Entrevistamos a la fabulosa escritora Belinda Blaze
¿Cómo surgió la inspiración para escribir “Las casas de mamá y papá” y “Volando fuera del nido con Pico y Cuco”?
Bueno, esto es una historia un poco compleja porque cada cuento tiene gran parte de mí, de lo que he vivido, y gran parte de lo que me gustaría que cambiase.
“Las casas de mamá y papá” trata el tema de una niña con padres separados, pero en donde todos lo llevan lo mejor posible, aunque eso no quita que hayan momentos de cierta incertidumbre.
“Volando fuera del nido con Pico y Cuco” cuenta la historia de Cuco, un pajarito al que su madre no le ha dado las herramientas necesarias, ni el acompañamiento esperado para afrontar ciertas cosas fundamentales para la vida, como en este caso sería volar fuera del nido.
En ambos cuentos intento retratar ciertas enseñanzas que me gustaría que llegaran tanto a padres como a hijos.
Y hablando de hijos, justamente de ahí viene mi inspiración, de hecho, en mi primer cuento, justo antes de que empiece, hay una pequeña frase dedicada a mi hija. El momento en el que decidí lanzarme a publicar fue por ella, por mi hija. Yo tenía, y bueno, sigo teniendo, muchas cosas que quiero enseñarle, muchas cosas que me gustaría que tuviera en cuenta en el futuro, y el camino que encontré fue a través de los cuentos.
Cuéntanos sobre el proceso creativo detrás de tus historias. ¿Tienes alguna rutina o ritual al escribir?
Para estos dos cuentos yo diría que no, fueron historias que nacieron de manera muy espontánea. Pero sí es cierto que tengo otros proyectos en mente y que cuestan más de arrancar, o de encontrar las palabras correctas para el público correcto.
Por ahora yo me dedico a ir apuntando los temas que me gustaría tratar e intentar ir sacando pequeñas ideas para, más adelante, poder tenerlo todo bien encaminado para futuros cuentos.
Hablemos sobre tu tercer cuento en proceso. ¿Puedes adelantarnos algo sobre la trama o los personajes?
Actualmente, los cuentos que he publicado, o tengo en proceso, como es este último caso, surgen inspiradas de ciertas vivencias que he tenido, aunque lo que cuenta la historia no sea del todo literal.
Tengo la suerte de contar con personas especiales que han ido apareciendo en mi camino, y las cuales he querido dejar retratadas, de cierta manera, en los cuentos, y es que creo que los escritores tenemos un superpoder, y es el de evitar que ciertas personas, o ciertos actos, queden en el olvido.
Así que con respecto a mi tercer cuento, contará la historia de una osita que, por ciertos comentarios negativos y recurrentes que ha venido escuchando durante toda su vida, se le hace bastante difícil encontrar aquello que le hace especial y diferente.
Además, con este cuento, me gustaría mostrar el poder que tienen las palabras, tanto para bien como para mal.
¿Qué mensaje esperas transmitir a los lectores a través de tus cuentos infantiles?
Lo que me gustaría transmitir es que los niños también son personas.
Es decir, la teoría nos la sabemos todos, pero en la práctica, para muchas personas, es totalmente diferente.
Por suerte, a día de hoy, hay muchas personas que están bastante concienciadas con respetar la infancia de los niños, y tratarlos como lo que son, personas. Personas que pueden elegir; que pueden mostrar sentimientos de todo tipo; que pueden ser lo que quieran; y no simplemente una especie de conejillo de indias con el que experimentas a ver qué tal queda cuando crezca, sin tener en cuenta que la infancia es el primer paso que se da para convertirse en adulto.
¿Cómo enfrentaste las opiniones negativas de personas cercanas que no veían futuro en tu escritura?
Bueno, en realidad no sólo en mi escritura. En casi todo lo que yo quería hacer que se saliera de los estándares mentales que tenía la gente, para ellos siempre estaba mal.
Desde pequeña me he considerado un bicho raro, o al menos era lo que mi yo de hace veinte años conseguía entender de ciertas miradas o comentarios que me hacían.
Recuerdo muchas ocasiones en las que chocaba con las personas de mi entorno por pensar diferente, eso a día de hoy me ha ayudado muchísimo.
Me ha ayudado a aprender a ser selectiva con las personas, a saber elegir aquellas personas que me impulsen, aunque no compartamos ese lazo de sangre.
Gracias a las personas que no tuvieron fe en mí porque, simplemente, a ellos no les gustaba, he podido aprender a agredecer a aquellas personas que sí lo valoran.
Hablas de sentirte un “bicho raro”. ¿Cómo crees que esa sensación ha influido en tu estilo de escritura?
Por ciertos problemas que llevo arrastrando desde siempre, como es el padecer una enfermedad neuromuscular (Charcot-Marie-Tooth), me ha costado integrarme en lo que son los grupos.
Cuando alguien se imagina a un niño, por norma general, piensan en una persona corriendo o saltando, jugando con otros niños, pero esa no era mi realidad.
Mi realidad era que todo lo que se hacía en aquellos tiempos, me costaba horrores, y mucho más creer que era algo que estaba a mi alcance y que simplemente yo no era lo suficiente para lograrlo, ya que no me diagnosticaron la enfermedad hasta los doce años, aún habiendo signos bastante visibles de que algo pasaba.
El no sentirme parte de ningún lugar propició que comenzara a comunicarme a través de la escritura, aún cuando era conmigo misma, tanto si era realidad o ficción lo que escribía.
La escritura se convirtió en el modo de escape de una persona que no encontraba un lugar ni persona en la que refugiarse.
Por suerte, años más tarde, eso cambió radicalmente gracias a esas personas especiales que he ido conociendo.
¿Cómo ha sido la transición de escribir cuentos infantiles a trabajar en tu primera novela?
No podría decir que ha habido una transición como tal porque estuve trabajando en varias cosas a la vez, por suerte, se me ha hecho bastante fácil el saber separar ambas cosas aún compartiendo el tiempo.
La novela no saldrá hasta el segundo trimestre del año que viene, aproximadamente, pero yo creo que lo que más me costará será el tema de presentación.
Estoy acostumbrada a presentar mis trabajos a padres e hijos, así que estoy deseando ver cómo me recibe el público adulto.
¿Tienes algún autor o autora que te haya inspirado en tu carrera como escritora?
Soy muy fan de Albert Espinosa, y creo que todo el que lo lee, lo termina siendo, no sólo por lo que escribe sino por cómo lo transmite.
Su nombre lo escuché por primera vez cuando se estrenó “Pulseras Rojas”, me llegó tanto esa serie, que me compré el libro en el que se basa, y ahí fue cuando comencé a leer todos los demás.
Su frase “si crees en los sueños, ellos se crearán” me ha servido bastante a seguir con los míos.
Y creo que cuando escribes desde el corazón, llegas al de tus lectores.
¿Qué consejo le darías a quienes están considerando lanzarse a la escritura y publicación de sus propias obras?
Les diría que se lanzaran a publicar si eso es lo que quieren. Nunca se sabe qué puede pasar si no lo intentas.
Pero algo que sí que he aprendido en estos últimos meses, sobre el mundo de la escritura y la publicación, es que el mundo es enorme, y siempre encontrarás a quién se sienta identificado con lo que escribes, sea lo que sea, solo hay que encontrarlos, y hasta que no lo intentes, no sabrás a quién podrás serle de ayuda.
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