuesto, el miedo y las dudas se entrometen en todas esas cosas buenas que te ofrece la vida y a menudo solemos pensar que eso es un error, que el miedo únicamente te debilita y te convierte en una persona menos capaz. Pero no es así. La vida es un continuo contrase de negros y blancos y en esa misma escala de grises es donde se encuentra la virtud de todo, ese punto equilibrado en el que gracias al miedo descubres una nueva versión de ti misma, más sabia y preparada. Pienso que no hay nada más valiente que aceptar tu mayor miedo. Por eso me gusta crear historias y personajes repleto de matices e imperfecciones.
Eres integrador social, lo que te ha llevado a profundizar en los aspectos complejos de la sociedad. ¿De qué manera esta perspectiva se refleja en tus escritos, especialmente en “El Raptor de Almas”?
Muy buena pregunta. Supongo que esto va en relación con mi formación actoral, ya que ambas profesiones, pese a ser distintas, se retroalimentan y complementan de alguna forma. Me ayuda a ser un mejor observador del mundo que me rodea. De nuevo, la importancia de la empatía, el saber ponerse en la piel de la otra persona, me resulta crucial tanto como actor, integrador social o escritor. Además, también te ayuda a poseer una mirada más crítica. Resulta muy fácil posicionarse del lado de la opinión pública, de lo políticamente correcto y dentro de la zona de confort de una sociedad que va sobre raíles. No me gustan las etiquetas. Odio los extremos. Por eso, me gusta investigar dentro del fango. ¿Por qué no hacemos el esfuerzo de entender un poco mejor los motivos que hay detrás de esa mala decisión, esa terrible situación o esa actitud deplorable? Por supuesto, no busco justificar las cosas malas que ocurren en el día a día, pero por lo menos, intentemos hacer trabajar a nuestro cerebro. Reflexionemos. Debatamos. No juzguemos a la mínima. Es una lástima que esto esté desapareciendo. Nos hemos convertido en un rebaño de ovejas. En cierto modo, he intentado plasmar la importancia del pensamiento crítico en varios pasajes de la novela. Los personajes no son perfectos, se equivocan, aprenden y también se corrigen.
Tu primera novela, “El Raptor de Almas”, se centra en Lucas García y su experiencia en Madrid. ¿En qué medida tus propias vivencias o entorno influyeron en la creación del escenario y los personajes de la historia?
Esto es bastante gracioso y es que pese a que la novela está ambientada en Madrid, he estado muy pocas veces en la capital y tampoco es que la haya explorado muy a fondo. Para mí hubiese sido más sencillo ubicar la historia en mi propia ciudad, aquí en Barcelona. Pero al igual que el protagonista, cuando empecé a escribir las primeras líneas del libro, yo también necesitaba un cambio de aires. Empezar de cero. No llegué a mudarme, pero sí que comenzé un nuevo ciclo repleto de cambios. Por eso elegí ese escenario, para evadirme aún más como escritor y también, para ponerme un reto muy divertido. He tenido que ver muchos vídeos, fotografías y empaparme de contenido visual para recrear la ciudad de Madrid en mi cabeza. Google Maps ha sido mi mayor aliado durante todo este proceso.
En cuanto a los personajes, diría que fue mucho más sencillo. No quería crear réplicas de mis amigos, eso sería aburrido y demasiado fácil. Por eso trabajé en una pandilla completamente salida de mi imaginación, una de la que yo querría formar parte si existiera en verdad. Los amigos de Lucas son lo primero que imaginé en mi cabeza, antes que cualquier cosa. El diseño del grupo lo tenía muy claro en mi cabeza.
“El Halcón” es un personaje intrigante en tu novela. ¿Qué inspiró la creación de este antagonista y qué mensaje o sensación esperas transmitir a los lectores a través de su historia?
Diría que en una primera instancia, El Halcón parece sacado de una novela negra o quizá de un relato noventero. Supongo que mi mayor influencia reside en el famoso asesino del Zodiaco, de quien David Fincher realizó una película. Sin embargo, lo de aquél tipo era algo mucho más escabroso y gratuito. En “El Raptor de Almas” no hay nada que ocurra al azar, pese a que pueda parecer que sí. Todo tiene un propósito. Al tratarse de una historia de ficción, me puedo permitir ser mucho más juguetón como escritor. Me gusta jugar con las expectativas del lector y adentrarnos en una especie de divertimento detectivesco. Hay muchos flecos sueltos y aspectos por descubrir. Como explicaba antes, me interesa trabajar personajes con matices y justificar las acciones del héroe de turno siempre será algo sencillo. Pero profundizar en los intereses, justificaciones o motivaciones del villano es algo más complejo y desafiante. Veamos qué pasa si observamos las dos caras de la moneda. La reluciente es muy fácil de admirar, pero la mugrienta también tuvo un pasado y quizá no siempre fue así. ¿Por qué existe el mal en este mundo? ¿Nacemos con ello o el transcurso difícil de la vida puede ser el causante de que el mal brote, poco a poco, en el corazón de alguien que antaño fue bueno?
Después de publicar “El Raptor de Almas”, ¿cómo ha sido tu experiencia trabajando con la editorial Círculo Rojo? ¿Qué consejos darías a otros escritores que consideran publicar sus obras?
Mi experiencia con Círculo Rojo ha sido fenomenal. Te dejan bastante libertad para proceder como consideres, pero al mismo tiempo, te guían de una forma muy profesional y dedicada, poniendo énfasis en las necesidades o características de cada escritor. Al final, es el autor quien posee la mayor responsabilidad de cara a la calidad de su obra, ya que, por poner un ejemplo, puede detenerse y revisar las veces que haga falta algún punto o etapa del proceso. Esto me da mucha tranquilidad, percibiendo una relación de confianza enorme entre la editorial y el autor, confiando en los tiempos necesarios o en las opiniones o consejos de ambas partes. Al final, cuando ves con tus propios ojos el ejemplar impreso, con su preciosa cubierta o el atrapante olor de las páginas, no puedes evitar esbozar una sonrisa enorme, porque estás sujetando entre los dedos ese mismo documento que durante tantos años te empeñaste en finalizar, concluyendo una historia que se postergó durante años. Es algo precioso. Un sueño hecho realidad.
Respecto a la segunda pregunta, yo simplemente les diría que no tengan prisa, que disfruten del proceso y que investiguen mucho. Hay muchas opciones para darse a conocer. Sobre todo paciencia, que perfeccionen e insistan todo lo que puedan en su obra hasta ponerse en contacto con una editorial. Luego, la transparencia y confianza me parece algo fundamental.
Actualmente estás trabajando en tu segunda novela y una antología de relatos cortos. ¿Puedes compartir algo sobre estos proyectos y cómo se diferencian de tu primera obra?
Por supuesto. Para empezar, te diré que esta segunda novela no es la obra que quiero o me apetece escribir. Es el libro que necesito escribir. Realmente lo necesito. Sin duda va a tratarse de una historia muchísimo más personal, madura y emocional. Creo que va a ser algo precioso y bastante complicado, espero no tardar tantos años en acabarlo como con “El Raptor de Almas”. Aún está en una fase muy temprana, tan solo llevo escritos unos tres capítulos y todavía me falta perfilar el esquema de todo el relato. Aunque puedo adelantarte que en esta ocasión se tratará de una obra muy coral, con varios protagonistas y muchos personajes secundarios. El punto de vista del narrador pasa a ser omnisciente, en lugar de la primera persona subjetiva del anterior libro. Me apetece reflexionar sobre la sociedad, las personas y su forma de relacionarse desde una mirada mucho más amplia y objetiva, casi divina. Respecto a la antología de relatos cortos, puedo decirte que el género elegido es el del horror. Quiero desafiar al lector con historias realmente duras, terroríficas e incluso desagradables. Tengo muchas ideas realmente buenas y potentes, pero quizá no necesitan de una duración mucho mayor. No todo tiene porqué acabar convirtiéndose en una novela. A veces, menos es más.
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