Charlamos con Salvador Cano García, autor de la obra publicada con Círculo Rojo, “Donde acaban las curvas”.
- ¿Cómo surgió la idea para “Donde acaban las curvas”? ¿Hubo alguna experiencia personal o inspiración particular que te llevó a escribir esta historia?
Donde acaban las curvas es el primer paso en firme que he conseguido completar con el objetivo de dar respuesta definitiva a mi inquietud por escribir con el ánimo de contar una historia plasmándola por escrito en forma de novela de ficción contemporánea, una ilusión que lleva persiguiéndome desde hace años pero que por diversas circunstancias no había podido atender hasta la fecha.
Efectivamente, y sobre todo en su primera parte, esta obra tiene tintes muy personales. El recuerdo de mi difunto padre, a quien va dedicada la novela, las ganas de encontrar un vehículo que me permitiera de alguna forma volver a conversar con él, además de los planteamientos en torno a nuevos caminos, nuevas oportunidades vitales, están muy presentes en su fundamento.
- En tu sinopsis, mencionas que la historia se desarrolla en el Parque Natural de las Hoces del Cabriel. ¿Qué papel juega este entorno en la narrativa y por qué elegiste este lugar en particular como escenario para la novela?
El Parque Natural de las Hoces del Cabriel, y en concreto todo el paraje alrededor de Casas del Río, pedanía de Requena bañada por las aguas frías y transparentes del río Cabriel cuando se adentra en la Comunidad Valenciana, es fundamental para entender y envolver la historia, para darle empaque y dotarla de un poso sólido de realidad y veracidad. Considero primordial trabajar el ambiente en el que transcurre la historia para otorgarle credibilidad a la trama y a sus personajes. Es por este motivo por el que elegí este rincón idílico. Además de resultar adecuado por su belleza y por su atractivo oculto, tengo la inmensa fortuna de conocerlo bien en primera persona.
- Dado tu trasfondo en la gestión hospitalaria, ¿cómo influyó tu experiencia profesional en la creación de los personajes y situaciones en la novela?
Pues a pesar de que indudablemente mi experiencia profesional puede resultar una fuente inagotable de inspiración a la hora de construir una ficción literaria levantada sobre un robusto cimiento de realidad, en la redacción de Donde acaban las curvas no ha influido para nada salvo en leves detalles puntuales y anecdóticos que discurren de forma completamente tangencial a la trama. Sea como sea, no descarto que en un futuro sí que me sirva de ella para levantar nuevas ficciones que trasladar a los lectores para adentrarnos juntos en el mundo hospitalario.
- Hablas de la muerte y el duelo en tu libro. ¿Cómo abordaste la tarea de representar estos temas sensibles y universales en tu narrativa?
No entiendo mejor homenaje para honrar a alguien que nos deja que hacerlo desde la vida, intentando desterrar la nostalgia y la congoja de la pérdida anteponiendo a pesar de la dificultad su recuerdo vivo desde el primer instante. Alabar todo lo que fue y lo que nos ayudó a ser a cada uno de nosotros. Reconocer la inmensa suerte que ha supuesto poder disfrutarle apartando cualquier atisbo de melancolía que pueda suponer su ausencia. Recordar su ejemplo observando rasgos de nuestro carácter que hayan sido definidos por esta persona para mostrarlos con orgullo. Este ha sido el enfoque que he pretendido impregnar al duelo que transita el protagonista, dando significado a todo cuanto va sintiendo, a todo lo que le va sucediendo y al nuevo rumbo que se abre por delante de él.
- Tu novela aborda la idea de cómo un evento inesperado puede alterar el curso de la vida. ¿Puedes compartir alguna reflexión sobre la importancia de la actitud al enfrentar los cambios inesperados en la vida?
Siempre he considerado, y esta idea básica es la que trato de reflejar para que pueda ser valorada por el lector, que en las decisiones personales para afrontar nuestra existencia no solo cabe la actitud proactiva para encauzar la vida de cada uno con disposición y determinación. No todo es hacer nuestro propio camino, esculpir nuestro propio destino. No solo existe esta alternativa porque eso sería creer que todo y cuanto nos ocurre está en nuestra mano y depende exclusivamente de nuestro empeño.
Para bien o para mal, hay fuerzas externas, incontrolables para cada uno, que son las que realmente marcan y encauzan nuestro camino de forma natural sin tener en cuenta nuestra voluntad. Y no hay que tenerle miedo a esto. Únicamente se trata de centrarnos en que sea para bien. Nos podemos empeñar en cambiar su cauce, pero puede ocurrir que muchas veces no sea posible o que no compense y resulte más oportuno y gratificante enfocar ese mismo esfuerzo, empeño o actitud (como queramos llamarle) en adaptarnos al camino que se nos va abriendo por delante para sacarle el máximo provecho, atacándolo de forma positiva y sacándole el máximo rendimiento al atractivo que nos ofrece, que siempre existe. Ese también es un camino viable, es reacción, y no por adaptación significa que no conlleve una decisión sólida y, la mayoría de las veces, una dosis muy potente de valentía para tomarla.
- Este es tu primer año explorando tu faceta como escritor. ¿Cómo ha sido la transición de la gestión hospitalaria a la escritura? ¿Qué desafíos has enfrentado en este proceso creativo?
Debo decir que está resultando una aventura apasionante y completamente desconocida. Cada paso que sigo dando resulta inédito para mí, y mi única pretensión es darlo firme disfrutando del camino y siendo consciente que debo hacerlo con total humildad y el máximo respeto por la tarea de escribir.
Realmente, más que en una transición, me encuentro actualmente en el proceso de compaginar ambas facetas, y mi pretensión es encontrar la vía para no abandonar ninguna de ellas y continuar compatibilizándolas, aprendiendo y creciendo día a día en cada una de ellas.
- La historia parece tener elementos autobiográficos. ¿Cuánto de tu propia vida y experiencias personales se reflejan en la trama y los personajes?
Ya lo decía antes, y efectivamente debo reconocer que en Donde acaban las curvas, mi primera novela, hay mucho de mi propia experiencia, fundamentalmente en su primera parte. En definitiva me ha servido para darle profundidad y personalidad al personaje protagonista, pero también admito que lo he utilizado de forma egoísta, si se me permite la expresión, como una vía de escape o como un ejercicio introspectivo para ordenar y liberar vivencias y emociones que tenía dentro, ayudándome de esta ficción narrativa para revisarlas y compartirlas de una forma ideal en una especie de segunda oportunidad.
- Háblanos sobre tu elección de publicar con la Editorial Círculo Rojo. ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con ellos en la publicación de “Donde acaban las curvas”?
La verdad, ha resultado ser un proceso fantástico. Desde el primer momento me he sentido guiado y acompañado de una forma muy completa y profesional y considero que ha sido un acierto elegirlos, y ser aceptado por ellos, para publicar mi primera novela. Se intuye desde el principio, y enseguida se aprecia como una realidad palpable, la existencia de una estructura editorial muy potente a tu servicio. Y lo mejor de todo es que la experiencia solo está comenzando su andadura.
- ¿Qué mensaje o emociones esperas que los lectores obtengan de tu novela? ¿Hay alguna lección en particular que te gustaría que se lleven consigo?
Me encantaría que el lector que tome entre sus manos esta novela y se adentre en sus páginas encuentre una historia que le conmueva, que remueva sus emociones y que le haga sentirse identificado con su protagonista a modo de espejo donde poder mirarse, si es que quiere. Ojalá le pueda mostrar una forma plausible de afrontar y transitar el duelo, de superarlo y de entenderlo, y encuentre en la historia una oportunidad de plantearse la existencia de alternativas vitales que pueden resultar maravillosas si se asumen y se enfrentan con amplitud de miras y actitud positiva.
- ¿Tienes planes para futuros proyectos literarios? ¿Puedes adelantarnos algo sobre lo que podríamos esperar de tus próximas obras?
Efectivamente los tengo, y en la actualidad me encuentro escribiendo la que espero que sea mi segunda novela. Ya puedo adelantar que nada tendrá que ver con Donde acaban las curvas, y confío que me sirva para demostrar mi voluntad y mi intención de seguir creciendo como autor. Ojalá así sea percibido por los lectores.
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