Descubre “El tambor alado de Hécate”, de Madeleine Jordà Billinghurst
¿Quién es Madeleine Jordà Billinghurst? ¿Cuántos libros has publicado? ¿Cómo nace la idea de escribir tu obra más reciente?
Soy funcionaria docente en un instituto de secundaria de Mallorca, dando clases de inglés. En mi tiempo libre me dedico al estudio y a la traducción de la poesía inglesa de Fernando Pessoa. Soy Doctora en Historia de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de las Islas Baleares. Mi tesis, La poesía inglesa de Fernando Pessoa, publicada en 2017, obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude. He publicado, además, otros tres ensayos: El laberinto poético de Fernando Pessoa. 35 Sonnets (2002), Sexualidad y Esoterismo en Fernando Pessoa (2006) y «Pérfido hebreo». Política, teatro y poesía en el sermón de Fray Hortensio Paravicino (Círculo Rojo, 2022). También publiqué hace unos años tres poemarios, uno en inglés, otro en catalán y el tercero en inglés. No son traducciones uno del otro, sino que son totalmente diferentes. Al ser de madre inglesa y de padre mallorquín, mi doble cultura me permite pensar, escribir y hablar cómodamente en los tres idiomas, ¡incluso en una sola frase! Esta característica la compartimos mis hermanos y yo, y suele hacer las delicias de los oyentes que no están acostumbrados a oírnos. La presente obra, El tambor alado de Hécate, recoge la mayor parte de la producción poética de esos tres poemarios (escritos entre 1988 y 2006), más un poemario nuevo (escrito entre 2021 y 2022), que da título al libro. En algún que otro de estos poemas, doy a conocer este trilingüismo intrínseco de mi personalidad, con el que muchos lectores de cultura dual se identificarán.
El tambor alado de Hécate es un canto a la diferencia, pero no como derecho, sino como obligación. Dios nos guarde del día en que toda la sociedad sea igual y tengamos miedo a la diferencia. Hablo de la diferencia desde cinco perspectivas diferentes, en cinco poemarios diferenciados. El primero de ellos, El cielo tiene agujetas, representa la diferencia desde el punto de vista del hombre en la naturaleza. El segundo poemario, El sueño de Troya, representa la diferencia en nuestras ambiciones y en nuestra identidad más profunda, al lado de una sociedad hipócrita y falsa. El tercer poemario, El brazo de tu robustez, estudia la diferencia en el ámbito del amor y el desamor. El penúltimo poemario, A fe mía, busca la diferencia espiritual para combatir ese desamor y la hipocresía social. Y, por último, El tambor alado de Hécate, que da título al libro, es un excéntrico grito a la honra que supone ser diferente, en multitud de ámbitos y estilos literarios.
¿A qué edad sientes la necesidad de escribir?
Todavía guardo mi primer diario, escrito a los 12 años, relatando todo un verano con mis abuelos maternos en Inglaterra. Lo escribí como recuerdo de sentimientos y de aventuras nuevas, todo aquello que no puede capturarse en una foto. Los veranos de mis años de instituto, mis amigas y yo los pasábamos escribiéndonos cartas, que a veces se convertían en mini crónicas. En los años 80, todavía se llevaba el escribir misivas a mano y coleccionar los sellos. Escribir se ha convertido en un tipo de terapia, sin el cual ya no puedo vivir. Es una forma de realización personal.
Cuando empecé a estudiar Filología Hispánica en la Universitat de les Illes Balears, empecé a escribir poesía. Al principio escribía casi instintivamente. Muchas veces, me despertaba en medio de la noche con un montón de palabras, frases e imágenes que volaban en mi mente con intensidad inusitada y, hasta que no las ponía sobre papel, me era imposible conciliar el sueño. Todavía utilizo un bloc de notas y un lápiz que guardo en mi mesita de noche. De tanto en cuanto, cuando me despierto en la noche, escribo mis sueños o pensamientos sobre la hoja.
¿Eres un escritor ambicioso o te conformas con escribir lo que quieres y publicar a tu ritmo? ¿Qué pretendes conseguir en el lector con su lectura? ¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
En Pérfido hebreo, resuena la ideología protestante de mi madre. Aunque todos fuimos bautizados católicos y recibimos una educación en la catequesis católica, mi madre siempre nos hacía cuestionar las «verdades» católicas que nos inculcaban las monjas del pueblo. Esta doble espiritualidad, con la que aprendí a convivir desde mi adolescencia, resurge en este ensayo sobre el sermón barroco de Paravicino cuando se cuestionan ciertos aspectos del nuevo dogma, surgido del Concilio de Trento, que Paravicino promociona en su sermón Jesucristo desagraviado. El ensayo resalta tres incongruencias de este dogma católico con tres preguntas. Éstas deben ser contestadas por el lector, según su propia conciencia y según la lógica filosófica que se expone en el libro.
El objetivo de publicar mi poesía no es más que el de satisfacer mi propia vanidad. Aunque El tambor alado de Hécate hace rimar mi propia experiencia vital, no deja de ser una experiencia compartida por la mayoría de la sociedad. No es la típica poesía del autor que se declara ser diferente del resto de la sociedad (como hace Pessoa), sino que es la expresión de todas aquellas personas que nos sentimos diferentes, por una razón u otra. Por otra parte, también se incluye el miedo de todas las demás personas que temen ser diferentes, escondiéndose en la mediocridad y la sociedad más frívola.
Creo que resulta bastante obvio que, al igual que todo escritor, mi sueño supera la simple vanidad. Desearía tener éxito con mis libros e, incluso, ganar algunos dinerillos con ellos, pero soy muy consciente de que para vender mis ensayos (de corte más bien académico), el público al cuál va dirigido debe pertenecer al mundo universitario y/o debe ser un lector más bien culto. En cuanto a la poesía, no hay nada de tendencia más escapista que un poema, pero ese escapismo es muy diferente al que se busca en un bestseller. No obstante, yo animo a todo el mundo a osar adentrarse en la lectura diferente y, si alguien quiere coger el testigo, me encontrará en Amazon, Corte Inglés, Casa del Libro, Libros.CC, Fnac, y en cualquier librería de España.
¿Qué autores te han inspirado más a la hora de escribir? ¿Nos recomiendas alguna lectura?
Siempre me han gustado los autores clásicos, por eso estudié Filología Hispánica. Me gusta también la mitología y los autores románticos ingleses. Durante la carrera, leía bastantes libros de caballería y la leyenda artúrica me fascinaba. Considero que la literatura medieval ofrece, incluso hoy, una mezcla extraordinaria de aventura, mitología, imaginación, idealismo romántico y poesía. Es una combinación mágica que se sumerge en lo más profundo de la naturaleza onírica del ser humano. No por nada el mundo cinematográfico ha establecido hitos internacionales con esta temática.
Para poder escribir, hay que leer mucho. Cualquier cosa, y cuanto más diversa, mejor. Creo que el libro que me ha impactado más ha sido Candide, de Voltaire. Apela a mi sentido del viaje recreativo, el descubrimiento y lo que el mundo tiene de novedad. La moraleja de cultivar tu propio jardín se asentó en mi ética personal, cuando lo leí de adolescente, y no me ha abandonado nunca. Se ha convertido en una de las grandes verdades de mi vida. Ahora he llegado al punto donde deseo compartir con el mundo esas grandes verdades de mi vida. Y con algo de magia y suerte, tal vez seré leída.
¿Algún consejo que puedas dar a los que ahora están escribiendo algo con la idea de publicarlo algún día?
Un amigo que quería matricularse en un curso de escritura creativa me preguntó una vez qué consejo le daría para poder escribir bien. En mi humilde opinión, y por experiencia propia, una persona que tiene el gusanillo de la escritura no debe nunca buscar una fórmula mágica. No existe. Es como preguntarle a un filósofo cuál es el secreto de la sabiduría; o a un carpintero, ebanista o pintor, cuál es el secreto de su arte. Todos contestarán lo mismo: práctica, práctica y más práctica. Alguien que sueña con publicar un libro, primero debe aprender a escribir; y eso se aprende con la práctica diaria. No hace falta escribir nada especial. Se empieza con un diario y escribiendo experiencias y sentimientos a diario. Unas pocas palabras se convertirán con el tiempo en frases, y esas frases en párrafos, y los párrafos en capítulos, y pronto se tiene en las manos un manuscrito, que debe repasarse, repasarse y repasarse, modificarse, ampliarse y moldearse hasta conseguir algo coherente. Con los años, tú te conviertes en tu propio crítico.
Para el autor novel, una vez que se tiene el manuscrito acabado, lo mejor es dejarse aconsejar por una editorial de auto-edición. En internet se encontrarán muchas y algunas se especializan en algo en particular. Lo más importante para un autor que desea darse a conocer es la capacidad de distribución de la editorial. Para ello, yo cuento con Círculo Rojo.
¿Cuál ha sido tu experiencia publicando con la Editorial Círculo Rojo?
El tambor alado de Hécate es mi segundo libro con Círculo Rojo. Desde mi primer contacto con la editora hasta la recepción de los libros, pasando por todos los diferentes departamentos, me he sentido muy apoyada y muy bien guiada. Todos han realizado una labor intensa y profunda, siempre atentos y dispuestos a ayudar. También han sido muy pacientes durante mis múltiples modificaciones de los manuscritos. Te dan todo el tiempo del mundo para revisar y corregir la obra antes de llevarla a impresión; este factor se agradece muchísimo, puesto que se elimina el estrés de tener una fecha límite de entrega. Con Círculo Rojo siempre me he sentido muy acogida y muy bien valorada. Es por ello que decidí repetir editorial. Y tengo toda la intención de seguir publicando con ellos.
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