Juan Fernando Valenzuela nos habla sobre su obra “Todo Lupión”, publicada con Círculo Rojo.
- Has publicado anteriormente libros como “Estambul: el resplandor del último siglo otomano” y “Cuentos rotos”. ¿Cómo se diferencia “Todo Lupión” de tus trabajos anteriores y qué motivó la elección de este título en particular?
Si el libro sobre Estambul consistía en una selección de textos e imágenes del Estambul del siglo XIX, el de Cuentos rotos y este están constituidos por cuentos. En cuanto a las diferencias entre estos dos últimos libros, la principal es que Todo Lupión agrupa cinco series con un personaje principal, llamado Lupión, y que puede ser adscrito, con reservas, al género policiaco. El título viene precisamente de ahí, se trata de todo lo que he escrito, publicado previamente o no, en torno a ese personaje.
- Al ser profesor de Filosofía, ¿cómo influye tu formación en tu escritura y en la exploración de temas complejos como la comunicación, la verdad y la relación entre la realidad y la ficción en “Todo Lupión”?
Todo Lupión no es un libro de filosofía, sino de cuentos, pero muchos asuntos tratados, como los que citas, tienen que ver con la filosofía e incluso hay dos cuentos centrados en dos filósofos, Descartes y Pascal. No obstante, la prioridad es siempre el caso que intenta aclararse y la propia solución que Lupión aporta. La filosofía que pueda aparecer en el libro está tratada, digamos, narrativamente.
- “Todo Lupión” presenta una serie de cuentos protagonizados por un enigmático personaje ¿Cómo nació la idea de Lupión y qué desafíos enfrentaste al desarrollar su carácter a lo largo de los relatos?
Es difícil determinar con exactitud el origen de un personaje así. El padre Brown de Chesterton, el Rouletabille de Gaston Leroux, el mismo Sherlock Holmes, han contribuido de algún modo a su formación. El nombre es un recuerdo de Lupin, el caballero ladrón de Maurice Leblanc.
En cuanto a su carácter intenta mantenerse en la sombra, incluso para mí mismo. Siempre que he intentado perfilarlo detalladamente me ha ofrecido resistencia. Su esencia es precisamente esa. Sí podemos decir que es caballeroso, inteligente en el plano teórico y aficionado a la literatura, la pintura o la música.
- En tu carrera, has colaborado con diversas revistas literarias. ¿Cómo influye esta interacción con otros escritores y lectores en tu proceso creativo y en la evolución de tu escritura?
Los artículos de colaboración son de dos tipos: ensayos sobre algún tema y reseñas de libros. Los primeros tratan asuntos que han despertado mi interés y son abordados teóricamente. Supongo que algunas de esas ideas se habrán filtrado en los cuentos. De hecho, uno de esos ensayos, publicado en Cuadernos Hispanoamericanos, está dedicado al género policiaco. En cuanto a las reseñas, me ha permitido conocer e indagar un poco en buenos libros de reciente publicación, y eso siempre hace que uno aprenda y establezca un diálogo con otros autores.
- El libro aborda cuestiones inquietantes como la identidad, el silencio, el delirio y la lectura de gestos. ¿Cómo abordas la tarea de explorar estos temas complejos en el contexto de historias policiacas?
En realidad algunas de esas cuestiones están siempre en el género. La identidad, por ejemplo, quién es realmente cada sospechoso o quién es en realidad el asesinado. Pero, más allá de ello, creo que una característica de estos cuentos es conjugar uno de esos asuntos con una historia en la que está ocurriendo algo sorprendente y cuya explicación se resiste.
- ¿Qué importancia tiene la ubicación geográfica, en este caso, Navas de San Juan (Jaén), en la construcción de la ambientación y atmósfera de “Todo Lupión”?
Tanto Navas de San Juan, mi pueblo, como Lucena, donde resido, aparecen como trasfondo en muchos de estos cuentos y el propio Lupión vive en una casa a las afueras de una localidad pequeña. Eso no quiere decir que no aparezcan ciudades como París, Madrid, Córdoba o Granada. Pero el entorno en el que Lupión piensa y resuelve los casos está apartado, como si solo desde ahí encontrara él la perspectiva correcta.
- Habiendo colaborado con la editorial Edinexus en libros anteriores, ¿cómo ha sido tu experiencia trabajando con esta editorial y qué crees que aporta a la publicación de tus obras?
Estoy contento con Círculo Rojo. Han sido muy pacientes en el periodo de pruebas. Aunque el libro no tiene ilustraciones, sí tiene distintos tipos de letra y era para mí importante que tanto eso como cuestiones tipográficas fueran fieles al original. He encontrado una plena colaboración a ese respecto. Por otro lado, me parece que es una editorial sólida que respalda al escritor una vez sale el libro a la venta.
- En “Todo Lupión”, juegas con los límites del género policiaco. ¿Qué te atrajo de este género y cómo incorporas elementos originales para darle tu propio toque distintivo?
Siempre me ha gustado ese género. En la adolescencia, los libros policiacos que cayeron en mis manos me divirtieron mucho. El candor del padre Brown, El misterio del cuarto amarillo, Estudio en escarlata, los cuentos policiacos de Poe… Como se ve, eran además buenos libros literariamente hablando. En la literatura de género, da igual que este sea policiaco, histórico o de ciencia-ficción, hay obras que son, sin más, grandes obras literarias.
Creo que elementos más o menos novedosos (nunca lo son del todo) pueden ser la propia indefinición de la figura del detective, de Lupión, que algunas veces ni siquiera sabemos si es quien está detrás de la solución de un caso (una de las series se titula Las huellas de Lupión y juega precisamente con esa duda) y el dejar esa solución, que siempre es férreamente coherente, como una posibilidad no verificada.
- La sinopsis menciona temas como Europa e Internet. ¿Cómo incorporas elementos contemporáneos en tus historias y cómo crees que estos aspectos afectan la relevancia de tus relatos en la sociedad actual?
Hay dos cuentos que se plantean la cuestión de internet, de la inteligencia artificial, del transhumanismo, de la inmortalidad a través de la descarga de la información de nuestro cerebro en un ordenador. Estaban ya en la serie que se publicó en 2010. Incluso cuando se trata algún asunto histórico, como un proceso famoso de la Francia del siglo XIX (una mujer acusada de envenenar a su marido), está en un contexto actual (el juicio se desarrolla en un videojuego). Europa está tratada en un cuento en el que desaparece un cuadro de Dalí. La mitología (el rapto de Europa por Zeus transformado en un toro blanco), el arte y nuestra tradición cultural se dan aquí la mano.
Considero que uno puede escribir sobre cualquier época o cualquier lugar, pero en el fondo lo hace desde su propia perspectiva, es decir, desde su propio tiempo y su propia sociedad.
- Finalmente, ¿cómo defines el propósito o mensaje central que esperas transmitir a los lectores a través de “Todo Lupión”, y cómo esperas que la obra sea recibida por tu audiencia? Además, ¿cómo ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo?
No pretendo transmitir mensaje alguno. Me gustaría que el lector disfrutara con estos cuentos. En toda historia policiaca hay un pulso entre el autor y el lector. El primero va dando pistas que permiten solucionar el caso, pero no debe ser tan explícito como para que sea fácil, debe ganarle al lector y sorprenderle con la conclusión. Por su parte, el lector juega a intentar dar con ella antes de que el escritor se la muestre. Eso es parte del encanto de este género, que es un género lúdico. Pero ya se ha dicho que en estos cuentos hay también una vertiente reflexiva, y estaría bien que el lector se planteara las cuestiones que van saliendo al paso y pensara sobre ellas. Para acabar, estoy contento con la edición y agradezco el cuidado que se ha puesto en ella.
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