Entrevistamos a Nicolás Roselló, autor de la obra “Sea la luz”, que ha sido publicada con la editorial Círculo Rojo.
En tu obra “Sea la luz”, describes la fotografía como una herramienta para explorar la conexión entre lo visible y lo invisible. ¿Cómo logras capturar esa dualidad en tus imágenes?
Me adentro en las profundas y oscuras calles que convergen el centro de la ciudad, donde la luz y la sombra se capturan, los contrastes se acentúan considerablemente.
Las doctrinas dualistas coinciden en que el principio del Bien se identifica con la Luz y el principio del Mal con la oscuridad. Para mi fotografía es fundamental capturar esa dualidad ya que son consciente e inconsciente y se trata de integrar la sombra en nosotros para transformarla en Luz.
Hablas de la importancia de reconocer y aceptar nuestra propia oscuridad para apreciar la luz interior. ¿Cómo influye esta idea en tu proceso creativo al capturar momentos cotidianos en Barcelona?
La sombra es el lugar de la psique donde se acumulan todas las características que rechazamos de nosotros mismos, según la definición de Carl Gustav Jung.
Al tomar conciencia de como nos proyectamos en los demás, cada relación se convierte en una oportunidad única de conocernos mejor.
Mi expresión en la fotografía refleja esa dualidad de Sombra y Luz, para darnos cuenta de que ambas forman parte de nuestro Ser.
Mencionas que la ciudad de Barcelona marcó el inicio de un viaje en tu vida hacia el autoconocimiento. ¿De qué manera influyó esta ciudad en tu desarrollo artístico y filosófico?
Me adentré desde muy joven en diferentes enseñanzas y corrientes de pensamiento filosófico. Mi continua
búsqueda y crecimiento interior se reflejan en mis imágenes, transmitiendo una profunda conexión entre esencia y personalidad.
Cada fotografía captura momentos de introspección y reflexión. Es una invitación a explorar nuestra propia esencia y a encontrar la belleza en lo más profundo de nuestro ser.
Al mismo tiempo, fotografiaba las calles de Barcelona, pudiendo darme cuenta que son una expresión de lo que Yo Soy.
En tu sinopsis, mencionas que el factor humano tiene un papel relevante en tu fotografía. ¿Cómo integras la humanidad y sus historias en tu trabajo visual?
En mi fotografía, me es de gran importancia que aparezca gente, ya que son la esencia que existe en el espacio tiempo generado en un preciso instante donde se capturan de forma natural, reflejando así ese momento en el que ocurre algo. Por otro lado, es una forma de expresar que los opuestos están integrados en nosotros de manera natural. Para pasar de la sombra a la Luz hay que trabajar en el conocimiento del Sí mismo. Somos Luz y Sombra y no se trata de eliminar alguna de ellas, la clave está en unir ambas, así es cuando integramos los opuestos en nosotros.
Hablas sobre la belleza que emerge de lo desconocido en tus imágenes. ¿Cómo te acercas a capturar esa esencia en medio de la vida cotidiana?
Hay belleza en todo lo que nos rodea, observarla depende del estado en el que cada uno de nosotros se encuentre. Practico desde hace algunos años la técnica milenaria del Mindfulness. Por suerte cada vez se integra mas en nuestra sociedad ya que aporta grandes beneficios para combatir el estrés o la ansiedad y al mismo tiempo fomenta la creatividad. La atención plena que es el concepto principal de esta técnica y mi cámara al cuello hacen que la observación sea lo único que sucede en mi en ese instante que llamamos tiempo, donde el pasado y el futuro se desvanecen dejando el presente, donde la observación del Si mismo se acentúa de forma que me permite captar el momento perfecto para mis fotografías.
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Tu obra parece invitar a una introspección en el espectador. ¿Buscas transmitir un mensaje específico con tus fotografías o prefieres dejar que cada persona encuentre su propia interpretación?
Es una invitación a la introspección, sin embargo lo visual cuenta con un lenguaje propio y establece una conexión con el espectador, este dialogo es íntimo, cada cual conversa con la imagen a través de aquello que lo conforma; es decir que cada espectador tendrá un diálogo único y de ello se obtiene dicha introspección.
Hablando de tu trayectoria, ¿cómo ha sido la transición desde tu pasión por la fotografía hacia la exploración filosófica y cómo se refleja esto en tu obra?
Existe un paralelismo entre ambas, cuando empecé tanto en una como en la otra en ningún momento fui consciente de poderlas combinar. Paulatinamente empecé a darme cuenta de que ambas estaban integrándose en mi de una forma cada vez mas consciente, hasta que llegó el día en el que observando mis trabajos y mi filosofía de vida me di cuenta de que una parte de mi siempre las estaba integrando. La fui trabajando y potenciando todo esto hasta conjugarlo en materia y así nombré mi libro que compacta mi obra de una década y les muestra mi interpretación y mi aprendizaje en los aspectos filosóficos y visuales.
Mencionas que cada imagen captura momentos de introspección. ¿Cómo te preparas mentalmente para identificar y capturar estos momentos en tus fotografías?
La práctica del Mindfulness es de vital importancia para poder llegar a esos momentos de introspección. No siempre que uno sale a “capturar el momento” lo consigue. Si no consigues conectar contigo mismo y dejar atrás los pensamientos que nos invaden a cada momento, dejas de estar en ese lugar y te conviertes en el mecanicismo que arrastramos todos los dias desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. Ese estado mental no te permite nada mas que deambular por las calles sin dejar de pensar en tus cosas y no eres consciente de todo lo que en ese instante te rodea y estás dejando de “ver”.
Hablando de tu experiencia, ¿cómo ha sido el proceso de compartir tu obra con el mundo? ¿Qué retos has enfrentado al expresar tu visión artística y filosófica a través de la fotografía?
Ha sido gratificante, por supuesto e incomprendida también, quizás. Al final ambas son el opuesto de una misma cosa, el grado lo determina el espectador con sus opiniones con base a quién él es. Porque no es el espectador quien observa la obra, sino la obra quien observa al espectador.
Mi reto ha sido fusionar la espontaneidad de un instante y mi filosofía, además de ir puliendo las técnicas compositivas, ya que al ser fotografía de calle todo es un escenario de muy corta duración.
¿Qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo Rojo? ¿Cómo ha contribuido esta colaboración a la difusión de tu trabajo y a tu trayectoria como artista?
La experiencia con el equipo de círculo rojo ha sido y está siendo buena. Es una relación cercana y familiar desde el primer momento. El trabajo se pudo realizar desde el principio con profesionalidad.
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