El autor de “Una Vida Inmortal”, Jacques S. Roch, nos cuenta todo sobre su obra publicada con Círculo Rojo.

“Una Vida Inmortal” aborda temas profundos y enigmáticos relacionados con la vida y la espiritualidad. ¿Qué te motivó a escribir un libro con un enfoque tan amplio y profundo?

Es difícil responder a esta pregunta en pocas palabras; al regresar a España tras largos años viviendo y trabajando en África y Sudamérica, me sorprendió la visión de una sociedad hedonista, volcada en la materialidad y la satisfacción inmediata de sus deseos más dispares, del consumo ostensivo, etc., etc., y al parecer, paradójicamente, insatisfecha, angustiada y frustrada. La visible falta de una dimensión espiritual en las personas motivó que escribiera Una Vida Inmortal, a partir de mi propia experiencia de un cambio radical de mi vida hasta entonces igual de hedonista y de falta de espiritualidad como la que que estaba ya, por aquél entonces, observando en los demás.

El libro menciona la influencia del Kundalini y la importancia de despertar de un sueño hipnótico. ¿Puedes compartir más sobre cómo estos conceptos influyen en el mensaje central de tu obra?

La idea del sueño hipnótico que envuelve a la humanidad es una de las constataciones centrales de las enseñanzas espirituales de las escuelas internas del Cuarto Camino. Esta enseñanza fue introducida en Occidente, concretamente en Rusia, por G.I. Gurdjieff a principios del siglo pasado. El Kundalini es una idea mal comprendida y, por lo tanto, falseada por una multitud de charlatanes “espirituales”; éste no es más que la consecuencia del bajo nivel de conciencia de las personas que sueñan que están despiertan cuando, en la pura realidad, están roncando profundamente con los ojos abiertos; es la consecuencia de la caída del primer Hombre, del Adam Kadmón cabalístico, en la materia, como resultado del Pecado Original; por lo tanto, se trata de una auto-hipnosis, creerse, por ejemplo, mucho mejores de lo que realmente son y desde luego, con respecto a los demás, y actuar erróneamente como consecuencia de todo ello. El Kundalini no es más que su expresión (la caída de en la materia, en los deseos, etc.) en la vida cotidiana de las personas materialistas.

En tu biografía mencionas que has vivido en tres continentes y eres un estudioso de las tradiciones esotéricas. ¿Cómo han influido estas experiencias en tu perspectiva y en la creación de “Una Vida Inmortal”?

Ambas circunstancias tan especiales fueron decisivas para mi propio despertar, aunque fuera por sólo unos breves instantes. Se necesitan muchos años de práctica dentro de una auténtica escuela interna, como la del Cuarto Camino(¡existen otras, claro!), bajo la orientación personal de un verdadero maestro espiritual, para lograr un estado de conciencia superior al ordinario que no es más que sueño, como vimos. Si combinamos mi experiencia en dichas escuelas con el resultado de un cambio radical de vida, en pos de un sueño que nos parecía casi imposible de realizar, tanto para mi joven esposa como para mí mismo, tendremos como resultado de todo ello: Una Vida Inmortal.

El último capítulo del libro habla de tu experiencia en un remoto pueblo de pescadores en la costa venezolana. ¿Qué lecciones cruciales extrajiste de esa experiencia y cómo influyó en tu vida y en tu escritura?

R. Muchas y muy importantes para mi propia evolución como ser humano, pero destacaría la enorme capacidad por superar todo tipo de obstáculos y peligros que inevitablemente aparecen y aparecerán en la vida de las personas y que no ponen en juego porque simplemente prefieren quejarse o lamentarse de su mala suerte. Mi experiencia de 6 años de vida en un remoto pueblo de pescadores, en el extremo nororiental de la península de Paria en Venezuela, supuso quemar las naves, dejando atrás un vida confortable pero rutinaria y materialista al máximo. Observando muy de cerca la valentía y la resignación  de aquellos pescadores y campesinos en la aceptación de todo tipo de desgracias, sin ningún tipo de quejas sobre su mala suerte, con una sonrisa en la boca y bravura para rehacerse, me hizo replantear muchas cosas y ver lo que no iba bien en mi interior. Mi escritura se volvió más directa, simple, concisa, humilde, incluso, diría yo, al estilo de la vida de aquellos inolvidables pescadores venezolanos.

Hablas de la juventud desconocida de Jesucristo en compañía de los brahmanes de la India. ¿Qué te llevó a explorar este aspecto menos conocido de la historia cristiana y qué descubrimientos interesantes compartes en tu libro al respecto?

Un libro muy difícil de encontrar de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, líder religioso de los ahmadíes, miembros de una confesión esotérica del Islam, editado por la Comunidad musulmana Ahmadía. En él, se mencionan muchas cosas desconocidas por la mayoría de la gente, como por ejemplo, que  Issa o Jesús pasó la mayor parte de su misteriosa juventud en países del Asia central y la India en busca de las 10 tribus perdidas de Israel que desaparecieron del mapa, tras la primera gran destrucción del Templo de Jerusalén en el 587 antes de nuestra era, por el ejército babilónico. Issa acabó siendo iniciado por los brahmanes de la India y tras la misma, regresó a Palestina para enseñar a los suyos. El capítulo 6º de mi libro titulado Eli Eli Lema Sabachtani? (en arameo: Dios mío, Dios mío ¿ por qué me has abandonado?) trata de esta circunstancia y también que Issa o Jesús no murió en realidad en la cruz sino que, según los ahmadíes, fue bajado inconsciente de la misma y curado por José de Arimatea y Nicodemo con un ungüento a base de mirra (detalle recogido en los evangelios) llamado Marham-I-Issa, luego, al parecer, no resucitó.

¿Cómo fue el proceso de integrar citas de escritores y maestros espirituales, como G.I. Gurdjieff o el Dr. Maurice Nicoll, en tu obra? ¿Cómo crees que enriquecen la narrativa?

Una Vida Inmortal es una extraña narración lleno de citas de grandes pensadores y maestros espirituales la mayoría de ellos desconocidos del público e incluso diría, de los eruditos en la materia; añadir que el estilo es directo y la lectura adaptada a todo tipo de lectores. La idea era que sirviera de cauce transmisor – como las aguas de un río que no me pertenece –  aguas de sabiduría de enseñanzas que fueron reveladas a un grupo muy seleccionado de buscadores. Por ejemplo, muy poca gente conoce a grandes maestros espirituales como G.I. Gurdjieff, P.D. Ouspensky el que fuera su discípulo más brillante, el Dr. Maurice Nicoll o Rodney Collin, por citar a los más importantes, si  exceptuamos a Buda o a Cristo.

En tu biografía, mencionas que eres astrofísico y físico fotovoltaico. ¿Cómo se entrelaza tu formación académica con tus exploraciones espirituales y filosóficas en “Una Vida Inmortal”?

Debido a mi formación científica debo reconocer que, gracias a la ciencia positivista, es decir puramente materialista y por lo tanto, anti-metafísica, ésta ha logrado enormes éxitos en el terreno del conocimiento humano como, por ejemplo, penetrar en los ladrillos que conforman el universo: teoría de los quarks, modelos cosmológicos muy exactos, etc., y el impacto de la tecnología, en nuestras vidas que produce, a un ritmo vertiginoso, portentosos inventos. Cada vez sabemos más acerca de la composición de la materia que compone el gran lienzo del universo y cada vez menos sobre el Espíritu que lo diseñó, acerca de esa extraordinaria mente que está detrás de él, es decir, la mente de su pintor, de su Creador. Hablo acerca de ello en mi libro, haciendo especial referencia al Principio Antrópico que trata precisamente de este enigma que se esconde dentro de otro gran misterio que la ciencia positivista sola jamás podrá resolver.

¿Podrías compartir alguna anécdota o experiencia personal durante la escritura de “Una Vida Inmortal” que haya dejado una marca significativa en ti como autor?

Recuerdo con amargura como la materia prima del libro que estaba recopilando estaba concentrada en un gran cuaderno de notas cuyas páginas estaban casi todas ennegrecidas con un montón de anotaciones, ideas, citas, etc.; lamentablemente se extravió en una mudanza, es decir más de dos años de trabajo perdidos, ya que no tuve cuidado de convertir dicho cuaderno en un archivo word y así tenerlo a resguardo en mi ordenador ¡Tuve que reescribirlo todo desde el principio! Entonces tuve que sacar lo mejor de mí pues no soy un escritor profesional de novelas o de cualquier otro género. Indudablemente aprendí mucho de todas aquellas lecturas que me llevaban a otras, como si un hilo conductor invisible me las dictara y las enlazara con un determinado propósito que por aquél entonces, apenas alcanzaba a comprender su significado.

El libro promete marcar un “antes y un después” en la vida del lector. ¿Cuál es el mensaje fundamental que esperas que los lectores encuentren en tu obra y cómo esperas que impacte en sus vidas?

Desde luego, y del autor también. Escribir  Una Vida Inmortal implicó 4 años de intenso trabajo y sacrificios personales y todo quedó resumido en sus 608 páginas. Tuve que buscar, leer y releer más de 160 libros, algunos de ellos en raras ediciones agotadas desde hacía ya mucho tiempo atrás, y/o en otros idiomas, etc. Aprendí mucho de todos ellos, hallando, gracias a su inapreciable mediación, las fuentes de mi inspiración. Escribió, una vez, el gran poeta francés Paul Valéry a propósito de este “ antes y después” (y que cito en la introducción de mi libro) que: «La inspiración no consiste en el estado en que se encuentra el poeta cuando escribe, sino en el estado en que el poeta que escribe espera poner a su lector».Con toda humildad, espero haberlo conseguido.

¿Qué tal ha sido tu experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Cómo ha sido el proceso?

Excelente. La asistencia y colaboración de todo el equipo de Círculo Rojo: Dirección, Maquetación, Comunicación, etc., todos ellos magníficos profesionales; quisiera agradecer personalmente el enorme esfuerzo de Alicia Roma, correctora ortotipográfica de Una Vida Inmortal por su implicación personal para que saliera la mejor edición posible del manuscrito, un manuscrito complejo, profundo a todo nivel, con centenares de citas y notas aclaratorias; su trabajo ha merecido mi más sincero reconocimiento y, por ello, figura en la Lista de Agradecimientos que aparece al final del libro.

Finalmente, comentas que la obra estaba destinada en un principio a un círculo restringido de lectores. ¿Cómo ha sido la recepción del libro y cómo crees que ha sido su impacto en aquellos que han tenido la oportunidad de leerlo?

Es todavía muy pronto para conocer cómo ha sido su recepción pues lleva muy pocos días en las plataformas digitales y en las librerías físicas, pero puedo asegurar que aquellos que lo han leído les ha ha causado un impacto, un desconcierto también porque no habían leído nada parecido. Temía que fueran indiferentes a los temas que abordo: religiones y leyendas antiguas, la vida desconocida de Cristo, el mensaje cristiano que no conocemos, al menos en mi caso, durante mi niñez, recibiendo lecciones de catecismo en aquella iglesia italiana de Dar al Baida, la actual Casablanca, capital económica de Marruecos, a finales de los años sesenta del pasado siglo; clases de religión sin entender realmente nada del mensaje evangélico y oraciones aprendidas y recitadas como loros sin jamás profundizar en lo esencial, en su significado esotérico, es decir no literal. Añadí, un poco a la aventura, el último capítulo que lleva el título del libro, relatando los  ya lejanos, extraños, duros, pero incomparables años, vividos en compañía de aquellos rudos pescadores venezolanos, contados desde una perspectiva humorística, pero que no disimula su autenticidad; son hechos bien reales, y en el fondo, obra como una especie de revulsivo en la mente del lector que percibe, al leer dicho capítulo, que su escala de valores posiblemente esté equivocada en su mayor parte.

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