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Charlamos con Moisés de las Heras, autor de «El destino de la jauría»

Charlamos con Moisés de las Heras, autor de «El destino de la jauría»

¿Qué fue lo que te llevó a elegir una fábula protagonizada por lobos para transmitir un mensaje tan actual sobre la polarización y el efecto Dunning-Kruger?

La verdad es que, para transmitir una idea, siempre se ha recurrido al cuento. El cuento infantil se caracteriza porque los padres, ancestralmente, han visto en las historias fantásticas el camino más fácil para transmitir enseñanzas morales. En una sociedad polarizada y, en consecuencia, irreflexiva e infantil, vi un claro paralelismo entre los niños como receptores y el ciudadano polarizado. El método ancestral, oral, de la fábula, el cuento infantil para denunciar estos pecados modernos es necesario hoy díacomo formato, porque tales errores constituyen el mayor problema de nuestro tiempo.

«El destino de la jauría» plantea debates profundos a través de una fábula de animales. ¿Qué te llevó a elegir este formato narrativo para transmitir mensajes tan actuales?

La fábula permite alejar al receptor de la realidad y colocarle en un plano narrativo abstracto, donde destaca la idea por encima de los hechos, de quien realiza los actos pecaminosos, incorrectos o inmorales sobre los que se pretende transmitir la enseñanza. De este modo, el receptor no se siente ofendido y puede recibir sin indignarse el mensaje conceptual eliminando el ejemplo real. Una fábula con animales es el ideal para transmitir estas ideas. Se produce un distanciamiento con hechos reales, cómoda tanto para el lector como para el escritor. Siempre ha sido así en el caso de la fábula.

El receptor lo recibe como un mero cuentecito, sin darse cuenta de que encierra una enseñanza detrás. Pero el cuentecito logra que las ideas permeabilicen mucho más. Con personajes reales el receptor se hubiera cerrado mucho más a admitir ese concepto como válido.

Los personajes principales, Dunning y Kruger, hacen referencia a la conocida teoría psicológica del efecto Dunning-Kruger. ¿Cómo construiste sus personalidades y qué aspectos del comportamiento humano querías resaltar?

La idea del efecto Dunning Kruger se basa en el famoso dicho español “la ignorancia es atrevida”, una frase ancestral previa a que Dunning y Kruger elaborarán su teoría. El ignorante es más violento al manifestar sus opiniones. Cuanto menos sabes, más violentamente te manifiestas. A medida que adquieres conocimiento te vas dando cuenta de que no todo eran blancos y negros, como creías. Empiezas a matizar, a ver la escala de grises y manifiestas tus opiniones con mayor moderación. El ignorante se impone y exige. El sabio relativiza y escucha la opinión contraria. En este sentido, los personajes están diseñados de una manera limpia y clara, como corresponde a una fábula, donde los protagonistas representan figuras infantiles bien contrastadas. 

Hablando de reflexiones modernas, mencionas también la Ley de Brandolini. ¿Qué tan complicado fue para ti trasladar conceptos tan abstractos al diálogo entre lobos? ¿Te resultó un reto convertir ideas en acciones y palabras creíbles?

La ley de Brandolini o “Principio de asimetría de la estupidez”, que también puede decirse, se refiere al fenómeno que se da en redes sociales donde una persona que manifiesta una opinión irracional, una aberración, una opinión errónea, producto de la ignorancia, tiene más relevancia que una opinión autorizada. El opinador emite su ideacon una frase muy vistosa, a veces un “zasca”, que se llama ahora. Normalmente, esas frases cortas, de dos o tres palabras, que emocionan por su brevedad y su contundencia,(enfadan, dan risa, indignan, hacen brotar sentimientos primarios, en definitiva) son producto de la ignorancia, de los ignorantes que habíamos visto en el efecto DunningKruger. La ley de Brandolini dice que para combatir un “zasca” se necesita una explicación demasiado larga que no suele ser tan atractiva y que lleva una menor carga de emoción, puesto que es más razonable. Habla de cómo el “zasca” cala mucho más en la gente que una reflexión razonable, porque a la gente accede a esa información tan extensa, o no le llega, no aparece en los clikbaits sesgados que salen en su móvil y, aparte, él solo busca información breve, a ser posible videos.

No fue difícil unir estos dos conceptos porque tienen relación y meter ambos a la vez en ese formato que decía de “fábula infantil”. No me resultó difícil porque tenía modelos en los que apoyarme. Modelos literarios. Tenemos ejemplos en Rudyard Kipling en “Capitanes intrépidos” o en películas conocidas por todos como “Juan Nadie” o “Qué bello es vivir”, entre otras muchas, donde aparecen, de igual modo, personajes que representan posturas extremas para transmitir una enseñanza. Los personajes “Mary Sue” o “Marty Sue” son necesarios cuando el objetivo es escribir una fábula moral infantil. 

La novela aborda la polarización y los dilemas sociales actuales. ¿Qué aprendizajes esperas que los lectores extraigan de esta obra? ¿Crees que la literatura puede ser un vehículo para romper barreras ideológicas?

Destruir barreras ideológicas no supone, de ningún modo, acabar con “las ideas”, en general, ni censurarlas o “cancelarlas”, como se dice hoy día. Las ideas son necesarias. Las ideologías no. Las ideologías son “packs cerrados” que no permiten que otras ideas distintas o nuevas engrosen la sabiduría del individuo. Un individuo puede tener una tendencia, pero si defiende a ultranza una ideología se cierra a continuar aprendiendo tal vez de ideologías contrarias o de realidades que pudiera descubrir. “El destino de la jauría” sitúa a los animales en una época del pasado, nada menos que en tiempos prehistóricos. Conocemos lo sucedido con los lobos desde tiempos prehistóricos hasta nuestros días. Es un conocimiento real y comprobable en nuestra vida cotidiana. Lo vemos a diario. El lector parte de una verdad indiscutible que ha contrastado, experimentado, visto en nuestras calles. Me interesaba situar al lector desde en eseescenario no dicotómico para que asistiera al diálogo entre los personajes con una opinión ya formada y que, de este modo, pudiera juzgar a Dunning, a Kruger y al resto de personajes según lo que defendían hace millones de años y el acierto o fracaso de supunto de vista. Era sustancioso plantearlo así y creo que el lector lo agradecerá.

Tu trayectoria como actor y director de teatro ha influido profundamente en tu manera de escribir. ¿En qué aspectos del proceso creativo de esta novela crees que esa experiencia teatral fue más evidente?

En la novela los diálogos son fundamentales. El teatro se basa en el diálogo, es unode los pilares que sostienen el género. En teatro no hay narración, solo hay diálogo y la historia avanza a través de las contradicciones de unos personajes y otros, con réplicas y contrarréplicas expuestas en las tablas. Los diálogos en “El destino de la jauría” son imprescindibles, un pilar básico de la historia, fundamental para transmitir todas estas ideas y que el lector las pueda valorar según se van suministrando. Pretendo, con la novela, lo mismo que pretendía con el proceso creativo en el teatro. El objetivo del teatro es que el espectador procese la información y valore lo que dice un personaje u otro según avanza la obra. En “El destino de la jauría” es lo mismo.

Tu web “Blog literario Lluvia en el mar” es un espacio de análisis y reflexión. ¿Cuánto de ese espíritu crítico y didáctico se filtra en tu obra como escritor? ¿Dirías que hay un diálogo constante entre tus artículos y tus novelas?

El principal objetivo de mi trabajo como escritor, o como narrador, o como articulista en mi página web “Blog literario lluvia en el mar” es reflexionar acerca del ser humano y su complejidad. Su mundo de emociones, de frustraciones, de ideas, para llegar a entendernos mejor a nosotros mismos. A veces mediante el teatro, pues soy autor de obras dramáticas que incluso he subido a los escenarios, a veces mediante la novela y otras veces mediante artículos de fondo respecto a pensamientos alrededor siempre del mismo tema: el ser humano.

En una sociedad acelerada y muchas veces superficial, mencionas la importancia de un «lector paciente». ¿Qué papel juegan la paciencia y la introspección en la relación entre el lector y la literatura que propones?

Está claro que la temática ya explicada de mi novela “El destino de la jauría” hace hincapié en la reflexión frente a la manifestación violenta e irreflexiva. En consecuencia, la manera más adecuada de reflexionar es mediante la lectura paciente, la paz espiritual y la lentitud para asumir ideas válidas y desechar otras que no lo son. “La paciencia es madre de la ciencia” dice otro refrán español y el lector paciente, el escuchador paciente, el opinador paciente, el tertuliano paciente y sereno, reflexivo, no violento, que escucha, que no interrumpe, que deja hablar y no dice verdades a medias ni aberraciones es necesario en nuestros días.

Moisés de las Heras junto con su obra.

A lo largo de tus 40 años escribiendo, has publicado de manera tradicional, autopublicado y experimentado con plataformas como Amazon. ¿Qué has aprendido de estas distintas formas de llevar tus historias al lector?

Principalmente, lo que he aprendido es que es muy difícil darse a conocer. El marketing es una asignatura pendiente para todo creador, sobre todo desde la aparición de Internet. Tanto si publicas de manera tradicional como si publicas en plataformas como Amazon, el marketing es fundamental. Los escritores estamos obligados a tener dos profesiones para triunfar, escribir, que ya de por sí es un oficio peliagudo, y además el complejo e incierto mundo de la publicidad en redes sociales. Hay que tener una un canal en YouTube, en Spotify, en Ivoox, como yo lo tengo. Hay que tener habilidad para transmitir ideas sencillas a través de la disciplina del “Storytelling”, que también hay que dominar, y en todo eso no dejas de ser un mero aficionado sin afición alguna por la materia. Es nuestro talón de Aquiles. Hay demasiada cantidad de gente subiendo cosas a diario en internet, hay demasiados libros publicados para que se te vea y se te reconozca.

Por último, para quienes aún no han leído «El destino de la jauría», ¿qué les dirías para animarlos a sumergirse en este viaje entre lobos, ideas y dilemas universales?

Hemos dicho a lo largo de la entrevista que “El destino de la jauría” es una fábula infantil. Pero que no piensen los lectores que está destinado a niños o adolescentes. El público objetivo es el público adulto, al igual que para un público adulto eran las películas citadas de Frank Capra o Víctor Fleming. “El destino de la jauría” es un libro para adultos que se puede disfrutar desde muchos ángulos.


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