Del despacho al crimen: el escritor que cambió el mundo empresarial por las sombras de la novela negra

Del despacho al crimen: el escritor que cambió el mundo empresarial por las sombras de la novela negra

Después de una larga carrera profesional en el mundo empresarial, decidiste dedicarte a la literatura. ¿Cómo influyó esa experiencia en la creación de tus novelas negras?
Durante mi carrera profesional también me dediqué a escribir, aunque sobre temas técnicos. Sin embargo, en esos años nunca tuve el tiempo necesario para escribir ficción, que es lo que realmente me interesaba. El mundo empresarial es bastante oscuro, en términos generales. No hay más que leer algunas novelas como Recursos inhumanos, de Pierre Lemaitre, para comprobarlo.

En Gandallas abordas el mundo del crimen organizado en México con un tono muy realista. ¿Qué te inspiró a situar la historia en ese contexto?
Gandallas es una novela de autoficción, es decir, he novelado pasajes reales de mi propia experiencia como una forma de terapia personal para olvidar ciertos asuntos que me tocó vivir. Incluir a México en la novela fue natural: conozco bien el país desde que trabajé allí durante varios años y pude conocer de primera mano el contexto que encajaba perfectamente con la historia que quería contar.

Tus personajes suelen moverse en ambientes oscuros, cargados de corrupción, violencia y ambición. ¿Qué buscas transmitir al lector a través de estos escenarios?
Lo que busco en mis novelas no es tanto mostrar el lado más sórdido de nuestra sociedad, sino retratar a esos personajes que, a simple vista, parecen muy respetables, pero que no lo son tanto cuando se les conoce de verdad.

Malandros explora el lado más sórdido del crimen internacional, desde redes de prostitución hasta ajustes de cuentas. ¿Cómo fue el proceso de documentación para construir un relato tan complejo y verosímil?
El proceso de documentación me resulta apasionante. En mi caso, se basa en la lectura y el visionado de material audiovisual, tanto de ficción como de no ficción. Además, las vivencias de algunas personas de mi entorno cercano me han permitido conocer realidades que luego traslado a mis novelas.

J.A. Aguilar – Malandros
J.A. Aguilar – Malandros

En ambas novelas se percibe una crítica social de fondo. ¿Consideras que la novela negra es una herramienta eficaz para denunciar realidades incómodas?
Uno de los rasgos que define y configura la novela negra es precisamente la denuncia y la crítica social. En muchas ocasiones, leer una buena novela negra es una forma de comprender la realidad de los problemas que atraviesan nuestra sociedad.

Tu estilo narrativo es directo, elocuente y muy visual. ¿Qué importancia tiene el lenguaje en la creación de atmósferas y en la construcción de personajes?
Es fundamental que en la literatura se muestre más de lo que se explica. La elocuencia es un recurso vital para comunicar y transmitir aquello que deseas que el lector sienta y comprenda. Todo ello debe ir acompañado por el mundo de los sentidos: hacer ver, oler y sentir los ambientes en los que se desarrolla la novela es esencial.

Muchos de tus personajes están marcados por dilemas morales y contradicciones. ¿Hay alguno con el que te identifiques especialmente o que haya sido más difícil de escribir?
El ser humano es, por naturaleza, una contradicción que en muchas ocasiones lo lleva a conflictos morales, salvo en el caso de los psicópatas y sociópatas que abundan en nuestra sociedad. Intento no identificarme con mis personajes, aunque es cierto que siento más afinidad por algunos. En mis novelas, ese personaje es Berto Crusellas, con todas sus virtudes y defectos.

Además de escritor, participas activamente en festivales de novela negra y en clubes de lectura. ¿Cómo influyen esos espacios de diálogo en tu proceso creativo?
Estamos en un momento histórico en el que apostar por la cultura es fundamental. Participo en diversas actividades relacionadas con la literatura, en general, y con la novela negra, en particular. Soy miembro de la organización del festival Cubelles Noir (en Cubelles, Barcelona) y del festival Tinta y Crimen (en L’Alfàs del Pi, Alicante).
Asimismo, coordino el club de lectura de narrativa negra de la Asociación Alexandreia y colaboro con el programa Aire Fresco, de Leo Radio (Benidorm), en la sección Mundo Noir. Todas estas actividades me permiten seguir aprendiendo y desarrollando mi escritura de manera constante.

¿Qué podemos esperar de tu próxima obra y cómo crees que evolucionará tu universo narrativo tras Gandallas y Malandros?
Espero terminar mi tercera novela en los próximos meses. En ella, los protagonistas de las dos anteriores se enfrentarán al oscuro mundo de la pederastia.

J.A. Aguilar – Malandros - Gandallas
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